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El único pensamiento de Nanami cuando abre los ojos por primera vez después de su cirugía es que todo ha terminado, aunque en realidad no tiene idea lo que todo significa con exactitud; ya que carece del ánimo para poner en orden sus ideas, decide olvidarse de ello, en cambio, se remueve sobre la cama, entonces se da cuenta de que está molesto porque el colchón es demasiado duro y su cuerpo cansado por el procedimiento quirúrgico lo reciente.
Incapaz de ponerse cómodo, Nanami se resignó a mirar al techo y esperar a que alguien aparezca; para su mala suerte nadie entra a la habitación en los siguientes minutos, que se convierten casi una hora, y mientras más tiempo pasa, su cerebro hiperactivo comienza a hacer una lista de cosas por hacer: para comenzar debe hablar con su banco y conseguir un préstamo, para cubrir con ese dinero los gastos hospitalarios (su seguro de vida no cubrirá una cirugía de ese tipo); además, tiene que obtener un nuevo empleo cuánto antes, pues lo que hay en su cuenta de ahorros solo le alcanzará para un par de meses una vez que se mude; en tercer lugar, aunque no menos importante, debe llamar a su madre y contarle que estaba enfermo, sabe de antemano que ella va a estar furiosa, pero confía en que el alivio por saber que sigue vivo sea mayor que su furia.
El hilo de sus pensamientos es interrumpido cuando la puerta de su habitación se abre, Nanami gira la cabeza, a tiempo para atrapar el instante en el que su mejor amigo suspira de alivio; del mismo modo en que apareció, Haibara anuncia que buscará al médico y desaparece sin que Nanami pueda decirle nada.
—Comenzaba a preocuparme que no despertara, señor Nanami —dice el médico mientras a la habitación, suena feliz y Nanami siente curiosidad por el motivo—. ¿Recuerda porque tuvimos que operarlo?
Nanami intenta decir que no, pero de su boca solo sale un quejido lastimero, como si fuera un animal herido; confundido, frunce el ceño y traga saliva, tratando de encontrar su voz, mientras niega con la cabeza en respuesta.
—Tómelo con calma, y no se esfuerce demasiado —le aconseja, antes de que Nanami intente hablar otra vez—. Fue una cirugía invasiva y la zona todavía debe estar inflamada.
Nanami asiente con la cabeza; por el rabillo del ojo ve que Haibara se está mordiendo las uñas, un mal hábito que se suponía había superado hace años. Quiere preguntarle qué lo tiene tan nervioso, pero el médico continúa con su revisión y nunca es un buen momento para hablar con su amigo.
Después de varios minutos de preguntas confusas y respuestas a medias, el médico dice que pueden considerar la cirugía un éxito, a pesar de las muchas lagunas que hay en su memoria. El especialista asegura que con el tiempo podrá rellenar esos huecos, pero a Nanami, que siempre le han preocupado y aterrado las enfermedades neurodegenerativas, le estresa la idea de no poder recordar.
Una vez que el médico sale de la habitación, Nanami le pregunta a su amigo por la información que falta en su cabeza; Haibara, por desgracia, dice estar comprendido al cien porciento con su completa recuperación, elige no responder. Nanami piensa en una forma para chantajearlo para que hable, pero al final decide que está demasiado cansado para pelear, y prefiere irse a dormir.
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El día que lo dan de alta, Nanami descubre que uno de sus mayores problemas está resuelto, gracias a que alguien cubrió todos los gastos de su hospitalización. Cuando intenta averiguar quién es su generoso benefactor, el hospital responde que no puede concederle esa información y sus amigos evitan la pregunta.
Nanami está seguro de dos cosas: la primera es que la persona que pagó la cuenta tiene que ver con su falta de memoria; la segunda es que sus amigos saben quién es, pero ninguno se lo dirá sin importar lo que pase. En ese punto, Nanami decide que continuará investigando por sus propios medios, pues planea devolver el dinero o, cuando mucho, agradecer por la ayuda.
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You're Losing Me [GoNana][Jujutsu Kaisen]
Fiksi PenggemarEn un mundo dónde cada persona está destinada a encontrar a su alma gemela, el romance existe sólo en la ficción. Nanami Kento descubre el día de su décimo sexto cumpleaños quién es su alma gemela. Dos años más tarde, Gojo Satoru, decidido a escribi...