21. Internado Woods. Parte 2: Retirada.

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Dentro del internado Zach, Isa, Octavia y dos centenares de alumnos se encontraban atrincherados en el gimnasio. Octavia no había logrado convencer a sus dos protegidos de irse y después un rato tuvo que acceder a sus peticiones. Los más chicos de los Tremblay-Vital alegaron que no podían dejar el lugar a sabiendas de que el resto de personas ahí podría morir si se iban, por lo que se quedaron a pelear.

Tres personas, dos de ellas menores de quince años, defendían el lugar de cerca de cincuenta atacantes.

¡Esto no va a resistir mucho más! ... ¡Reducto! — Zach se escondió tras las gradas apiladas que habían puesto en círculo con ellos en medio.

¡Son demasiados! — exclamó Isa protegiéndote tras las colchonetas — ¡Destructo! — su ataque derrumbó una pared cercana a dos atacantes, sin embargo, no les hizo mucho daño — ¡Diffindo!...

¡Cuidado! — Octavia evitó que una enorme llamarada hiriera a los chicos, que insistían en atacar junto ella — ¡Pongan más hechizos de protección! ¡Ahora!

— ¡Salvio exia!

— ¡Protego!

No obstante, los pequeños no conocían tantos hechizos de protección, o mejor dicho no eran capaces de conjurarlos todavía, por lo que la barrera que los protegía era un tanto débil.

Aun así, sólo ocho o nueve atacantes estaban intentando entrar en el gimnasio mientras que el resto hacía destrozos por todo el internado en busca de dos personas.

Raffaello y Laurent inspeccionaban las aulas deshaciéndose de los desafortunados jóvenes que seguían escondidos. Volkova y McNair revisaban los dormitorios, en los que por desgracia había muchos chicos y chicas jóvenes. La mayoría de los profesores, personal administrativo y de mantenimiento habían sido eliminados de manera silenciosa antes de la primera explosión.

Mira nada más... — Raffaello entró a una sala donde se escondían cinco jóvenes — ¿A quiénes tenemos aquí? — preguntó acercándose a una de ellas, quién tembló en cuanto sintió la mano del hombre en su rostro.

No venimos a eso imbécil — Laurent entró a la sala y miró al hombre con asco.

Claro que no, solo me estaba divirtiendo un poco... No hay necesidad de que tus lindos ojos verdes me vean así — dijo volteando a ver a su compañera y alejándose de la chica — Buscamos a dos personas, un chico y una chica — comentó dirigiéndose a los jóvenes de la sala.

Puede que los conozcan... Me parece que son hermanos y creemos que su apellido es Tremblay-Vital o puede que solo sea T-V... — habló Laurent caminando alrededor de ellas muy despacio — Ahora... ¿Los conocen? — las jóvenes evitaron verla al rostro, estaban tensas y sudaban presas del miedo y sus respiraciones eran más erráticas con cada segundo — ¡¿Los conocen?! — gritó perdiendo la paciencia. Las jóvenes negaron desesperadas y más aterrorizadas que antes — Ya veo, qué pena.... ¡Avada Kedavra! — Laurent vio caer una a una a las jóvenes frente a sus ojos... Tal vez, solo tal vez por ser muggles no sintieron temor al escuchar esas palabras, que sin saberlo fueron su sentencia de muerte.

Los matas muy rápido... — Raffaello observó el rostro de la joven que había molestado, se agachó y limpió una lágrima que bajaba por su mejilla.

No venimos a jugar. Tenemos que encontrar esos mocosos — Laurent no se inmutó al ver los cuerpos y salió de la sala para continuar la búsqueda en la siguiente.

Fuera de una habitación, en un pasillo donde terminaba un bloque de los dormitorios, Volkova y McNair decidían dónde continuar con su búsqueda.

Terminamos con los dormitorios — sugirió McNair — Puede que los mocosos se estén escondiendo en el bloque que queda...

Franqueza, convicciones y respuestas de Pansy Parkinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora