Bésame™ +16 [PAUSADA TEMPORALMENTE]

~ Capítulo veintinueve ~

IVY POV.
Un golpe hubiera sido menos doloroso, definitivamente. Okay, estoy arta. Las cosas no han ido bien para mí. Descubrí que tengo dos hermanastros que son buenas personas cuando en realidad lo que yo quería ver eran dos horribles personas que se burlan de mí, roban cosas y me acusan de cosas que no son ckertas con mi padre; en lugar de ello tengo que gusrdar un secreto suyo que no quieren que sepa nadie más que sus amigos. Mi padre se casó con una mujer que parece ser perfecta para él: altas expectativas, buen nivel económico, un excelente trabajo que no parece sacarle ni una maldita arruga. Para colmo mi mejor amiga parece estar enamorada del mejor amigo al que odio, todo está jodido; vivimos en un departamento que es del chico que odio.
Todo está mal. Estoy cansada, fastidiada y no quiero ir a esa estúpida junta de ricos con mi padre. Sólo vine aquí para divertirme y este idiota no deja de atormentarme como si fuera su juguete del cual te debes de adueñar. Bien, pues no soy una de sus putas que desecha después de usarlas.
- ¿Sabes qué, Ethan? ¡OJALÁ BRENT TE SAQUE LOS OJOS EN ESTE MISMO MOMENTO! ¡ME INTERESA NADA LO QUE TE PASE! - grito furiosa. En un movimiento rápido sale de la alberca al igual que Brent; su camisa mojada hace que se transparente todo. Se acerca hasta que está a unos centímetros míos y con una mirada cargada de impotencia dice:
- Atrévete a retarme, preciosa. Te sorprendería lo que puedo llegar a hacer
Mis manos arden y antes de que pueda parar, mi mano estampa sobre su mejilla.
- Vete al infierno, Ethan.
Doy media vuelta y me largo al interior de esa cada con lágrimas en los ojos. Trago saliva. No pueden verme llorar. No pueden. No le daré la maldita satisfacción de verme llorar. Eso es lo que quiere. ¡Eso es lo que quiere todo el maldito mundo!
Una mano me sujeta de la cintura cuando estoy a la altura de las escaleras y cuando alzo mi mano para responder, la voz de Brent dice:
- Tranquila soy yo, sígueme.
Subimos lo que parece ser un millón de escalones en forma de caracol y se detiene en una puerta para después insertar la llave, girarla y abrir.
- Es la habitación de mi amigo. - dice - No le importará que estemos aquí un rato.
Trago saliva sin embargo no me derrumbaré en donde haya miles de personas para atestiguarlo.
- Lamento lo que pasó - dice inmediatamente.
Un escalofrío me recorre el cuerpo al momento en el que cierra la puerta, pero me convenzo de que es por el estúpido de Ethan. Asiento y me encamino a la ventana con el objetivo de calmar los ánimos un poco....que tiene vista ¿a la alberca?, ahí justo en frente de mí está Ethan con dos chicas semidesnudas a cada lado; cada una de ellas pisa mi corazón en pedazos cada vez más pequeños y si no dejo de mirar la escena y ver como se cojen en medio del patio quedaré sin corazón para toda la vida.
- Dime algo ... - dice.
- ¿Qué cosa? - logro articular sin que se me quiebre la voz.
- ¿Te gusta Ethan? - pregunta en tono serio.
Vaya, eso fue inesperado. Nunca me he planteado esa pregunta ni en mis peores momentos desde que llegué a Los Ángeles. ¿Me gusta? ¿Es por eso que me afecta lo que él haga? ¿Por eso no me he largado de aquí?
No, no me gusta. Es un idiota, sexista, mujeriego, machista, egocéntrico, presumido, tarado, baboso e inútil.
No, no es por eso que me afecta. Las personas de aquí me tratan como a una bolsa de boxeo. Absolutamente todas.
No, no me he largado de aquí porque al parecer tengo que satisfacer a mi madre con sus caprichos como recompensa de todo lo que ella ha hecho por mí. Ella no me abandonó ni se divorció de mi padre por una mujer, ella no se casó con una mujer rica, flaca y de buena cara por puro compromiso. No, ella se quedó conmigo y trabajó duro para que pudiera salir adelante. Juntas pagaremos la universidad, no mi padre.
- ¿Ivy, estás bien? - la voz de Brent hace que vuelva la realidad.
- Eh, si. Estaba pensando, me tomaste desprevenida - contesto, sinceramente.- yo, eh. No, no me gusta Ethan. - Una sonrisa escapa de mi boca, aunque no sé de donde. -, creo que deje muy en claro eso allá abajo - Observo mi mano que esta roja, no me había percatado de que siento como palpita y eso es algo preocupante.
Ya me he calmado y la culpa me está comiendo viva.
Tal vez le pegué muy fuerte.
Sólo vino para protegerte.
No fue necesario que lo golperaras.
Mi parte malvada y consciente contesta.
No, le pegaste muy despacio. A la otra con el puño.
No vino a protegerte, él fue el sucio de la apuesta, ¿recuerdas?
Si, hiciste correcto en golpearlo. Se lo merece.

- Puedes decirme. Está bien, no te culpo; todas las chicas se enamoran de Ethan James - dice tratando de ¿animarme? ¿consolarme?.
Su comentario me ofende a tal grado que quiero responderle de mala gana y decirle que se vaya al infierno al igual que a Ethan. Se acerca a mí despacio y acaricia mi mejilla. El toque me causa escalofríos y lo tomo como una buena señal. Brent no es un mal chico, es dulce, tierno y no parece ser idiota... Soltó un comentario estúpido sin embargo, ¿quién no hace comentarios estúpidos de vez en cuando?.
- Me gustas - dice. - Y si te gusta Ethan lo respeto, no eres una apuesta como lo fue ella. Tú no eres así.
Ese gesto me parece tan tierno.
- No me gusta Ethan. Eso es todo lo que tienes que saber.
Su boca está a centímetros de la mía; quiero sentir a mi corazón acelerado, a mi pulso a punto de explotar, a millones de sentimientos invadirme en este mismo instante, sin embargo, no hay nada.
Nada como cuando estoy cerca de Ethan.
Este pensamiento me enfurece y cierro el espacio que hay entre nosotros dos. Sus labios son ... Suaves y saben a cerveza, su le gua se abre paso por mi boca y yo la dejo entrar. Me sujeta del cuello y yo agarro su pecho buscando donde poner mis manos; es estúpido, mis movimientos son tan esqueléticos que siento la necesidad de alejarme. No me sabe bien, es diferente pero no me convence.
El beso aumenta de intensidad y de pronto estoy apunto de caer en la cama enorme.
- Brent... Detente - logro decir por encima de sus besos. Hace lo que digo, a pesar de que en sus ojos veo lo difícil que le fue.
Deseo y avaricia es lo único que hay.
No me mira de esa forma dulce a como lo hacía hace unos minutos.
- ¿Te gustó el beso? - pregunta muy cerca de mí.
Trago saliva.
- Sí - miento.
Parece que esa respuesta le da una tranquilidad que es increíble. Sus hombros no parecen relajarse a pesar de eso. Me acerco lentamente hacia él y lo rodeo con mis brazos. Entierra su cabeza en mi cabello y aspira hondo.
- Lo siento, me comporto como un imbécil, ¿cierto? - Una risa retumba en su pecho. Me encojo de hombros como respuesta. Una foto enmarcada llama mi atención a su espalda.
No lo creo por un momento, sin embargo ahí está él rodeando con una mano a Ethan de un lado mientras sostiene una cerveza con la otra.
¿Por qué su amigo tiene una foto de ellos dos en su habitación?
Otra pregunta relampaguea en mi mente.
¿Cómo supo Ethan dónde vivía el amigo de Brent?
¿Por qué vino aquí?

Me petrifico cuando comprendo todo.
Me mintió. Brent me mintió. Y si lo hizo con relación a su casa, también relacionado con la apuesta, y probablemente con Ethan.
No.
No.
Soy la siguiente chica.
No.
No.
Se separa de mí y al ver mis ojos y las emociones reflejadas en ellos, algo en su interior se apaga, dándole un aspecto tan sombrío y aterrador.
Tal vez no sea un juguete para Ethan, pero para Brent si lo soy.

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