Franqueza, convicciones y respuestas de Pansy Parkinson.

13. Misiones. Parte 2: Dentro.

Minutos después todas las personas que irían al ministerio estaban listas para marcharse.

– ¡Hermione! – Joey y Owen llamaron a su hija y se acercaron a ella.

– Vamos a sentarnos un momento – dijo Joey, y los tres caminaron hasta una de las bancas del patio – Queremos desearte suerte cariño – habló la mujer tomando asiento.

– Y... también pedirte que tengas cuidado – dijo Owen con voz entrecortada – Tal vez no te lo hemos dicho las veces anteriores... pero... cada vez que vas a estas misiones... te llevas nuestra vida contigo – habló temeroso, tomando la mano de su hija.

– Somos los únicos que no pueden ayudar para nada... – los ojos de Joey, ahora cristalinos, observaron el rostro de su hija con adoración – Sigues ahí... aunque no parezcas del todo tú, aunque tu cabello cambie o tu rostro sea otro... nunca dejas de ser tú – acarició la mejilla de su hija para luego abrazarla con cariño y miedo.

– Les prometo que volveré – Hermione estaba un poco desconcertada por el repentino temor que invadió a sus padres – Se los prometo, todo estará bien – dijo, aún rodeada por su madre y padre, en un intento por tranquilizarlos, pero podía sentir los latidos de sus corazones aumentar su velocidad.

– ¡Es hora! – exclamó Moody llamando la atención de los presentes – ¡En formación ya! – ordenó con autoridad.

Hermione rompió el abrazo y se alejó de sus padres, y tomó una de las escobas acomodadas cerca del cobertizo. El resto la imitó y cuando todos tuvieron su escoba se acomodaron en formaciones de cuatro. Los grupos se elevaron sobre las cabezas de Pansy, Emilia, Joey, Owen, Arthur y Molly, y luego se desvanecieron en un santiamén, efecto del hechizo Cabe Inimicum, que los resguardaría hasta llegar al ministerio.

Emilia no podía dejar de sentirse preocupada, Pansy estaba con ella, Zach e Isa estaban a salvo, sin embargo, Elliott, Tracey, Hermione... en fin, personas importantes para ella se dirigían a una misión, en la que no había ninguna garantía de no salir herido... Algo alejados, sentados en la misma banca donde se despidieron de su hija, divisó a Joey y Owen, mirando el cielo con semblante preocupado.

– Estará bien... Hermione es una bruja poderosa – les dijo al acercarse.

– Solo tiene dieciocho años... y es la mayor de todos ellos – respondió Joey resignada – La magia curativa que practicas... Mejor dicho... ¿Hay alguna forma en que nosotros podamos ayudar a atenderlos cuando lleguen con heridas? ¿Solo es posible con magia o hay algún tratamiento que nosotros podamos aprender? – preguntó esperanzada.

– Hay muchas cosas que pueden aprender... hacer posiciones sanadoras algo que solo Pansy, Hermione, Molly y Yo sabemos hacer bien... siempre es bueno contar con más ayuda, pueden aprender los ingredientes para cada una de ellas y traerlos, aprender a hacerlas... Aunque téngalo por seguro, ustedes dos ayudan demasiado aquí... Elliott y Yo pensamos que hacen demasiado en la guarida y...

– Solo es limpieza... es lo menos que podemos hacer... no vamos a misiones, no peleamos... solo podemos hacer labores del hogar como pago por estar aquí y que nos cuiden...

– Owen, no tienen que hacer nada como "pago", ustedes son nuestros invitados, Elliott y yo decidimos con gusto ofrecerles nuestra casa cuando supimos lo que pasó, ahora somos familia – concluyó con decisión.

– Gracias...

Observaron el cielo despejado por un rato más. Emilia y Joey no eran capaces de asimilar como cada vez que veían a sus seres queridos, a su familia, volar a una nueva misión, el sentimiento de angustia era más abrumador que la vez anterior... En cambio, para Pansy el sentimiento de angustia era diferente, llegaba por otra razón... por no poder pelear junto a sus amigas y amigos... debía admitir que se sintió molesta con Hermione por haber sugerido que era mala idea que ella fuera, pero entendió que su novia solo quería protegerla. Sin más remedio, entraron a la guarida para iniciar la larga espera hasta la llegada de sus seres queridos.