Después de la segunda guerra mágica, Amelia Lupin, decide irse de Londres para poder superar la muerte de tantas personas queridas. Así es como llega a Forks. Superar, es lo que ella quería, pero no siempre las cosas salen como queremos.
Agradecimi...
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Hace tiempo que Amelia Lupin no se siente bien, pero al mismo tiempo siente tantas cosas. Odio, arrepentimiento, tristeza, dolor, agonia y soledad. Tantos adjetivos que podría usar para describir como ella vive sus días y a la vez todos llevarían a una sola realidad.
Ella no está bien.
Con los restos de la guerra entre sus manos y las lapidas en la tierra, la joven Lupin apenas sabe cómo ha estado pasando aquellos días de eterna penumbra y silencio. Cada noche antes de dormir, cada día al despertar la asfixiante realidad la envuelve como una suave manta a un bebé, solo que esta manta esta tejida con traumas reprimidos y la bebe es solo una adolescente a la cual le arrebataron el derecho de vivir dignamente.
Desde su estrada a la escuela de magia y hechicería el futuro de Amelia Lupin Black fue escrito y finalizado ahí mismo, pero algo que la joven Gryffindor aprendió, es que nunca finalizas una aventura, si no que comienzas otra mucho peor.
Pero está vez, ya no era con brujos genocidas, no. Ahora era turno de vampiros asesinos y humanas decididas.
Supongo que a la chica solo le queda seguir adelante, por ella, por los que dejó atrás y por ellos.
