SEIS

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LOS entrenamientos de Hosse empezaron un lunes 3 de septiembre. Observé el estadio desde el exterior. Era completamente negro salvo por pequeñas huellas blancas de patas que estaban esparcidas a lo largo de las paredes. Sobre la puerta de entrada y escrito en grande estaba pintada, también en blanco, la palabra "Huskys".

El equipo Black Monster y sus Huskys eran famosos en todo el país debido a sus jugadores agresivos y a su pequeña plantilla. En tan solo una temporada, los Huskys no habían jugado ni un solo partido sin conseguir, mínimo, una tarjeta por cada tres jugadores. Considerando que eran nueve jugadores, un tercio siempre conseguía una tarjeta verde o amarilla. Lo normal es que alguno de ellos también consiguiera una tarjeta roja, pero eso pasaba solo de vez en cuando.

Al entrar me dirigí primero hacia la pista. Había llegado relativamente pronto, por lo que esperaba que estuviera vacía, pero me equivoqué. Había tres personas sobre el hielo y se estaban riendo mientras golpeaban las pelotas con las raquetas. El más alto de ellos tenía el pelo y los ojos negros, y supe quien era nada más verle. El capitán del equipo, Milan Brooks. Parecía ser una buena persona pese a su carácter explosivo.

A su lado estaba un chico de pelo blanco y ojos verdes que pude reconocer como Axel Price, el novio de Milan. Axel tenía la misma personalidad que un Golden Retriever y era ingenioso, rápido y amable.

El último de ellos era un chico con pelo largo, el cual se apartaba de la cara con una diadema. Él fue el primero en darse cuenta de que ya no estaban solos y pude reconocerle como Peep Evans.

— Tú debes de ser Ashler. — dijo Milan con una sonrisa.

Se acercó hacia mí patinando y me tendió una mano enguantada. Le devolví el apretón mientras observaba a los demás acercarse. Se presentaron pese a que ya sabía quienes eran gracias a los partidos que veía por la tele.

Al acercarse, pude ver que Milan era un par de centímetros más alto que yo, cosa que normalmente solía ser difícil. Antes de que alguno de ellos tuviera la oportunidad de decir algo más, unos tacones hicieron eco a través del pasillo.

Una chica pelirroja apareció de entre las sombras con cara de querer asesinarnos a todos, lo que me puso la piel de gallina. Les dio un repaso a los tres chicos que descansaban sobre la pista y los desechó como aburridos.

— Nosotros también nos alegramos de verte, Rylee. — dijo Milan con una sonrisa, como si no le afectara el poco aprecio que la chica le había mostrado.

Rylee Parker se giró hacia mí y me observó de arriba abajo un par de veces, deteniéndose más tiempo en mi pelo que en otra cosa.

— Bonito pelo. — dijo después de unos minutos.

Los tres chicos a mi lado pusieron cara de sorpresa, pero no dijeron nada.

— Lo mismo digo. — respondí.

Se acercó a Milan, le agarró del brazo con fuerza y se llevó una goma de pelo de su muñeca. Mientras se hacía una coleta con la goma robada, se dirigió a los vestuarios, pero no pasó mucho tiempo hasta que el suelo empezó a vibrar como si una manada de bisontes estuvieran corriendo a través del estadio.

— Preparáos. — dijo Peep poniendo los ojos en blanco.

Dos chicos se empujaban mientras se acercaban a la pista. Sus cuerpos ocultaban la figura de otra persona, que parecía más hastiado que otra cosa.

— ¡Eres más tonto que una mierda! — dijo el más bajo de ellos.

— ¡Y tú eres idiota! — respondió el que estaba a su lado.

Moon and SunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora