25- Será pez comido

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"Esto será pez comido. Solo, no te mojes" ;) —Alberto


—¿Estás seguro de que sabes sobre esto? —Giulia preguntó, desconfiada, ojeando levemente a un muy seguro Alberto.

—Afirmativo —respondió él— ¿No te dije que soy un experto en cosas humanas?

—Algunas veces. ¿Recuerdas mi nombre al menos?

El chico rodó los ojos.

—Estoy seguro de que la fiebre no te hace perder la memoria. Giulia —agregó tras una pausa solo en el caso de que su hermana de verdad creyera que no recordaba cosas simples.

—No tengo idea de cómo afecta a los del océano —continuó ella, juntando ambas manos y mirando fijamente a Alberto quien estaba sentado en su cama, tapado con las sábanas.

—¿A quiénes? —él frunció el ceño a lo que ella sacudió la cabeza.

—¿Lo ves? Ya te olvidaste —exclamó, totalmente alterada con la idea de que Alberto no recordara que ella intentaba utilizar menos el término "monstruo" para referirse a ellos.

—Ya no discutan —dijo de repente una tercera voz a lo que Giulia se volteó— No queremos que Alberto se altere más.

Parados en la puerta de su habitación estaba Luca y detrás de él su mamá y su papá.

—¿Cómo te sientes, Alberto? —preguntó Daniela quien había hablado antes.

—No muy bien... ¿Y qué hacen los papás de Luca aquí? —preguntó a Giulia al tenerla más cerca.

—Massimo nos dijo que no te sentías bien y queríamos pasar a verte —dijo Lorenzo a lo que Daniela asintió, mirando al chico con pena.

—Pobrecito... aún recuerdo cuando Luca se enfermaba de pequeño —dijo esta con nostalgia— ¿Y qué es lo que tiene?

Febbre —respondió Giulia— Papá no está y yo tengo que cuidarlo. Creo que fue a buscarle una medicina o algo así.

—¡¿Una qué?! —se horrorizó Alberto.

Luca entró por primera vez en la habitación para dirigirse a su amigo y poder ayudarlo o solamente acompañarlo, pero su mamá lo detuvo rápidamente.

—Será mejor que mantengan distancia con él, no queremos que se contagien.

—La fiebre no es contagiosa —señaló Giulia.

—Eso no lo sabemos, aún —Daniela se encogió de hombros.

Una vez que Luca pudo examinar mejor a su mejor amigo pudo notar lo mal que se veía realmente. Todo se centraba en su rostro empalidecido y las oscuras manchas alrededor de sus ojos, dándole un aspecto muy diferente a lo que era él siempre, lleno de energía y brillo en sus ojos.

Otra pista acerca de su condición era su forma de hablar. Parecía que soltar cada palabra le resultaba un esfuerzo enorme por lo que murmuraba la mayoría de las veces.

—¿Cómo te enfermaste? —le preguntó.

Alberto tomó aire antes de hablar.

—No tengo idea —reconoció.

—Bueno, no tienes que preocuparte por eso ahora, cielo —Daniela sonrió al chico en cama y acomodó sus sábanas a pesar de que estaban perfectamente acomodadas— Tienes que descansar.

Alberto asintió, relajándose sobre su almohada. Pero de repente se sentó de un salto, abriendo grandes los ojos.

—No, no puedo quedarme. Tengo que trabajar —dijo mirando al resto mientras apartaba las sábanas dispuesto a salir de la cama.

Luca One-Shots🐟🛵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora