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A Gojo no le gustaba que lo interrogaran, y le gustaba aún menos que alguien que se hacía llamar su mejor amigo intentara manipularlo para que actuara según sus estándares y su estúpida brújula moral. ¿Quién demonios se creía Geto para ir hasta su trabajo y criticar la forma en la que lleva su relación? Y lo que era más importante, ¿cómo se atrevió Nanami a contarle a Geto sobre lo que tenían para que fuera a abogar en su nombre cuando le había dejado claro que lo único que quería de él era su cuerpo y era también lo que podía darle? Lo que faltaba, para coronar la osadía de todos, era que Haibara lo llamara y le dijera que Nanami iba a suicidarse si no devolvía sus afectos.
Irritado, Gojo arrojó su maletín y su saco junto a la puerta de la casa y sin pensarlo dos veces, se dirigió al gabinete de licores de su prometido, de dónde tomó la botella de vino que ya estaba abierta pensando en terminarla el solo. Gojo siempre fue un mal bebedor, y a decir verdad no era una actividad que disfrutara, no obstante, esa noche, encontró en el sabor del vino algo diferente. La primera copa se la bebió tan de golpe, que no pudo saborear el líquido en la lengua, pero el gusto azufrado se quedó atrapado en su garganta, era tan desagradable que se preguntó quién diablos le había aconsejado a Higuruma comprar esa bebida.
No obstante, Gojo se sirvió otra copa, pensando que quizá su forma de beberla fue la incorrecta, casi de inmediato una voz en su cabeza le advirtió que no había manera de que se equivocara en su veredicto, aunque en realidad Gojo no sabía nada de cata de vinos. Su segunda copa fue igual de desastrosa, lo que lo hizo enfadar y vació el resto de la botella en el fregadero antes de pasarse por gabinete, de nuevo, a pesar de que la bebida que menos le gusta era el whisky, fue esa la que eligió para seguir con su plan de beber hasta ahogar sus sentimientos.
Al igual que le pasó con el vino, el sabor resultó diferente a otras veces que lo había probado, era duro e intenso y le encantó. En algún punto, puso una de sus playlists para animar el ambiente, además tomó algunas aceitunas y cubos de queso de la nevera y, después de mucho tiempo, cuando Gojo ya casi se olvidaba hasta de su propio nombre, su prometido apareció en la cocina.
—¿Estás bien, Satoru? —sonaba preocupado, lo que hizo que el aludido se riera—. ¿No te bebiste la botella de vino completa, o sí?
—¡Lo tiré! —anunció con una sonrisa, el ceño de Higuruma se frunció con sospecha—. Era un vino horroroso, el color era pobre, olía acorchado y picaba en el post-gusto.
—Pensé que no sabías nada sobre cata de vinos, suenas casi como un experto, amor.
—No se nada de vino —se encogió de hombros y se mordió la lengua para no añadir que era Nanami el que sabía ese tipo de cosas. Higuruma enarcó una ceja en señal de confusión, así que Gojo cambió de tema—. Te estaba esperando —murmuró en un tono coqueto.
—¿A sí? —preguntó Higuruma, un poco intrigado. Gojo asintió con la cabeza y se tambaleó hasta su lado, en dónde le pasó los brazos por el cuello.
—Ya he decidido la fecha de nuestra boda, si estás de acuerdo —Higuruma lo miró ilusionado y un sentimiento muy similar a la culpa atravesó el pecho de Gojo.
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Recibir una invitación para una cena formal en casa de Higuruma es una mala señal. Choso se lo dice a Nanami en el mismo instante en que reciben la tarjeta y lo sigue repitiendo todos los días hasta la fecha de la reunión.
Nanami se convenció a sí mismo de que, sin importar para qué era la cena, no puede ser malo, pero Choso no le cree, la sospecha de que sucederá algo desagradable y que es una noche que lo definirá todo, pica debajo de su piel, como si tuviera una colonia de hormigas encima.
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You're Losing Me [GoNana][Jujutsu Kaisen]
FanficEn un mundo dónde cada persona está destinada a encontrar a su alma gemela, el romance existe sólo en la ficción. Nanami Kento descubre el día de su décimo sexto cumpleaños quién es su alma gemela. Dos años más tarde, Gojo Satoru, decidido a escribi...