~ Capítulo siete ~

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Dedicado a: @NewbieEscritora
y @ManubuiilesMxh

Me levanté a las diez de la mañana pensando en todo lo que haría durante el día. No habia comestibles que no tuvieran la fecha de caducidad vencida, por lo que necesitaba comprar de regreso, preparé una nota y la pegué en el microondas.
"Vuelvo pronto"
Ví mi celular y mis audífonos pero quería pensar, así que después de algunos momentos de dura meditación seguí caminando y cerré la puerta despacio, llevándome las llaves de la encimera.
Aspiré el aire de Los Ángeles y de inmediato podía sentir la diferencia de un lugar en el planeta, a otro totalmente distinto que no me había permitido sentir.
Extrañamente las personas pasaban corriendo o trotando a esta hora en lunes. Siempre se burlaban mis amigos de mí, porque siempre que caía borracha a escondidas o cualquier antro en el que no piden identificaciones, salía a correr a la mañana siguiente.
Lunes.
Inicio de semana.
Vacaciones de verano.
Hacía un calor soportable, pero dudaba que esta Jenn se acostumbrara al clima en un abrir y cerrar de ojos, por lo que teníamos que ir a comprar ropa de verano, y uno que otro traje de baño. Washington es muy diferente a Los Ángeles.
Mi padre vive a unas cuantas manzanas por lo que lo tendremos cerca por un tiempo - aunque dudo que sepa donde nos quedamos -, en realidad no he definido con Jenn cuanto tiempo nos quedaremos, sin embargo, yo ya quiero salir de aquí lo más pronto posible.
La imagen de sus hijos me vino a la mente. Era obvio que la señora no tiene una visión clara de quien soy, y de lo que soy capaz de hacer, aunque debo de admitirlo que, creo que se dió una idea con mi ligera visita amigable.
Mi cuerpo sentía una adrenalina increible, ya que, estaba alterada y completamente frustrada por todo lo que ha estado ocurriendo. Mi padre es un idiota, nos ha ido mal en la florería - por no mencionar la cafetería - y nosotras estamos aquí solamente por mi "padre", si es que se le debe de nombrar papá. Dejar a su única hija y esposa por su cuenta propia, y desaparecer por tres años para después volver a casa supuestamente "avergonzado", para decirnos que ya tenía una pareja nueva, fué una noticia memorable que le rompió el corazón a mi madre. Todo iba bien hasta que lo golpeé en la mejilla, su cara mostraba ira pura, pero en ese momento no me importó, solo se masajeó el área donde mi mano impacto y salió hecho furia. Fué en ese momento donde todo se fué por la basura, mi padre se enojó tanto que no nos invitó a la boda - igualmente no iba a ir, o solamente para arruinarles la fiesta - y se rehusó a hablarnos por un año. Como sea,después de que asimilamos las cosas y agarramos el ritmo, un día después de la escuela, de regreso a casa, me dí cuenta de mi padre sentado en el comedor, platicando con mi mamá amablemente, por supuesto que la bilis subió por mi garganta y quería gritarle un sin fin de cosas pero solo salió un grito sofocado, mi madre me tranquilizó con el pequeño e insignificante argumento de que organizó una "reunión familiar" en donde pasó la bendita reconcialiación (debo de aclarar que fué entre mi madre y mi padre, no conmigo) sin embargo, yo siempre le he tenido cierto tipo de distancia entre ellos y nosotras.
Y ahora, aquí estaba, regresando a donde comencé... mi madre me insistió tanto en venir aquí, ya que cree que necesito una orientacion paternal, a causa de unos cuantos reportes y comportamientos de adolescentes, y Jenn quería conocer Los Ángeles, y egoístamente no quería enfrentar sola a mi padre y a su familia, por lo que la dejé venir conmigo. Ahora estaba corriendo y gastando todo el enojo y los sentimientos malos en kilómetros. Ví un supermercado a mi derecha y entré.
Escogí puras cosas enlatadas y algunas para ponerlas en el microondas, la comida no duraría para todos los días, sin embargo después tendremos que comprar algo.. Una parrilla eléctrica o algo.
- ¿puedo empezar a cobrar? - preguntó la señora. Asentí y mi celular sonó.
- ¿hola?
- Ivy, ¿donde estas? - preguntó sobresaltada - ¿por que no me contestabas tu celular? Estaba asustada
- Jenn, tranquila, salí a correr...le tranquilicé - dejé una nota - le acordé.
- ¡eso no dice nada! - me dijo, sobresaltada.
- woow, tranquila... Estaré ahí en media hora, no te preocupes, estoy bien
- encontré varias cosas... - me dijo - En el departamento-recordó como si tuviera que mencionarlo. Asentí.
- serían diez con cincuenta - me dijo la señora de pronto. Demonios.
- me tengo que ir, adios
- ¿dónde estás? ¿acaso comprando... Comes - colgué

Solamente traía nueve dólares y no completaba, así que necesitaba quitar lo menos importante. Atún, palomitas, nutella... La nutella es importante, mejor quita el atún. Me quede pensando en ¿por qué siempre insiste Jenn en venir conmigo a hacer el surtido?
- eh.. Quitaré el atún.. - le dije dándole el dinero.
- toma - escuché una voz masculina a mis espaldas. Le tendió el billete a la señora y antes de que pudiera reaccionar ya habia cobrado.
- gracias por su compra - me dijo.
Miré al chico y me pareció realmente atractivo.
- gracias - le dije sinceramente. Que estúpida, ¿por qué no me traje más dinero?
Se encogió de hombros, restándole importancia, me percaté de que solamente traía un agua que pagar.
- para alguien como tú, lo vale-me elogió. Tal vez pensó que me sonrojaría o que caería a sus pies, sin embargo lo único que hice fué asentir con la cabeza y agarrar las bolsas. -te ayudo - se ofreció
- gracias, pero estoy bien - le dije alejándome.
- ¿me puedes dar tu número? - me dijo a distancia. Cuando hice contacto visual me dijo: - tal vez podría llamarte algún día...
Algún día. Suena prometedor, pensé irónicamente.
Tragué saliva e intenté controlarme.
- no ahora - le grité a distancia- pero, gracias
Me la pasé todo el camino pensando en el chico del bar, el que me pidió una ¿cita?, pero él no la quizo llamar de ese modo... ¿Por qué?. La forma en la que me tocó, en la que me miró... Su cuerpo. Agh. Sacudí la cabeza y seguí caminando.
Solo fué la hormona pasajera, me aseguré mentalmente.
...
- Ivy baja a comer! - se escuchó desde la cocina. Sonreí porque pensó que estaba en el cuarto, ya que gritó como si viviera a cinco cuadras, y no en la misma habitación.
- estoy aquí - le dije. Ví que estaba quitándole con dificultad la tapa el atún. - te ayudo - le ofrecí. Me sonrió agradecida y vió lo que más traía en las bolsas.
Me percaté que en la ventana de la cocina quedaba justamente con la ventana de Mike, por lo que me alegré de que Jenn sociabilizara con él, es un buen chico y todavía hay que hablar sobre el tema del departamento, no es nada seguro todavía. Si nos quedamos, no será por mucho tiempo y hay que comprar un refrigerador para que los comestibles no se echen a perder, al igual que no podemos estar comiendo atún ni desperdiciándolo en comida rápida todos los días... Necesito un mapa de los lugares turísticos de por aquí... El dinero, Ivy. El dinero, me recordaba mentalmente.
Sentí una punzada de dolor en la palma de mi mano derecha.
- ¡Ivy! ¡Oh por dios! - gritó mi mejor amiga, regresé a la realidad sin saber que había pasado conmigo. Me dí la media vuelta sobresaltada.
- ¿qué? ¿Estás bien? - le pregunté. Su cara se puso pálida y al mirarla de arriba a abajo para fijarme si tenía alguna herida me dí cuenta de que su cara veía mi mano. El dolor.
Un charco de sangre se estaba formando por debajo de mí.
- ¡demonios! - dije. - vete de aquí, Jenn... No quiero que ...
- estoy bien. - me interrumpió - Ahora vuelvo - me dijo. Asentí y puse mi mano debajo del agua.
Me había cortado con la estúpida tapa de la lata de atún. No sabía donde estaba Jenn, y me preocupé, después de algunos minutos de tener la mano debajo del agua y ver que no había dejado de sangrar, empecé a pensar en una solución.
- toma - escuché una débil voz detrás de mí, al mirar ví la cara pálida y horrorizada de Jenn que sostenía un pañuelo. Reí ligeramente, ya que traía una blusa en la nariz, bloqueando el olor.
- gracias, pero tienes que irte - le dije apresurada - ahora - le ordené. Ví como tenía una discusión interna consigo misma y después de unos segundos, se fué.
¿Cómo le haré ahora? No tengo nada para ponerme una venda en la palma de la mano... ¿Hay primeros auxilios aquí? Lo dudo, pensé. No ví una farmacia hasta cerca de el supermercado. Mi visión lateral miró por la ventana de la cocina y divisé algunas sombras por detrás de la cortina. Mike.
Nunca había sido una de esas personas que necesitaba la ayuda de alguien, sin embargo ahora tenía que ser una de ellas. Agarré otra toalla limpia de la encimera y grité:
- ¡Ya vuelvo!
No espere una respuesta y caminé apresuradamente, ya que había dejado el charco de sangre en el piso de la cocina y no quería que se desmayara Jenn al ver tanta sangre. Subí los escalones de el apartamento de Mike y toqué la puerta. Rodé los ojos, ya que yo nunca había hecho esto en mis peores situaciones, sin embargo, aquí estaba. Miré la calle, sintiéndome un poco avergonzada de que alguien pudiera verme. Escuché la puerta abrirse y dí media vuelta.
Oh, no.
Demonios.
Su sonrisa condescendiente y sus ojos me hacían saber que se estaba atacando de la risa y que, por alguna razón no estaba tan sorprendida como yo.
Él.
Ethan James.
Sin camisa.

Bésame™ +16 [PAUSADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora