14. Ministerio. Parte 1: Heridas.

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¡Demonios! ¡Profesor! – Tracey se apresuró a cubrir la espalda del profesor, y juntos empezaron a hacerles frente a los cuatro mortífagos y a las personas encapuchadas que habían salido de la nada.

Tracey y Flitwick se habían topado muy de cerca con Zambely y McNair cuando estaban por cambiar de nivel. Al verlos se alejaron de los elevadores, pero minutos después vieron a Moody y Tonks llegar al mismo piso.

Ambos Aurores se habían acercado con cautela a los mortífagos... Sin embargo, dos ataques habían estado a punto de alcanzarlos, pero lograron evitarlos gracias a la intervención del profesor y la joven. Esos ataques habían sido lanzados por Romanov y Fortuni, quienes volvieron a atacar al notar que sus hechizos habían sido bloqueados.

Y así había dado inicio otra batalla dentro de las inmediaciones del Ministerio.

¡Flipendo! – exclamó Tracey, golpeando a Fortuni, que salió disparada contra el techo y cayó al piso de forma estrepitosa –¿Cómo demonios es posible que estén aquí? – preguntó confundida.

– ¡No lo sé! ¡Pero intentemos poner a las personas a salvo! – habló Flitwick, sin perder la calma.

Tal como en el piso donde sus compañeros luchaban, en el nivel dónde ellos estaban había mucha gente, en especial niños y jóvenes, por lo cual pocas personas eran capaces de siquiera intentar atacar a los cuatro mortífagos y el resto de personas encapuchadas.

Debemos acercarnos a Tonks y a Moody, así les podremos hacer frente formando una barrera y protegiendo a las personas detrás de nosotros – sugirió Tracey, bloqueando algunos hechizos que iban directo a ellos.

Bien pensado... ¡Destructo! – exclamó el profesor, atacando a las figuras encapuchadas y derribando a varias de ellas.

Sin dejar de bloquear los ataques que iban contra ellos avanzaron hasta los dos Aurores, que se enfrentaban a Romanov, Zambely y McNair. Los mortífagos los habían reconocido de inmediato, y al identificarlos como Aurores, habían centrado sus ataques contra ellos.

Moody y Tonks se esforzaban en hacerles frente a los tres mortífagos, que los atacaban dispuestos a terminar con dos de los Aurores más poderosos del Ministerio de una vez por todas. Zambely se encargaba de lanzarles hechizos cuando ellos bloqueaban o atacaban a Romanov y McNair.

Moody ya tenía varios cortes en el rostro, en los brazos y sangraba profusamente de su pierna luego de que Zambely lanzara contra él dagas que no pudo desviar. Tonks por su parte sangraba de la frente, sin embargo, peleaba con más coraje y determinación que nunca, atacando con todas sus fuerzas a sus contrincantes, teniendo claro que no se podía dar el lujo de recibir ningún ataque, no en esos momentos.

Romanov y McNair sorprendieron a Moody con un ataque en conjunto, arrojándolo con fuerza contra un escritorio de cristal, debido al impacto y los nuevos cortes en su cuerpo el Auror quedó inconsciente.

¿En dónde están tus demás amigos, bonita? – habló Romanov con voz burlesca y levantó su varita, dispuesta a atacar a Tonks – ¡Destru...! – sin embargo, una cuerda se enredó en su cuello, jalándola hacia un costado.

¡¿Qué demonios?! – exclamó McNair, al ver la cuerda apretar el cuello de su colega dejándola inconsciente – ¡¿Qué demonios!?

¡Incarcerous! – exclamó Tracey, enrollando otra cuerda en el cuello del mortífago y lanzándolo contra una pared, luego se apresuró a correr junto a Tonks– ¿Estás bien? – preguntó colocándose a su lado para atacar a Zambely y a Fortuni, que ya se había recuperado – Flitwick fue a ayudar a Moody, pongámonos en fila, así podemos proteger mejor a las personas...

Franqueza, convicciones y respuestas de Pansy Parkinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora