Bésame™ +16 [PAUSADA TEMPORALMENTE]

~ Capítulo treinta~

Ethan POV.

- ¡Eres un maldito imbécil bastardo! - le grito al idiota en frente de mis ojos. Mi cuerpo se siente cada vez más alterado conforme veo a Dylan; me interesa una mierda si Brent le dijo específicamente que no entrara, estoy borracho y toda esta complicación causará un graaaan problema.

- No puedo dejar que entres, lo lamento, Ethan

Me acerco a él y lo estampo contra la pared antes de que otra palabra o frase estúpida salga por su boca.

- ¿Recuerdas cuando en la preparatoria te metí al bote de basura y le puse candado?

Asiente muy débil y traga saliva.

- No querrás que eso pase de nuevo, sólo que esta vez... no saldrás de ahí hasta que yo lo diga. Ningún maestro te salvará.

Se me queda viendo por unos momentos hasta que algo a mi espalda capta su atención.

- ¡Hey, mírame imbécil! - ordeno furrioso. Siempre pasa esto y nunca he sabido por que, pero cada vez que mi cuerpo empieza a temblar a causa del enojo, todo el alcohol de las cervezas y el whisky desaparecen de mi sistema mágicamente. Recuerdo haber visto eso en la clase de química... pero como sea, mi interes por eso es mínimo.

Sacude la cabeza.

- Ella... eh... ¡Mira! - Señala una de las ventanas de la casa de Brent en donde está una chica con una figura muy parecida a la de Ivy siendo aventada hacia la cama con violencia.

Yo quería entrar al lado de la casa equivocada. Aquí no está Ivy. Idiota.

Corro hacia ella pero no antes de golpear al chico en el ojo.

- Maldita sea, no con ella, Brent. - susurro.

*Flashback*

- No lo creo - dijo ella entrecerrando los ojos en mi dirección.

Sonrío.
- Pues créelo, Tamara Robbins. Brent es un idiota, y no dejará de conquistarte al menos de que te acuestes conmigo - digo sinceramente.

Rueda los ojos y cierra la puerta de mi casa.

- ¿Hay alguien aquí? - pregunta con un brillo muy, pero muy peculiar en los ojos. Ganaré ésta apuesta.
Oh, si.

Niego con la cabeza al momento en el que empiezo a quitarme la camisa.

...
Escucho el golpe de la puerta siendo azotada fuertemente contra la pared mientras me quito los pantalones. Salgo del baño para encontrarme con Brent mirando a Tamara enojado; ella está semidesnuda en el sillón por lo que cualquier persona en su santo juicio sabría que pasó anoche.
- ¡Imbécil! Ella es mía - dice antes de salir por donde vino.
Maldito, no me dió mi dinero.
Me encojo de hombros y le guiño un ojo a Tamara para quitar esa expresión de "quién demonios es" de su cara.
Ignoré a Brent por completo.

*fin del Flashback*

Lo ignoré. No sabía las consecuencias de mis actos y aquí estoy ahora; corriendo en dirección a la casa de mi ex mejor amigo para evitar que viole a Ivy.

No.
Fui un idiota. Debí de haberla arrastrado conmigo, pero estaba tan enojado conmigo que terminé mandando todo a la mierda. Eso es lo que siempre hago.

Todo empezó con una simple apuesta... Después de una semana de no ver a Tamara por los pasillos del instituto decidí llamarla y preguntarle si estaba bien (aunque en realidad nunca me importó). Ella contestó después de dos días y lo primero que me dijo fue de que Brent había llegado a su casa un día y la violó. Por supuesto que me enojé; Tamara, ni ninguna chica debe de ser tocada sin permiso.

Terminé consolándola por teléfono y me rogó que no le dijera nada a nadie.

Sacudo la cabeza y me enfoco en el presente mientras abro la puerta golpeando a un chico en el trayecto.
Están ambos en la habitación de Brent, lo pude reconocer por las cortinas negras que tiene.

¿Qué tanta mierda le habrá dicho Brent a Ivy para que no se diera cuenta de su casa?
¿Le dijo lo de Tamara?
Por supuesto, pero invertido seguramente.

Llego a la puerta roja y sabiendo que no sería tan estúpido como para dejar la puerta sin seguro, alzo el pie y la derrumbo de un solo golpe.

Ella está en la cama con los brazos sobre el cuerpo de Brent intentando quitar con esos pequeños brazos todo su peso.
La escena me provoca náuseas al instante.

Pasaron las cosas jodidamente rápido y cuando menos me doy cuenta estoy golpeando al chico que casi viola a Ivy en la cara.
Paro de desfigurarle la cara cuando escucho el sonido de la policía en el patio delantero y veo mi reflejo en los ojos de Brent.

Soy el culpable de esta mierda.

Soy el culpable de todo esto. No debí de haberme relacionado con Ivy de ese manera.

No debí de haberme enamorado de ella.

La observo y veo que mira mi mandíbula como si buscara algún tipo de imperfección en ella, si no fuera porque ando tan encabronado que me sale humo por los oídos, habría sonreído.

La sujeto de la mano y la saco de este infierno.