Autor: Kissandmusic
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Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que Jeongguk asistió a una boda. Incluso más tiempo desde que vio por última vez a Kim Seokjin y las calles familiares de su ciudad natal.
Aproximadamente ocho años y tres meses, para aquellos que están contando.
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"Realmente te amaba, en ese entonces."
"Lo sé."
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Hacía tiempo que Jeongguk no asistía a una boda.
Quizá por los amigos que tenía, por el consenso general de que el matrimonio no era lo que sus padres habían hecho ver, que no se necesitaba un anillo para confirmar el vínculo. A Jeongguk le gusta más la idea del anillo para mostrar al mundo que estás conectado, que eres el todo de alguien y todo. Pero tampoco cree que los anillos y el matrimonio vayan necesariamente de la mano. Lo único que se necesita es amor. También está el hecho de que muchos de sus amigos no podrían casarse. Probablemente eso tenga algo que ver con la falta de bodas a las que asiste. De cualquier manera, ha pasado un tiempo.
Ha tenido que buscarse un traje, después de haber rebuscado en su armario y haber aparecido sólo con camisas y pantalones relativamente elegantes. Si hubiera sido Jeongguk, pensó que las camisas y los pantalones que encontró estaban bien, pero algo le dijo que se equivocara. Llamó a su Eomma para comprobar si eran aceptables y le envió una foto para que la inspeccionara. Su respuesta le había dicho todo lo que necesitaba saber.
"Sabes que es una boda de la familia Kim, ¿no?"
"La invitación era una especie de regalo allí ..."
Un profundo suspiro. "Gguk-ah, no sé con qué familia Kim recuerdas haber jugado cuando eras pequeño, pero consíguete un traje adecuado. Va a ser la obra completa". Una pausa había colgado en la línea, una sonrisa arrastrándose en su voz. "Si pudieras visitar la peluquería también..."
"Voy allí, lo juro". Él había devuelto la risa. Había aceptado mucho lo de su hijo. Un aspirante a cantante que no siempre está seguro de pertenecer a ninguna casilla bien definida. Ha aceptado que se enamore fácilmente y a menudo de los hombres. Acepta que no siempre está seguro al cien por cien de pertenecer a algún sitio, pero que sigue intentando descubrirlo. Jeongguk piensa que esa es la historia de su vida hasta ahora, alguien que todavía está tratando de entender las cosas y realmente, el hecho de que lo peor que su amada Eomma puede lanzarle es un deseo de que se corte el pelo un poco más corto que su actual mopa rizada a la altura de la barbilla, bueno, Jeongguk piensa que es afortunado de ser amado tanto que ella todavía se preocupa por ello. Ella no tiene que adorar todas sus decisiones de vida, siempre y cuando se quede con él a través de todas ellas.
"Sólo asegúrate de estar elegante para los fotógrafos".
No está seguro de qué familia Kim se supone que está recordando que tiene que parecer súper inteligente, sólo recuerda que jugaba con su hijo menor, Seokjin desde antes de que pudiera hablar. Recuerda las horas junto a los apestosos estanques del pueblo y en su jardín trasero, cubiertos de algas verdes, con cubos de plástico que solían llevar a la playa en la mano mientras el mayor de los dos sacaba las crías de rana de las aguas. Los metían en viejos tarros de mermelada y Seokjin lo traía emocionado para mostrarle cómo a las crías les habían salido colas y patas. Jeongguk los imitaba y Seokjin se unía a ellos. Recuerda que le regañaban por ser demasiado ruidoso con Seokjin, pero el resto del tiempo era el niño tranquilo de la clase. Había algo en Seokjin que sacaba lo bueno de Jeongguk.
