~ Capítulo seis ~

1.4K 66 4
                                    

Llegamos y de inmediato me sentí de mil formas difíciles de explicar: alegre, triste, molesta ... No lo sabía... Traía muchas cosas en la cabeza como para estar aquí. Lo único que me consolaba era de que este antro se veía decente, no del cien porciento, pero sí lo suficiente.
- ¿identificaciones? - preguntó el tipo a la entrada. Jenn se las dió y yo aún seguía con la boca abierta. ¿¡Como pudo Jenn pagar para que nos hicieran identificaciones falsas?! ¿Por qué ella y no yo? ¿Ahora ella era la ruda y yo la dulce?. Agh. El guardia nos dió un vistazo y frunció el ceño, mi mejor amiga estaba visiblemente nerviosa ya que se estaba rascando la mano y no dejaba de moverse, el enorme señor asintió y nos dejó entrar.
Mi mejor amiga soltó un suspiro pesado después de que estuvimos cinco pasos adentro.

Todo indicaba que aqui era, ya que olía a perfume, cerveza y sudor combinados... Mis ojos se abrieron de par en par en cuanto ví a muchas personas en la pista de baile meneando sus cuerpos al ritmo de la música. Me sentía bien aquí...saqué de mi sistema todo lo del día y me preparé mentalmente de que tenia que divertirme.
Solo por hoy.
Jenn me jaló a la pista y yo accedí sin reproches. De inmediato dos muchachos nos rodearon y empezaron a bailar con nosotras, por supuesto que si le ponian una mano a ella, los mataría, y si me ponían una mano a mí, igualmente; sin embargo mantuvieron su distancia y seguimos bailando. Dos canciones...
Cinco canciones... Seis... El tiempo pasó hasta que perdí la cuenta.
- estoy exhausta - me gritó Jenn.- iré a la barra, ¿vienes? - preguntó. Negué con la cabeza y le hice la seña de que en un rato más. Se fué y el chico que estaba con ella se vino a bailar conmigo, por supuesto que eran otros chicos, ya que los primeros ya se habían ido hace ¿tres canciones?. Me movía y traía toda la adrenalina en potencia, pronto los chicos se fueron. Algo raro me pasaba... Sentía como si alguien me estuviera mirando fijamente, pero después de dar una vuelta completa y asegurar el perímetro me acordé repentinamente de Jenn y fuí a la barra con un mal sabor de boca, me importó muy poco que mis pies ya no los sintiera.
Me pare de puntitas en mis tacones y no la encontraba. Mi corazón se aceleró y me acercaba más y más conforme empujaba bruscamente a las personas de mi camino. ¿Como se me pudo ocurrir dejarla sola?
- ¡JENN! - grité. Me pasé la mano por el cabello frenéticamente hasta que un destello rubio destacó de entre los demás. Era ella y estaba con un chico... Me acerqué apresurada para alejarla de él, pero al estar a unos metros me percaté de que no estaba con cualquier chico... Si no Michael Donovan, el apuesto y amable Mike. Sonreí y sacudí la cabeza en un intento fallido de relajarme. El nos está rentando el departamento, por ahora, gratis. Sabía que la estaría vigilando desde la posición que estuviera, así que me senté un poco alejada de ellos.
- hola ¿que te sirvo? - preguntó el barman de inmediato después de darme una mirada general.
- una cerveza fría - le dije. Asintió, la destapó enfrente de mí y me la dió.
Estaba pensando en la casualidad de que Michael estuviera aquí en este momento... Mi mente malcriada pensó inmediatamente de que nos siguió... ¿Tal vez? ¿Como en las películas? ¿Un asesino en serie?. Ridículo. Sacudí la cabeza. Ella está hablando bien con él, y no parece haber ningún problema.
Me sobresalté cuando la nube de pensamientos se esfumó, ya que oí la silla de alado moverse por encima del ruido. Dí un largo trago a la cerveza.
- ¿me puedes traer otra? - le dije al barman, al darme cuenta de que mi tercera cerveza ya me la había acabado pensando en Mike. ¿En serio vale Mike Donovan todo el dinero que estoy derrochando al tomar tantas cervezas pensando en él?, me pregunté por un momento. No lo creo, me respondí mentalmente.
- ey, Jerry una cerveza - dijo una voz que hizo estremecerme.
El barman le sonrió amablemente y asintió.
- ¿manejarás así? - preguntó.
Seguía mirando al frente ya que es de mala educación escuchar las conversaciones de los demás, y sobre todo, quería conservar los pocos modales que me ha enseñado mi mamá y que no he pisoteado y derrochado el día de hoy con la familia de mi padre. Pero la pregunta se me hizo muy rara como para hacersela a otra persona, ya que no me percaté de una respuesta. Lo miré.
Sus ojos. Eran simplemente hermosos. Verdes que hacían que te olvidaras de todo a tu alrededor y centraras tu atención en él, solamente. Destacaban de la oscuridad y hacían que te quedaras viendo como si fuera una víbora. Fascinante, pensé. Me sonrió al ver que no reaccionaba y un ligero rubor que no se percibe en esta oscuridad se hizo presente en mi cara.
Me encogí de hombros al recordar la boba pregunta tratando de parecer casual como siempre y desvié la mirada.
- si - le respondí al momento en el que nos dejaban las cervezas.
- no creo que sea buena idea - me dijo. - llevas cuatro cervezas...- me recrimino. Reí un poco porque me pareció inusualmente estúpido. Lo miré un tanto molesta.
- ¿eres policía? ¿Y cómo supiste que llevaba cuatro cervezas? - pregunté. ¡Ay dios! ¡Esos ojos! Rió ligeramente dejándome aún más impactada sin importarle el hecho de que pareció un acosador en serie.
Su sonrisa.
- ¿bailas? - se paró y me tendió la mano. Su playera negra se ajustaba perfectamente a su cuerpo y esos jeans desgastados se veían perfectamente hermosos en el. Le dí un último trago a la cerveza y le di inconscientemente la mano, sin importarme lo antes ocurrido. La canción de Bailando de Enrique Iglesias comenzó, y empecé a moverme al ritmo de la música. El chico se acercó a mí causandome choques de electricidad cada vez que me tocaba o que rozaba con mi cuerpo, se acercó a mi oído y no supe porque no lo golpee, o grité, o llamé a la policía...
- me llamo Ethan James - me susurró. Para colmo, sonreí.
- Ivy O'Donell - contesté
- ¿quieres que vayamos a otro lado? - preguntó seductoramente. Entendí el doble sentido perfectamente. Extrañamente este chico me hacia sentir mariposas en mi estómago que nunca en mi vida había sentido, y, después de preguntarme eso y con su boca en mi oído, era casi imposible resistirse.
Casi.
Pero como estaba borracha - no del todo, pero lo estaba - me reí ligeramente y alejé sus labios de mi oreja.
- no me acostaré contigo... - le negué sonriente.
Una comisura de sus labios se elevó y acto seguido se mordió el labio. ¡Deja de hacer eso! ¡Oh dios! ¿Por qué se ve tan sexi cuando hace eso? Desvié la vista.
- yo jamás dije eso - me retó.
Me ruboricé por segunda vez y cuando me volteé para seguir bailando, divisé a Jenn caminando en círculos y alzándose de puntitas para buscarme así que supe que ya era hora de irse.
- me tengo que ir - le dije abriéndome paso entre la multitud. Como si le importara, pensé. Sentí una mano que me sujetó debilmente. El mismo choque de electricidad
- yo te llevo - se ofreció. Me concentré en sus labios que se movían tan seductoramente y estaban rosados y grandes. Tragué saliva. Reí y negué con la cabeza.
- ¿quién me dice que no eres un asesino en serie? - le pregunté inconscientemente. Se rió y sacudiendo la cabeza me atrapó con su mirada. Abrió la boca para decir algo ...
- no te volveré a ver... - le interrumpí, diciéndole la verdad. Enarcó una ceja y ví por un segundo un destello de ingenio en sus ojos, pero después de que parpadeé desapareció.
- ¿y si te vuelvo a ver?- preguntó, retándome de todas a todas.
Woow. Este chico no sabe que yo adoro los retos.
- te daré mi número - le dije. - si te vuelvo a ver... - lo chantajeé. Sacudió la cabeza, negándomelo.
- no es suficiente - me dijo, aún sin soltarme. Algo en mi subconsciente me decía que siguiera bailando, sin embargo Jenn estaba desesperada y era tarde.
- bien, em... ¿Qué quieres que te diga? - le pregunté alzando una ceja.
El mismo destello relampagueó en sus relucientes ojos.
- te llevaré a algún lugar - me dijo.
- ¿una cita? - le questioné.
Se petrificó por alguna razón y negó con la cabeza.
- no... Solamente te llevaré a algún lugar - me aseguró.
Miré a mi lado derecho para ver que Jenn estaba caminando en mi dirección. Oh no. Verá que estoy borracha y, aparte coqueteando. - ¿si? - presionó Ethan. Rodé los ojos y asentí.
- bien - respondí.
Por supuesto que no lo volvería a ver. Soltó mi mano y dijo:
- ¡espero y no rompas tu promesa! - creí haber oído - te veré luego - se despidió dándome la espalda. Su perfecto cuerpo hacia que las chicas a un radio de cinco metros voltearan y lo vieran. Era imposible no distinguirlo.
¿Te veré luego? ¿Que quizo decir?¿espero y no rompas tu promesa? ¡Por supuesto que no! Yo jamás rompo una promesa y es algo que he sacado de mi padre, desgraciadamente. Por muy mala que sea la apuesta o el trato que haya hecho nunca lo rompo.
Nunca.
*****Ethan en multimedia *****

Bésame™ +16 [PAUSADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora