Luca One-Shots🐟🛵

13- El cementerio embrujado

Esta historia está inspirada en un cuento que leí cuando era pequeña que se llama "Manos" Heh, Feliz Halloween/Octubre<3

"Mannaggia, casi no hay peces hoy" —Massimo

"Tal vez sea porque aquí es un cementerio embrujado" —Luca

Explorar el océano nunca había sido una de sus prioridades, hasta que conoció a sus nuevos amigos marinos. Antes de eso, solo le interesaba lo que había arriba y no abajo. El espacio, las estrellas, los planetas. Pero, al descubrir esta nueva vida marina, Giulia pensó que se estaba perdiendo de muchas cosas.

Fue por eso que decidió acompañarlos cada vez más profundo. El hecho de que hubiera una comunidad entera justo debajo del mar en donde ella vivía, era algo difícil de imaginar hasta que Luca la llevó personalmente a conocer su aldea.

Gracias a los modernos trajes de buceo, ella podía permanecer un rato allí y hasta visitar la casa de Luca unas horas sin necesidad de regresar a la superficie para respirar.

Nadar se sentía como volar y a Giulia le encantaba realizar todo tipo de piruetas en el agua siendo guiada por sus amigos.

—¡Una carrera hasta arriba! —exclamó ella entre risas mientras comenzaba a dirigirse hacia la superficie.

Luca y Alberto la acompañaron con las risas y fueron enseguida detrás de ella. Obviamente tenían ventaja por lo que al alcanzarla la tomaron de las manos para llevarla hasta arriba. Una vez que sus cabezas se asomaron fuera del agua, la chica retiró su máscara para poder respirar aire nuevo.

—¡Eso fue genial! —festejó, alzando los puños.

—Dices eso cada vez —sonrió Luca.

—Lo sé.

Un rato más tarde, los tres volvieron a subir a la pequeña embarcación a remo que usaban para dirigirse a lo profundo y así poder bucear.

Giulia se asomó hacia abajo y frunció los labios.

—Ragazzi... aquí abajo no hay peces —se quejó la chica.

—Tal vez sea porque estamos justo sobre un cementerio embrujado —dijo Luca con obviedad a lo que Alberto asintió.

—Que obviamente no está embrujado, pero los peces creen que sí.

Giulia no escuchó eso último, lo que Luca había dicho había captado toda su atención. Miró a sus amigos con ojos muy abiertos.

—¿Ustedes tienen un cementerio embrujado?

—Pero no está embrujado —repitió Alberto— Los peces creen...

Giulia alzó las manos y se acercó a ellos de golpe, haciendo balancear el bote.

—¿Por qué nunca me llevaron? —preguntó con sorpresa e indignación.

—Porque te queremos —respondió Alberto con tranquilidad.

—Dijeron que no está embrujado —señaló ella a lo que Luca y Alberto se miraron. Tras unos segundos, ella entornó los ojos— ¿Les... da miedo?

—No —respondieron los dos a la vez rápidamente a lo que ella los miró con desconfianza.

Luca recordaba sus aventuras con Alberto el año anterior. Visitar ese lugar había sido sugerido por su amigo, pero él se había negado enseguida. Suficiente tenía con visitar la superficie.

Alberto, por su lado, jamás se acercó demasiado. No pensaba ir sin Luca por lo que lo canceló en cuanto este partió a la escuela. Luego simplemente lo olvidó. El mundo humano era mejor.