~ Capítulo veintisiete ~

666 38 0
                                    

Ethan POV.

Demonios.

Me detengo abruptamente sin ser consciente de que hay una fila de autos detrás de mí.

Al diablo, yo solo tengo ojos para Ivy, eh... Para la seguridad de ella.

Esto no puede estar pasando. La sangre empieza a hervir en mis venas, aprieto ambas manos en el volante mientras mi visión se torna de un color rojo, y, cuando veo al Chevy de Brent atravesar los portones hacia esa casa, la adrenalina se intensifica al triple.

Soy un idiota, no debí de haber detenido mi puño en la cara de Brent.... debí de haberlo seguido golpeando, pero no lo hice; y ahora estoy pagando las consecuencias.

La casa donde la chica perdió todo.

Y Ivy estaba entrando ahí para tomar el mismo destino...

Ivy POV.

No comprendo porque la mesera nos corrió de la mesa y nos acusó de que no habíamos hecho reservación, estúpido, ¿cierto?, hizo que nos tuviéramos que ir del restaurante llamado "Crowne Plaza" si ni siquiera haber probado un trago; Brent reclamó por un tiempo hasta que el gerente, nos corrió junto con dos intimidantes policías.

- Lamento todo esto, Ivy - se disculpa Brent por tercera vez que parece estar realmente apenado. Asiento mientras en el camino me quito los tacones ya que se que no los necesitaré. - Yo... - Se rasca la nuca incapaz de saber que decir sin salir corriendo; ese acto tan simple me pareció tan tierno y al estilo Brent.

Sigo pensando en todo lo que pasó con aquella chica llamada Tamara Robbins, no puedo evitar lo que pasó y mucho menos dejar de pensar en ello porque es algo que representa a Brent (y por consiguiente a Ethan) y lamentablemente forma parte de su pasado; Ethan es un idiota, él se enojó solo porque Brent ganó. ¿Quién se enoja por eso? No fue cruel con la chica... Sólo hizo lo que tenía que hacer, al contrario, ella supo por un rumor lo de la apuesta y empezó a acercarse a Brent porque a ella le gustaba; sin embargo el imbécil de Ethan trató de impedirlo ya que le atraía la chica y, como era obvio no quería que ganara.

¿Qué estoy diciendo? Los dos son unos idiotas y mujeriegos por andar en esas cosas. El trato o "la apuesta" era muy simple, la primera chica que pasara por enfrente de ellos y tuviera relaciones sexuales con alguno de los dos, bastaría para ganarse los cien varos; bien, pues esa chica fue Tamara, y tengo una firme sospecha de que lo hizo de adrede.

No suelo juzgar a la gente, mucho menos si otra persona me lo dice, sin embargo, ¡es más que obvio! ¡Que casualidad que pasó por ahí justo en el momento indicado!.
No debo de seguir enojándome por algo que pasó y que el chico que ganó la apuesta parece estar arrepentido y no con la cara de asesino de hace una hora, debo admitir que me siento aliviada, ¿cómo pude pensar siquiera en que el tierno y dulce Brent me haría daño?

Soy una loca.

Sacudo la cabeza.

- ¿Estás bien? - pregunta. Sonrío porque realmente me siento excelente.

- Muy bien - contesto.

- Y.... ¿A dónde....? - Su celular suena y ve la pantalla. - ... que suerte - dice sonriendo sugnificativamente -, un amigo me dice que habrá una fiesta en su casa, ¿quieres ir?

Me mira por unos instantes mientras asimilo lo que me acaba de decir.

- Eh, si, yo... Eh, bien - tartamudeo. - ¿quién irá? - pregunto dubativa, sabe perfectamente a lo que me refiero por lo que niega con la cabeza.

Me da la sonrisa más grande que he podido admirar en estos días.
- Tranquila, estarás bien. Te aseguro que no irá - consuela.
- Bien si, ¿por que no? - pienso en voz alta.

- Vamos, tenemos que apresurarnos - dice mientras me toma de la mano. El acto me parece un poco repentino, ¿por qué me agarra de la mano? ¿Qué trata de decir con eso? ¿Somos novios? ¿Es mi crush? ¡Que alguien me explique! Mi pulso se acelera y trato de seguir su paso apresurado, no se molesta en abrir mi puerta por lo emocionado que está.

Tranquila, regaña mi subconsciente. Todo estará bien.

Miro por la ventanilla mientras nos dirigimos a la casa del chico, ¿qué se supone que deba de hacer? No conozco a nadie y no soy la persona a la que deberían de llamar social.

Me aliso la falda negra en una acción nerviosa mientras me pongo de nuevo los tacones. Cuando levanto la vista, un chico con gafas en la orilla de la playa capta mi atención, y como es natural, al instante me petrifico y lo miro fijamente... Suspiro cuando voltea y sus ojos no son de color miel.

Odio a ese chico porque me trae recuerdos sobre mi adorado y hermoso (noten mi sarcasmo) padre, debo de admitir que no se ha entrometido en mi camino a como creí que lo haría, a excepción de los primeros días y un poco el tercero ... Como sea, todo iba bien hasta que el día en el que suponía que iríamos de vuelta a Washington, recibí una llamada de él, como es de esperar, Jennpositivaybuenaniña me dice que será para desearnos buen viaje y que le manda saludos a mi madre.
No, no fue así.

Me pidió que si lo acompañaba a una conferencia, el viernes... Quiero decir, mañana.
La táctica de "decirle a Luke lo de ya me largo de esta naldita ciudad" no funcionó según mi plan. Continuando con el relato, le habló a mi madre antes de notificarme a mí y a ella le pareció una "FANTÁSTICA IDEA" y le dió su "aprobación", literalmente; recibí una llamada de ella y con tres palabras que son: TIENES QUE IR, me obligó.
Por mi mente pasaron miles de planes siniestros sobre saltarme la maldita conferencia e irme a otro lugar con Jenn, pero lo primero que me dijo mi querida madre fue "quiero que te tomes una foto con tu padre y me la envíes"; bien debo decir que si estuviéramos en Washington y tuviera todos mis contactos, probablemente le diría a algún nerd que me hiciera un photoshop de mi padre y de mí, pero lamentablemente, eso no pasará porque no estamos en Washington.

Odio esas conferencias de ricos engreídos que no hacen nada más que ver la marca de la ropa que traes.
¿Me revisarás también la marca de mis calzones, o qué? ¡Me enoja tanto eso! Sin embargo, como buena sirvienta e hija, iré y arruinaré absolutamente todo.
....

La casa o más bien mansión, no es nada a como yo me lo imaginé, miles de chicos sin camisa y chicas en traje de baño, se arremolinan en el patio delantero de la casa con cervezas en la mano, cigarros y vasos rojos típicos de una fiesta. Ruedo los ojos porque todo me parece tan estúpido que las ganas de asistir a una fiesta con Brent desaparecen al instante.

- Si, soy yo - anuncia.

- A mi no me jodes, ¿quién eres? - pregunta enojada aquella voz por la bocina.

- Cállate imbécil, si no fuera porque traigo a una chica realmente hermosa en el asiento del copiloto te habría dicho todo lo que te mereces - amenaza enojado; por algo que no logro reconocer, la piel se me pone de gallina cuando la voz contesta:

- Brent Tyson, bienvenido de nuevo. - saluda cortésmente.

Trago saliva porque el mismo presentimiento de hace algunas hora reaparece. Los claxons de unos automóviles alarman mis pensamientos y volteo la cabeza para ver un el mismo carro que estaba en el supermercado donde Brent compró la camisa, ajá...... que casualidad, ¿no?.

Absolutamente todo me vuelve a parecer sospechoso: el carro, la voz enojada, la sonrisa falsa, los malos presentimientos.
... ¿qué significa "Bienvenido de nuevo"?.

El carro avanza y con ello la incertidumbre de lo que estoy haciendo.... No se porque, pero siento que voy a mi propio infierno.

Bésame™ +16 [PAUSADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora