12- Soy un experto

197 9 73
                                    


"Piacere, girolamo, trombetta. Costumbre humana. Soy un experto" —Alberto 

(Quería decirle feliz cumpleaños atrasado a mi pececito<3) Y al final hay una pequeña aclaración acerca de este capítulo.


El único lugar de su casa en donde una gran parte de la luz del sol entraba, era la cocina. Ahí se había quedado junto a todos sus libros en la no tan grande mesa que se usaba mayormente para comer y no para estudiar.

Sofía apoyó ambos codos sobre la mesa y apoyó su cabeza entre sus manos mientras leía una y otra vez la misma página hasta que se dio cuenta de que estaba por arrancar parte de su cabello. Enseguida se enderezó y tomó aire.

En ese momento su hermano mayor entró a la cocina y la miró de reojo con una risa.

—No sé que es lo gracioso —refunfuñó ella.

—Lo gracioso es que mama e papá van a reconocer quién es más listo de los dos —Ercole se encogió de hombros y procedió a servirse agua.

Sofía rodó los ojos y apartó rápidamente uno de los manuales en donde él pensaba apoyar la jarra y el vaso.

—¡Attento! Si algo le sucede a estos libros... estoy muerta —se quejó con un suspiro.

—Suena divertido —se burló de nuevo su hermano.

—Eres imposible.

—Y tú eres muy dramática.

—Ten cuidado con lo que dices —la chica amenazó y se puso de pie. El hecho de no poder entender su tarea de por sí la ponía nerviosa para que su hermano mayor empeorara las cosas.

—No sabes cuanto miedo tengo —siguió él antes de salir de la cocina y, por supuesto, no acomodó lo que había usado.

Sofía gruñó y golpeteó el suelo con los pies.

—¡Ti detesto! —exclamó furiosa antes de salir de la casa.

Una vez afuera en donde el aire marino llenó sus pulmones, la chica respiró profundamente y caminó a paso rápido hacia la plaza. Efectivamente Alberto había dicho la verdad, él y sus amigos estaban siempre ahí. Bueno, siempre y cuando no estaban nadando o trabajando.

Después de haberlos conocido, había cruzado camino con ellos un par de veces. Pero estos solo la saludaban de lejos, al menos Alberto lo hacía. Sus otros dos compañeros, que por cierto Sofía no recordaba del todo sus nombres ya que según su hermano mayor eran "apestulia" y "picoletto", no hacían mucho más que saludarla con un leve asentimiento de cabeza. Sofía tuvo la leve sospecha de que ella no les agradaba.

Vio al trio de amigos hablar con otros niños y, en cuanto estos se distrajeron dejando a los tres a solas, se apresuró a correr hacia ellos.

Ragazzi —llamó Sofía alzando la mano mientras corría a su lado. Una vez que llegó junto a ellos tomó aire profundamente— Wow —suspiró mientras se recomponía. No había notado lo mucho que se había agitado en el camino.

Los tres la vieron arreglar su ropa y cabello para luego enfrentarlos por fin.

Mi dispiace, los busqué por todos lados —explicó alzando una mano.

—¿Ah sí? —preguntó Alberto dando un paso al frente a lo que ella asintió.

—De acuerdo, seré breve. Ustedes conocen mis libros escolares, ¿certo?

Luca y Giulia asintieron lentamente. Sofia frunció los labios y llevó ambas manos a su espalda. Luego sacudió la cabeza.

—¡Ho bisogno di voi! —exclamó totalmente alterada, sacudiendo las manos— Quiero decir... necesito su ayuda. No logro entender mi tarea en esos libros —dijo con frustración, juntando las manos y mirándolos de manera suplicante. Sus pies golpeteaban el suelo con rapidez— Per favore... les pagaré lo que sea —finalizó entrelazando ambas manos— Si me va mal de nuevo mis padres van a matarme —agregó por lo bajo.

Luca One-Shots🐟🛵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora