19- Te extraño

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"¡Cuéntame cómo te va! Te extraño. Ciao, Luca" —Luca.

<3<3

Esta historia es super corta, no tiene mucha trama, simplemente es una especie de comfort que quería hacer ya que yo misma ando necesitando comfort jaska Y qué mejor que uno sobre tu ship favorito<3


Despertarse sobresaltado por suerte no era algo que le sucediera tan seguido. En realidad, no le había sucedido nunca, pero a su amigo así. A pesar de tener un despertar mucho menos violento, el malestar era igual.

Alberto suspiró con fastidio y se sentó en su cama. Luego restregó sus ojos con una mano, estirando la otra para tantear sobre sus sábanas, buscando la bola de pelos que dormía a su lado. Una vez que sus dedos rozaron el suave pelaje de su mascota, volvió a suspirar un poco más calmado.

—Estúpido Bruno —murmuró antes de dejarse caer sobre su almohada y apretar los ojos, llevando ambas manos a su cabeza. Ni siquiera sabía si era culpa de Bruno o no, pero a alguien tenía que culpar por sus pesadillas.

Machiavelli maulló tras ser despertado con su pequeño escándalo, por lo que Alberto abrió los ojos y sonrió a medias.

—Lo siento amiguito —dijo al par de ojos brillantes que lo observaban en la oscuridad— Me pregunto si tú también tienes pesadillas.

El gato se levantó desde donde dormía a sus pies y se aproximó para echarse a su lado, siendo acariciado enseguida. Alberto apreciaba un montón la compañía del gato en esos momentos, pero no pensaba sobrecargarlo con sus problemas por lo que se puso de pie de un salto y encendió la luz de su habitación, buscando algo con qué distraerse.

Comenzó a toquetear los libros de Giulia junto a su cama, mirando algunas imágenes. Varios ya los había leído. Cada tanto le hacía algún comentario en voz baja a Machiavelli, pero acabó por permanecer callado.

—No tienes por qué aguantar esto —le dijo después de un rato— Si tan solo pudiera hablar con... —Alberto suspiró y se encogió de hombros antes de continuar con la "lectura".

De repente se enderezó de golpe y abrió grandes los ojos.

—Tal vez sí pueda.

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Mientras tanto en Génova...

Cierto monstruo marino abrió con extremo cuidado la puerta de la cocina y asomó su cabeza. La luz de la luna iluminaba la no tan grande habitación vacía. Tomó aire y empujó la puerta lo suficiente como para pasar. Él y el perro que lo había seguido en cuanto Luca lo pisó accidentalmente.

—Lo lamento, ¿okay? Yo no sabía que dormías justo afuera de mi habitación —susurró al animal mientras cerraba la puerta lentamente.

Nerone, el perro de Giulia (y de él también para ese entonces) se sentó junto a la mesa y lo observó. Luca había intentado que se quedara dónde estaba y volviera a dormir, pero no le había hecho caso. Tampoco podía alzar mucho la voz realmente. Decidió que mejor hacerlo rápido y se dispuso a servirse agua. Ni siquiera pensaba beberla en la cocina, se la iba a llevar a su cama.

Cuando el teléfono sonó, Luca pudo jurar que su corazón casi salta de su pecho. Enseguida se lanzó al aparato para contestar y así dejara de sonar, estando a punto de tirar el agua en el proceso.

Nerone también lo oyó y el salto que Luca había pegado solamente aumentó su exaltación y no tardó en empezar a ladrar.

—¡No, no, no! ¡Cállate! —susurró Luca con desesperación mientras hacía un gesto con la mano en un intento de calmarlo y sujetando el aparato contra su pecho— ¡Shhh!

Luca One-Shots🐟🛵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora