Autor: gumpekulla
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La casa se diseñó para que fuera cómoda y fácil de mantener, no demasiado grande pero sí de dos pisos y con mucho espacio. Las habitaciones favoritas de Seokjin, aparte de su dormitorio, son la cocina bien equipada y el despacho convertido en sala de juegos. Lleva soñando con enseñarle a Jungkook la casa desde muy siempre, antes de que estuvieran juntos, una esperanza culpable que nunca hubiera pensado que se haría realidad algún día. Sin embargo, aquí están.
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Seokjin respira hondo al salir del coche y mira el verde paisaje con una sonrisa. Ha tardado horas en llegar hasta aquí, pero sabe por experiencia que el viaje merece la pena.
"¡Guau, se ve aún mejor que en las fotos!" exclama Jungkook desde el otro lado, donde ha salido del lado del conductor y ha cerrado la puerta de golpe. Seokjin siente una oleada de adoración al ver que su novio mira a su alrededor emocionado, sonriendo lo suficiente como para que sus ojos se arruguen.
Están en la casa de verano de los padres de Seokjin, situada lo suficientemente lejos en el campo como para estar aislada, pero lo suficientemente cerca de un pueblo cercano como para ser cómoda. La casa está situada en una colina, con vistas a un pequeño lago, rodeada de campos verdes y algunos árboles.
La casa se diseñó para que fuera cómoda y fácil de mantener, no demasiado grande pero sí de dos pisos y con mucho espacio. Las habitaciones favoritas de Seokjin, aparte de su dormitorio, son la cocina bien equipada y el despacho convertido en sala de juegos. Lleva soñando con enseñarle a Jungkook la casa desde siempre, antes de que estuvieran juntos, una esperanza culpable que nunca hubiera pensado que se haría realidad algún día. Sin embargo, aquí están.
"Cojamos nuestras cosas y entremos", sugiere Seokjin, la sensación de rigidez en su cuerpo por haber estado atrapado en un coche durante horas se sustituye por un burbujeante entusiasmo que hace reír a Jungkook.
Descargan el maletero del coche, una enorme maleta cada uno, así como dos bolsas de lona con cosas extra que no caben. Se van a quedar dos semanas, una escapada de verano que no ha requerido ninguna molestia, un raro regalo para celebrar.
Acompañando a Jungkook al interior, le lleva primero a su habitación en el segundo piso, que será la suya a partir de ahora, según ha decidido.
La familia de Seokjin es rica y se nota. Su cama grande no ocupa toda la habitación, y tiene una gran ventana con vistas al lago y a los árboles. Su armario es lo suficientemente grande como para que quepa la ropa de Jungkook y la suya propia, y la habitación tiene un baño adjunto. Tiene su propia ducha y todo, pero el baño principal es el que tiene el jacuzzi que se muere por presentarle a Jungkook.
"Realmente eres un príncipe", bromea Jungkook, guardando sus maletas para deshacerlas más tarde, acercándose a Seokjin con un brazo alrededor de su cintura y ahuecando su mejilla. Seokjin se sonroja, aún cohibido por la riqueza en la que creció, y trata de no tropezar y hacer las cosas incómodas cuando Jungkook se acerca para darle un beso, haciendo que las rodillas de Seokjin flaqueen.
"Mi pequeño cuento de hadas", murmura Jungkook contra sus labios, mordiéndolos y lamiéndolos, rodeándolo con sus fuertes brazos. Seokjin no sabe cuándo cerró los ojos, pero se funde con Jungkook, colocando sus manos en el robusto pecho y gimiendo suavemente mientras su beso se profundiza. La mano de Jungkook se introduce en el pelo de Seokjin, acunando su nuca y controlando la dirección de su beso, mientras la otra se desliza por debajo de su camiseta para presionar su espalda y mantenerlo cerca. Le hace sentir pequeño, algo que le parecía ridículo antes de Jungkook. Tiene 40 centímetros de hombros anchos y músculos delgados, no ha sido pequeño desde antes de la pubertad. Pero, por desgracia. Parece que todo lo que necesita es un novio igual de alto pero definitivamente más musculoso para lograr lo imposible.
