Lady MoonStar ◇ ▪︎WheeByul▪︎

Hambre de lujuria

Hyejin respiró profundo y se puso de pie del sofá.
Apagó las luces del departamento, tomó su teléfono y una chaqueta y caminó hacia la puerta. Dio un último vistazo a la habitacion... Confiar era una palabra difícil, y tocó con su mano su hombro izquierdo rozando con las yemas la única cicatriz que ningún Omega puede ocultar, y es su primer marca, el trofeo de un Alfa.

Moonbyul no era una Alfa ordinaria.
Es de Alfas arrojar sus manadas a la batalla y ellos conservar su vitalidad, su sangre es más importante al fin y al cabo. Pero ella siempre se puso al frente del peligro a cambio de Wheein y de incluso Hyejin, a quien ni siquiera soportaba, incluso verificando sus fuerzas para medir la carga de trabajo.
"Ella es diferente" dijo Wheein unas cuantas veces. ¿Lo era?

Con la única promesa de Wheein, clara en su memoria de ella hacerse cargo de sus asuntos privados respecto a su Alfa, abandonó el departamento.
Podía escuchar con claridad los besos, los jadeos y sabanas retorcerse, no necesitaba nada más.

Tomó un taxi hasta su antiguo departamento donde de hecho, riendo consiga misma, encontró el gran desorden de chica que era antes de abandonar su vida en Seoul para seguir a su secuestrador. Muchos años pasaban, y por esta casa solo transitaba el servicio de limpieza pagado por su misma familia. Se recostó en la cama, sin olor alguno en ella, y soltó uno de esos suspiros con sabor a "Estoy en casa, finalmente"

Las sábanas de la cama de Moonbyul en cambio no estaban siendo tan cómodamente usadas.
Mientras la intensidad de los besos solo aumentaba, Moonbyul descargaba sus arranques de fuerza rasguñando y apretando las frazadas y almohadas.

Wheein abría los ojos en medio del extasis de los besos verificándola constantemente, viendo como sus ojos negros cambiaban de color aún sin poder llegar al amarillo intenso de siempre... era diferente que antes, menos aterrador. El sudor de su espalda y sus vellos de punta solo eran deseo, no miedo.

Sonrió, mirando ese rostro divino y de porcelana, de mejillas redondas y labios pequeños y carnosos; volvió a besarlos asegurándose de saborearlos una y otra vez.
Una clase de electricidad imperiosa solo le hacía querer más de esto, como si lo necesitara y no quisiera huir de este vacío que sentía se llenaba. Estaba segura de nunca haber conocido alguien que le hiciera sentir este escalofrío en todo el cuerpo, que diera sentido al por qué no haber perdido su tiempo dando su afecto, caricias y besos a nadie más... Pues estos pertenecían solo a Moon ByulYi.

—...Estoy lista

Moonbyul soltó sus labios y la miró fijamente. Estrujó el pecho de Wheein a la cama recostandola para tomarla de las piernas y halarla hasta los bordes del colchon; confundida Wheein la miró ponerse de rodillas entre sus piernas.
No se refería a eso... pero eso también lo deseaba.

—Unnie, no me refería...
—Shsss...

Wheein apretó los labios y asintió. Tragó saliva y volvió a ver a Moon; su rostro sereno pero protagonizado por una sonrisa lasciva.
Tomó su cabello en una coleta sobre el hombro izquierdo y se agachó contra el torso de Wheein. Rozó la nariz y sus labios abiertos a través de el medio de su pecho, por sus costillas y sobre la línea media marcada del abdomen que conducía al ombligo, allí fue un poco más lento para tener el gusto de delinearlo con la lengua.

El pecho de Wheein se expandió profundamente disfrutándolo y sorprendiéndose que fuera a ser tan satisfactorio; el sexo la primera vez se supone que no sale así de bien, que no tiene a un ser sobrenatural en la forma de una princesa bañada en la luz de la luna siendo así de gentil, tirandole de la cadera hacia sus brazos y hombros y servirse de su sitio más personal.

—No está bien lo que hacemos
—Es lo único en lo que puedo pensar sobre ti, cariño

Sacudió la cabeza sacando esas voces ajenas pero familiares de su pensamiento; volvió a ver los ojos de Moonbyul, quien era suficientemente atenta para haberlo notado. Wheein asintió un par de veces, delatando todo estaba bien.
Moonbyul separó con sus dos manos los muslos y sumergió sus labios.