Autor:allways_always
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El ex gimnasta Seokjin tiene la tarea de ser el mentor de la estrella emergente Jungkook. Son líneas paralelas, nunca destinadas a tocarse o a cruzarse, aunque la gravedad los siga empujando.
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El cuerpo humano es la máquina más perfecta: el diseño de los músculos, los ligamentos y los huesos no puede reproducirse ni mejorarse. La forma en que se mueve un cuerpo es a la vez ingeniería y poesía perfectas: una serie de movimientos y formas que se mueven en armonía sincrónica para lograr el equilibrio, la altura y la velocidad.
El cuerpo de Jeon Jungkook es perfecto. Hay una elegancia en sus movimientos, una especie de gracia descarada con la que se mueve que es tan fácil, que no se puede enseñar. La ondulación de su abdomen, la curvatura de sus bíceps, las pinceladas vivas de su cuerpo están a la vista mientras se estira y calienta para su entrenamiento de hoy.
Seokjin ha tenido mucho tiempo para estudiar esta obra maestra, mucho tiempo para reflexionar sobre cómo se mueve el cuerpo de Jungkook cuando está cansado, cómo responde a un nuevo entrenamiento, cómo maneja una rutina que ha completado innumerables veces. Ya casi se ha acostumbrado a ello -la sensación de ver a Jungkook levantar y lanzar su cuerpo-, pero aún se encuentra un poco sin aliento por el miedo y el asombro cada vez que intenta una nueva técnica. Seokjin sabe que Jungkook se esforzará hasta la perfección y más allá, sabe que dominará cualquier cosa que se le proponga, y lo hará con feroz determinación y obstinación hasta que lo consiga.
Es raro que los entrenamientos sean lo suficientemente tranquilos como para que la mente de Seokjin divague así, para que considere las líneas del cuerpo de Jungkook, la forma en que el sudor brilla en su piel bajo las luces del gimnasio. Aunque a Seokjin le encanta la emoción de competir, ha llegado a apreciar la temporada baja, el tiempo tranquilo entre competiciones en el que el equipo de gimnasia puede relajarse un poco. Los entrenamientos se sienten un poco más sueltos, con menos riesgos, y eso le da a Seokjin la oportunidad de charlar con Jungkook un poco más de lo habitual.
Siempre ha sentido un poco de cariño por Jungkook. Seokjin vio inmediatamente mucho de sí mismo en el joven atleta, pero también había algo más. Jungkook llegó al equipo con una vena obstinada y una mala actitud; sólo quería demostrar que era mejor de lo que todos esperaban, y eso significaba que Jungkook se esforzaba más allá de lo que cualquiera de los entrenadores o técnicos le pedía. En cierto modo, eso le convirtió en el alumno perfecto.
Seokjin es sólo un par de años mayor que Jungkook, pero un par de años en el mundo de la gimnasia significaba que era francamente antiguo en comparación. Se lesionó hace años, justo en su mejor momento, y cualquier esperanza de competir en los Juegos Olímpicos se esfumó. Su última lesión en el manguito rotador no tuvo vuelta atrás, ni siquiera después de operarse. El daño era demasiado frecuente, demasiado extenso, y Seokjin se retiró pronto. Había hecho las paces con ello, aunque todavía observa a los atletas más jóvenes del equipo con una sensación de añoranza. Tantos años dedicados a entrenar su cuerpo y su mente, y a veces se sentía un poco perdido al saber que todo eso había quedado atrás.
Hasta que conoció a Jungkook. Llegó tarde a su primer entrenamiento, un poco al límite, brusco con cualquiera que lo cuestionara. Seokjin no lo presionó, sólo le dio la mano y le dijo que calentara. La presentación sin rodeos pareció convencer al chico. Se encogió de hombros con su bolsa de deporte, asintió con la cabeza y tomó un lugar en la colchoneta para empezar.
Eso fue hace dos años, y ahora Seokjin ve a Jungkook como lo que realmente es: un joven sensible con algo que demostrar a sí mismo. El equipaje que traía consigo ese primer día en el gimnasio, hace tiempo que desapareció y fue sustituido por un deseo inquebrantable de esforzarse por dar lo mejor de sí mismo. El trabajo de Seokjin es guiarlo en su carrera; no tiene la experiencia suficiente para ser entrenador, pero sí para ser mentor del nuevo gimnasta y prepararlo para la vida en el equipo.