24. Pérdidas y ganancias.

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¡Sujétalo Tracey! — exclamó Hermione, luchando con el hombre que se resistía a cooperar — ¡Demonios! — se tropezó con unas raíces que sobresalían y cayó al piso.

¡Vamos Elliott! — gritó Tracey, que tuvo que sostenerlo sola cuando Hermione cayó. El hombre era más alto que ella a pesar de haber crecido unos centímetros en los últimos meses aún le faltaban casi diez para alcanzarlo — ¡Anda! ¡Camina! ¡Regresemos a la guarida!

¡Pa... pans... Pansy! — exclamó el hombre, que parecía estar ebrio a causa de los hechizos — ¡Pan...sy! ¡Arrgh! — se tambaleó al no poder coordinar sus pies.

— ¡Elliott! ¡Es...! ¡Esp...! — Hermione evitó que Elliott cayera al piso. Casi no podía con su peso, además, ella era aún más baja que Tracey, y el hombre la rebasaba por casi quince centímetros — ¡Inmovilus! — exclamó y luego lo empujó dentro de los límites de la guarida.

— ¡¿Qué demonios pasó ahí Granger ?! — exclamó Tracey, impidiendo que la castaña entrará en los límites de los hechizos de ocultamiento — ¡¿Qué rayos hizo?! — le volvió a gritar, empujándola con fuerza — ¡¿Y por qué demonios la dejaste?!

¡¿Dejarla?! ¡¿Crees que quería que hiciera eso?! — respondió la castaña furiosa viéndola a la cara y parándose desafiante frente a ella — ¡¿Dejarla?!

¡No soy idiota! ¡Sé perfectamente que sabías que ella haría eso! — gritó sin poder retener las lágrimas — ¡¿Por qué?! — preguntó de nuevo, sin embargo, su tono cambió por completo, sonó derrotada y cayó al piso sentada — ¿Por qué la dejaste? — preguntó llorando, cubriendo su rostro con las manos.

¡Yo...! ¡Yo no quería...! — respondió Hermione, toda la adrenalina de la última hora abandonó su cuerpo, sus piernas temblaron, no pudo seguir de pie y cayó de rodillas al lado de su amiga — Yo... Yo no quería... En verdad que no quería Tracey — le contestó sollozando.

Dime... Dime que al menos intentaste detenerla... — le pidió casi suplicando, no obstante, su amiga se quedó callada — Oh... Vaya, ya veo... Entiendo — Tracey entendió el silencio de la castaña que seguía llorando.

Se quedaron ahí, sentadas en el piso sin decir nada. Solo un par de minutos después escucharon unas pisadas acercarse muy de prisa, desde las arboledas que rodeaban al terreno. Ambas chicas levantaron sus varitas en caso de que fuera necesario defenderse, sin embargo, Remus y Ginny salieron de los árboles con una expresión indescifrable en el rostro.

¿Les dijo que la encontráramos en algún sitio? — preguntó Ginny viendo negar a Hermione — De acuerdo...

Las tres chicas y el hombre ingresaron a los límites de la guarida, en donde Elliott seguía tirado en el piso. Lo levantaron, pero sin quitarle el hechizo para llevarlo dentro de la guarida. Hermione sentía una sensación tremenda de náuseas que se acrecentaba con cada paso y comenzó a sentirse mareada al abrir la puerta y dar los primeros pasos dentro de la casa.

¡¿Elliott?! — exclamó Emilia, bajando las escaleras — ¡¿Qué le pasó?!

¿Dónde está Pansy? — preguntó Isa que bajó justo detrás de su mamá.

La visión de Hermione se nublo por completo, comenzó a sentir que su temperatura subía demasiado rápido y el sudor formándose en su frente. No tenía dudas de que estaba pálida.

Bueno.... Es... Que Yo...

Se quedó — dijo Tracey, interrumpiendo a Hermione — No pudimos... No pude... No pude evitar que se revelará y le mentí a Hermione para que la dejará — dijo sin despegar la vista de los ojos de Emilia — Lo... Lo... Sie... Siento... — tartamudeó, asustada de la reacción de la mujer.

Franqueza, convicciones y respuestas de Pansy Parkinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora