Autor: jjks_burger_buns
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El soltero en serie y especialista en mascotas exóticas Kim Seokjin nunca se ha enamorado. Ni una vez, ni una sola vez.
Estaba preparado para otra noche de ahogar su miedo al compromiso con un par de copas en Omelas la noche que conoció a Jeon Jungkook.
Para lo que no estaba preparado era, bueno... para todo lo demás.
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A Seokjin le gustaría decir que hace tiempo que no puede soltarse el pelo de esta manera, pero sinceramente, Omelas lo ve al menos una vez a la semana, desahogándose después de otro día de cortar uñas de lagarto y revisar dientes de conejo. A veces está solo en el bar para tomarse un par de copas y charlar con Namjoon, el atractivo camarero con el que ha fantaseado demasiadas veces a pesar del anillo de oro que lleva en el dedo anular.
Y a veces está con su compañero de trabajo Yoongi, el especialista en perros y gatos de la consulta. Esta es una de esas noches, acompañados por su extrovertido tutor Hoseok, que está haciendo un brillante trabajo de titiritero con Yoongi para que parezca que está bailando. Depende de cómo lo mires, sinceramente. Seokjin está seguro de que en algunas culturas de este amplio mundo, lo que Yoongi está haciendo con su cuerpo a instancias de Hoseok podría considerarse un baile.
Seokjin se ha instalado en su mesa habitual, tomando un bourbon con hielo porque Namjoon puede ser un camarero muy guapo, pero sinceramente, es doloroso ver cómo intenta mezclar un cóctel. La mayor parte acaba en el suelo o sobre su camisa blanca tan a menudo que es un milagro que todavía tenga un trabajo aquí. Dios realmente tiene sus favoritos, supone Seokjin.
La noche es joven, pero el bar ya está bien lleno, y Seokjin ha sido vagamente consciente de que una mesa de tres tipos al otro lado del camino lo tiene en la mira. Seokjin separa un poco las piernas y se relaja en su asiento mientras mira hacia la mesa para comprobar que los tres pares de ojos siguen mirándole. Que miren, piensa. Tal vez les pague una ronda, con la enorme cantidad que gana en el consultorio. Ja, ja, ja.
Observa cómo el más bajito del trío, un simpático duendecillo de pelo rosa bebé y boca pecaminosa, susurra a los demás, sus ojos arden en los de Seokjin mientras sonríe de forma depredadora y dulce. Seokjin está acostumbrado a que le miren, aunque suele ser por las ahjummas que traen a sus gatos mayores a la consulta y tratan de conseguir su número. Ya sabes, en caso de emergencias.
La forma en que este tipo le mira le hace sonrojarse un poco. Rompe el contacto visual para observar a los otros dos. Una mata de pelo oscuro y rizado, que se enrosca en un par de ojos de cachorro que Seokjin puede ver desde aquí, se sienta a su izquierda, y a su derecha...
Bueno. ¿No es interesante? En cuanto sus ojos se dirigen al tercero, mira apresuradamente la mesa, jugueteando con sus uñas, con los dientes preocupados por su labio inferior. El pelo oscuro le cae sobre los ojos, por lo que Seokjin no puede verle bien, pero incluso desde esta distancia siente un pinchazo de interés. Siempre se ha decantado por el tipo tímido.
Está a punto de armarse de valor para acercarse, tal vez invitarlos a su cabina para una ronda o tres, cuando Yoongi y Hoseok vuelven a la cabina, sudorosos y sin aliento por la risa. Bueno, Hoseok está sin aliento, Yoongi parece a punto de matar a alguien.
"Uh oh, ¿quién ha insultado tu gusto musical, Yoongi-yah?" Seokjin se burla, devolviendo a los dos sus bebidas mientras Yoongi resopla, antes de tragarse su whisky de un trago, con las encías asomando por sus labios mientras traga. Seokjin vuelve a mirar al trío del otro lado de la barra y capta la sonrisa del chico rosa con los ojos puestos en Yoongi. Muy interesante de hecho.
