Pasaron unos momentos antes de que cualquiera dijera algo más, seguían sorprendidos por la petición de Pansy.
— Vaya... Por supuesto, si eso quieres los veremos contigo — aceptó Tracey.
No hubo nada más que decir, se pusieron de pie, abandonaron el patio y dejaron ahí Arrow y Blake quienes seguían descansando, Jawley por su parte subió hasta el hombro de Tracey acompañando a las chicas y a los chicos hasta la habitación de Pansy.
— Asegúrate de cerrar bien la puerta... No creo que sea buena idea que algún adulto entre cuando los estemos viendo — comentó Ginny haciéndole señas a Ron para que la cerrara — ¿O... quieres decirles? — le preguntó a Pansy.
— Yo... No lo sé... Primero quiero ver que es. Bueno, quiero ver porque me los dio ¿Okay?
— De acuerdo.
Se aseguraron de que nadie pudiera entrar, entendían que era importante para Pansy conocer qué era lo que Sebastián le entregó.
Se acomodaron en la habitación, se sentaron en el suelo, en el sillón y en la cama. Pansy no tenía un pensadero, pero por suerte tenían algo similar, un recipiente cóncavo en donde vertió el líquido que tanto tiempo había guardado. Respiró profundo y cerró los ojos con fuerza aún nerviosa por lo que podía llegar a ver. Todos esperaron el tiempo necesario, veían a Pansy parada con los ojos cerrados debatiéndose si por fin descubrir eso que Sebastián quiso mostrarle o hacerlo en otro momento.
Por fin, luego de algo más del tiempo esperado, la Slytherin respiró profundo, abrió los ojos y sumergió el rostro en el líquido.
Flashback
Sebastián Parkinson se encontraba en una habitación de la mansión de su familia que él mismo había acondicionado para que Pansy pudiera familiarizarse de poco a poco con las materias que aprendería al ingresar a Hogwarts. Se veía un poco de todo, calderos para pociones, plantas y esquemas para herbología, objetos mágicos variados... Pero lo que más resaltaba era todo el material relacionado con criaturas mágicas. Había figuras y modelos de animales, dibujos en las paredes, aparatos que emiten sus sonidos, demasiadas cosas.
— No puedo creer que haya una Parkinson que tenga interés en criaturas mágicas — comentó Sebastián para sí mismo. Se veían menos arrugas en su rostro, sus ojos grises se veían más felices y tenían un brillo inusual en ellos, su cabello era más largo, casi hasta los hombros y parecía más alto, pero solo era una un efecto visual, su joven aspecto lo hacía lucir con unos cuantos centímetros de más, pero seguía midiendo 194 cm — No entiendo cómo logra meter tantos "animalitos" a la mansión...
— ¡AAAAAH...!
— ¡Mierda Pansy! — Sebastián salió corriendo a reconocer la voz de su pequeña.
Al llegar al salón vio a Pansy y al pie de la escalera llorando sin control, sus ojos se veían hinchados y su respiración era agitada.
— ¡Merlín! ¡Pansy! ¿Qué pasó? — el joven padre se apresuró a cargar a su hija en brazos, la pequeña lo abrazó con fuerza, y escondió el rostro en el espacio del cuello de su padre — Pansy ¿Qué tienes? — volvió a preguntar y de nuevo no obtuvo ninguna respuesta.
— ¡Aaaaaah! — la pequeña Pansy volvió a quejarse demasiado fuerte, sorprendiendo a su padre por la intensidad del alarido.
— Hija... ¿Qué pasa? — Sebastián bajó a Pansy y se hincó para estar a la altura de la niña, sin embargo, la pequeña seguía llorando. Para el joven padre era fácil identificar la angustia en el llanto de su única hija.
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Franqueza, convicciones y respuestas de Pansy Parkinson.
FanfictionDespués de los eventos que pusieron en peligro sus vidas Hermione, Pansy y el resto de jóvenes magos y brujas, intentan recuperarse y sanar sus heridas... sin embargo la guerra mágica avanza y no pretende esperar a nadie. Pansy se tendrá que enfren...