4. Lo que sucedió cuando no estuvimos. Parte 3: Profecía.

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Elliott observaba a sus hijas e hijo jugar con el resto de chicas y chicos que aún estaban en la guarida.

El partido de quidditch que jugaban estaba siendo perdido por el equipo de Pansy, a pesar de ser buena volando escoba la chica no sabía las reglas del juego, ya que nunca le había interesado. Su equipo estaba formado por Ron, Ginny, Zach y Fred, y se enfrentaban a Hermione, Tracey, Isa, Harry y George, en ese equipo solo a Hermione no le gustaba mucho el quidditch, pero sí conocía las reglas.

— ¡Vamos Pansy! ¡Debes de volar hacia la quaffle! — gritó Elliott, al ver que su hija intentaba perseguir una blodger para golpearla —¡Atrapa la quaffle! — le gritó viendo que la chica paraba y después volvía a acelerar — No puedo creer que sea tan mala en los deportes...

— Ni Yo... es hábil y muy ágil, pero cuando se trata de deportes tiene menos coordinación que un pequeño de un año — Emilia llegó junto a su esposo y le ofreció un vaso de limonada — ¡Ten cuidado hija!... es pésima — comentó luego de que Pansy chocará contra las ramas de un árbol cercano y casi cayera de la escoba.

— Nadie imaginaria que es tan buena en duelos — mencionó Elliott — ¡Jajajajaja!... ¡No, no, no, Pansy! ¡Tú no persigues esa pelota! — no podía creer que su hija ahora intentará atrapar la snitch — ¿Por qué no lee la mente de Ron y Ginny? De seguro deben estar alucinando por lo mala qué es en el juego.

— Porque sabe que no es bueno leer las mentes sin una razón importante — Emilia notó que su hija no tenía ni idea de cómo jugar, pero igual se estaba divirtiendo.

— Es casi imposible tener dos abuelas legeremantes, mucho menos común es que tú lo seas, y él... lo haya sido también — Elliott se sentó en una banca y fue seguido por Emilia — No puedo creer que ella también lo sea... — comentó mirando Pansy volar y reír.

— Yo no nací con la habilidad de ser legeremante... Sebastián tampoco, pero todo indica que Pansy sí. Tardé mucho tiempo en aprender bien, y por lo que ella me contó logró entrar en la mente de Sebastián con facilidad, y él era bueno — dijo sentándose junto a su esposo.

— ¿Nunca sospechaste que tuviera esa habilidad?

— Sí... cuándo volví a tenerla conmigo, cuando tenía seis años y logramos recuperarla, en algún momento intenté leer su mente para conocerla un poco más, pero nunca pude — confesó mirando a su hija mayor — No pude y deje de intentarlo, si mi hija no quería que nadie supiera lo que pensaban, no sería Yo quién entrara en su mente como una intrusa. Me enteraría de lo que ella me quisiera contar.

— ¿No te sentiste mal cuando lo descubrimos?... mejor dicho, ¿Llegaste a pensar que hubiera sido mejor seguir intentando entrar en su mente? — Elliott reformulo la pregunta, porque era consciente de que su esposa se había sentido devastada al conocer todo lo que Pansy tuvo que pasar.

— No... no creí que invadir su mente hubiese sido mejor, sé que sí en algún momento lo hubiera hecho jamás confiaría en mí de nuevo. La confianza que me tiene es importante para mí.

— Para mí igual... entiendo que de verdad ella no sabía cómo afrontar la situación y al final sufrió mucho — Elliott observó a Pansy, todo el aspecto físico de la joven era muy diferente al de él, si alguien los viera sin conocerlos nunca pensaría que eran familia, pero a Elliott jamás le importó que su hija fuera tan diferente a él, solo le importaba que fuera feliz — Protejamos a nuestras hijas y a nuestro hijo mientras podamos — dijo tomando la mano de Emilia.

— Mientras podamos, mientras sigamos vivos, mientras sea necesario — el tono decidido de la voz de Emilia y sus palabras hicieron que recordará algo — Creó que tuve un "deja vu" — comentó cuando al recordar lo vivido hacía tan solo unas semanas.

Franqueza, convicciones y respuestas de Pansy Parkinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora