5. Herederos.

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— Hola — habló Pansy con su acostumbrada voz elegante y pomposa, que más que nada, la hacía oír graciosa — ¿Qué estás haciendo?

— No mucho, solo repasando algunas lecciones — contestó Hermione. Se encontraban en una de las múltiples habitaciones que había en la guarida, esa en particular, había sido ambientada como sala de estudios por Emilia, ya que creyó que al tener a tantos jóvenes magos en formación dentro del lugar sería de utilidad.

— Podemos hacer algo más divertido — sugirió Pansy colocando las manos sobre la mesa, en dónde se encontraban las cosas de su novia y con una sonrisa pícara, acompañada de un brillo especial en los ojos.

— ¿Ah sí? — preguntó la castaña dejando su libro y pergaminos aún lado — ¿Algo como qué? — volvió a preguntar, levantándose de la silla y rodeando la mesa para acercarse a su novia con una sonrisa aún más pícara.

— Es un secreto, pero si eres valiente, y dejas por un rato tu repaso, te lo muestro sin problemas — contestó acortando el espacio entre ellas tomando a la castaña por la cintura, y girando, de tal modo que Hermione quedó atrapada entre la mesa y Pansy, quién inclinó ligeramente la mirada para poder ver a Hermione a los ojos — ¿Qué dices? ¿Vienes? — le preguntó al oído.

— Me convenciste — aceptó la castaña viendo los ojos grises de su novia, que estaba a solo unos pocos centímetros de ella — Pero antes... — Hermione tomó la barbilla de Pansy con delicadeza, acercándose hasta que sus labios se rozaron, pero sin llegar a besarla. Con movimiento rápido, qué la Slytherin no esperaba, la castaña intercambio lugares, aprisionándola contra la mesa y, aún con los labios muy cerca del cuerpo de Pansy, recorrió la piel erizada de la Slytherin dejando suaves besos hasta llegar a su cuello, y una vez ahí, lo besó con ansias. Al separar sus labios de la piel de Pansy notó la respiración entrecortada de la chica, y decidió hacer un movimiento más. Bajo un poco la blusa holgada de su novia, pudiendo ver de ese modo las clavículas de la Slytherin.

— Si haces eso... puede que tengamos... problemas — habló la pelinegra con la respiración entrecortada, el rostro sonrojado y sujetando la mesa con fuerza — ¿Quieres que...? — antes de poder decir algo más sintió los labios de Hermione en su clavícula.

— Si no quieres que lo haga pararé... ¿Quieres que me detenga? — preguntó, volviendo a mirar a Pansy a los ojos.

— Hazlo — aceptó Pansy, que sujetó el rostro de Hermione para besarla con ganas una vez más — Solo... cuida que no se vea mucho.

Hermione la beso de vuelta, tomó sus manos entre las suyas y la bajo despacio, haciendo que Pansy volviera a sujetar la mesa, está vez con sus manos envolviendo las suyas. Volvió a bajar hasta la clavícula de su novia, dejando unos cuantos besos tiernos antes de lamer la zona bajo la clavícula del lado derecho y luego succionar... escuchó salir un gemido de los labios de Pansy y observó cómo la zona a tomar un color morado claro. Sonrío satisfecha y acomodó de nuevo la blusa de Pansy.

— Espero que no se vea mucho Granger — dijo Pansy, haciendo un mal intento de ocultar una sonrisa, y sin soltar la mesa aún — No puedo arriesgarme a que mis conocidos de la alta sociedad me vean con un chupetón de la clavícula...

— Tranquila Parkinson. Eso... — dijo poniendo un dedo sobre el punto exacto dónde estaba el chupetón, qué era cubierto por la blusa — Solo yo puedo verlo... A menos claro, que quieras ir mostrándolo con orgullo — comentó con voz altanera acomodando sus cuadernos y pergaminos sobre la mesa.

— No, claro que no Granger, pero la próxima vez, seré Yo quien lo haga — dijo tomando el rostro de Hermione con cuidado y para volver a besarla — Ahora sí, vámonos — hablo tomando con cariño la mano de la castaña y salieron de la sala de estudios.

Franqueza, convicciones y respuestas de Pansy Parkinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora