6- Lo consideré, y...

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"Sí vas a venir, ¿cierto?" —Luca

"Lo haría pero... Massimo me pidió que me quedara con él. Tal vez mudarme, y lo consideré y... creo que le hago falta" —Alberto


El día no podía haber sido más emocionante para tres de los niños que habían estado presentes en la copa Portorosso. Ninguno quería que acabase, pero los adultos, como siempre, llegaban con su típica hora de regresar a casa.

Luca y Alberto bajaron enseguida del escondite del árbol y el menor se reunió con su familia. Su padre lo recibió con una palmada en el hombro.

—Muchas gracias por todo —Daniela sonrió a Massimo, el padre de Giulia una de las nuevas amistades de su hijo— No sé cómo agradecerle.

El aludido simplemente alzó la mano, gesto que todos entendieron. Luego, la adulta se giró a Luca y sonrió.

—Despídete hijo, nos vamos.

—¡Adiós chicos! —Luca agitó su mano con alegría a sus dos mejores amigos quienes estaban uno a cada lado de Massimo.

—Hasta mañana, Luca —Giulia imitó su gesto— Los espero mañana, ¿verdad? Recuerda que mi tren parte al mediodía.

El chico miró a su madre de reojo a lo que Daniela asintió tras una pausa. Luca sonrió ampliamente y afirmó que ahí estaría. La pelirroja sonrió satisfecha y luego volteó a ver a Alberto, esperando saludarlo.

—Espera —dijo en su lugar— ¿Tú adónde irás? —le preguntó al mayor, quien la miró un tanto sorprendido.

—Bueno yo... —rascó su cabeza mientras miraba el suelo— Creo que volveré a la isla —se rió con debilidad— Ahí es donde vivo después de todo.

Luca y Giulia se miraron entre sí y Luca enseguida tironeó de la falda de su madre, observándola con ojos suplicantes. Pero antes de que pudiera decir algo, Giulia se adelantó.

—¡Claro que no! Tú te quedas aquí, además... alguien tiene que ayudarme con los platos —la chica rodeó a su padre para posicionarse al lado de Alberto y apoyar su brazo sobre el hombro del chico.

Alberto hizo un gesto exagerado mientras ponía los ojos en blanco.

—Ah entonces de eso se trata —se mofó a lo que ella lo acompañó con las risas— Está bien, me quedaré aquí.

En ese momento Alberto pudo jurar que vio de reojo como el cuerpo de Luca se relajó levemente al escucharlo decir eso. Supuso que sólo fue su imaginación y lo dejó pasar. Finalmente, la familia Paguro se despidió y regresó a su hogar bajo el agua. Él, Giulia y Massimo permanecieron en la casa mientras ordenaban lo que antes había sido una enorme celebración.

Parados sobre unos bancos de madera para facilitar la tarea de lavar, ambos adolescentes se encargaban de la no tan pequeña cantidad de platos.

—¿Por qué no usamos ambos tubos de agua? Así será más fácil —Alberto dejó a un lado el plato que estaba fregando para girar la segunda llave de agua que tenía frente a él.

Giulia negó con la cabeza, mas tenía las manos ocupadas para detenerlo.

—Espera, ese no funciona muy bie...

Reacio a escuchar como era normal en él, Alberto procedió a abrir la llave. Sin embargo, se sorprendió enormemente cuando el agua salió con fuerza hacia los lados, empapándolo a él y a Giulia. Sus escamas salieron rápidamente y enseguida tanteó a ciegas para cerrar el paso de agua. Ambos permanecieron unos segundos en silencio antes de que Giulia rompiera a reír a carcajadas mientras cubría su boca.

Luca One-Shots🐟🛵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora