~ Capítulo cinco ~

1.5K 71 3
                                    


Vamos, será divertido, fué lo que pensé cuando estaba en el avión.
Vamos, es un asco, es lo que pienso ahora.
- ¿es aquí? - preguntó Jenn.
- no puede ser - susurré. El departamento obviamente estaba cerca, pero desde que lo veías decía "millones" en la puerta principal. Curiosamente mi padre lo hizo de adrede, "muy mal Ivy, pórtate mejor la próxima vez" decía la indirecta.
Bien, pues no va a haber una próxima vez.
- vamos a buscar un hotel - le dije bruscamente a mi mejor amiga que admiraba el estupido departamento. Lo miró con ojos de decepción y antes de que dijera algo mi celular sonó y ví que era mamá. Peor momento, pensé.
- ¿hola? - contesté
- si, hola Ivy, ¿como han estado? - preguntó con un tono de duda.
- eh.. Bien.. Si, nosotras estamos bien- carraspeé - te llamaré luego, ¿vale? Estámos un poco ocupadas en este momento
- ¿que? No... Ivy..
- adiós mamá - colgué.
Suspiré y quité el sonido.
- sigamos - le animé a Jenn.
Eran las siete de la tarde y no habia pasado un maldito taxi por estas calles en media hora, ¿¡qué?! ¿Ahora la gente rica no usa taxis? Bien, pues... ¡Ya pasamos la estúpida zona exclusiva!, se que era increible para mí, ya que me imaginaba esta zona muy poblada por las noches, sin embargo, no era así.
Jenn se detuvo abruptamente y miré sobre mi hombro.
- ¿quieres más agua? - le ofrecí sacando la botella. Negó con la cabeza y señaló un pequeño departamento que estaba a nuestra derecha, y que lucía bien. No del todo, pero bien.
No era la millonada del mundo que vimos algunas manzana atrás, solamente era un departamento. Un letrero medio caído fosforescente resplandecía 8115661935. Era obvio que querían rentarlo. Admiré el pequeño espacio por un momento.
- si, quisiera ver ¿si pudiéramos ocupar el departamento en la calle Sunshine número 567? - dijo mi mejor amiga por su celular. Me acerqué para arrebatarle el celular pero me lo impidió. ¿Qué demonios está haciendo? La respuesta me vino como un relámpago... quiere estar aquí. Por supuesto, no teníamos tanto dinero como para estar en un hotel por un par de días, sin embargo ¿en realidad es necesario esto? - si, esta noche, ¿se puede? - siguió insistiendo mi mejor amiga. Miró el celular y ví que había cortado la persona al otro lado de la linea. Bufé.
- ¿te cortar..... - empecé a preguntar
- por supuesto que pueden quedarse - nos sobresaltó una voz, interrumpiendome a nuestras espaldas. Cuando dí vuelta, me percaté de que el chico era alto, cabello negro pero con esta débil luz del sol se veía con destellos cafés, ojos color miel, piel bronceada y sonrisa encantadora. Demonios, es guapo.
- lo lamento - se disculpó con una sonrisa burlona. Miró nuestras maletas y me vió, arqueando una ceja - ¿acaban de llegar?
Jenn me miró, con duda y sin saber que decir, obviamente.
- no - negué automáticamente - peleamos con nuestros padres y no tenemos donde quedarnos - mentí. Jenn se quedó confundida y asintió de igual manera.
- común - dijo simplemente encogiéndose de hombros. Sí, sé que las personas de aquí no son asesinas en serie, sin embargo, me gustaría conservar un poco de intimidad en respecto a nosotras estando aquí.
- ¿de dónde saliste? - preguntó interesada Jenn. El chico nos apreció bien por primera vez y le ofreció la mano a Jenn - Michael Donovan, pero pueden decirme Mike - le dijo seductivamente. Hizo lo mismo conmigo y me guiño el ojo - vivo en seguida con un amigo... - señaló el departamento de la derecha. Me llamó la atención que dijo eso en un susurro.
- está bien, ¿nos rentarás el lugar? - pregunté seca. Me sonrió.
- claro, ¿seguras que no quieren esperar hasta mañana? Les puedo ayudar a limpiar y todo eso ... - se ofreció. Mis cejas se levantaron y negué con la cabeza.
- no, gracias. - le dije
- toma - Jenn le tendió un fajo de billetes y el chico... ¿Mike? Negó con la cabeza.
- veremos que pasa mañana, no hay problema ... - se negó al tiempo en el que se rascaba la nuca como si hubiera algo que no encaja.
- pero tenemos que pagarte algo - reclamé. Me callé al instante porque necesitábamos el dinero y este chico no nos ha pedido ni un adelanto, si no al contrario. Odio a mi padre, recordé. Hizo que Jenn y yo juntáramos nuestros ahorros para poder venir aquí, por supuesto, pudimos habernos ido hoy mismo, sin embargo Jenn dijo que sería un buen momento para ver el área, así que, invirtió de sus ahorros y yo lo poco que gané de mi pequeño trabajo. ¿Y ahora? Aquí estaba este chico con sonrisa encantadora que nos estaba ofreciendo estancia sin pagar.
Me miró por última vez, para después tenderme la llave.
- toma, hablaremos de esto después - levantó una ceja, dejándome a entender que no iba a discutir conmigo, y antes de que pudiera decir palabra, dejó caer las llaves en mi mano. - que descansen - nos dijo a ambas y se fué.
Entramos al departamento y nos dimos cuenta de que era realmente bonito si le damos una limpiada intensiva, pero necesitábamos tiempo para pensar (y para nosotras mismas) durante todo lo que pasó en este largo día.
- necesitamos cenar.. - dije. Por suerte había una mesa de cuatro sillas y un microondas (que dudaba que funcionara)medio sillón "bueno" en la sala y al parecer un sólo colchón recién comprado - aún con su empaque - en la litera de uno de los cuartos.
- justo lo necesario - dijo Jenn positivamente. Rodé los ojos.
- ¿pedimos pizza? - preguntó Jenn. Asentí y dejé las maletas en el piso para buscar el estúpido número en google.
...
- ¿un departamento? ¿Tu padre no les ofreció la casa? - preguntó mi madre incrédula. Rodé los ojos mientras comía otro pedazo de pizza. Odio esta conversación.
- si, pero obviamente que no quiero su dinero - le dije brusca y cortante - ya te he dicho eso - le recordé. No recuerdo ¿cuántas conversaciones tuvimos acerca de esto? ¿20? ¿30?
- bien... - hizo una pausa, y, apesar de que no la estaba viendo sabía que se estaba mordiendo el labio, lo que significa que tenía algo importante que decirme.
- ¿qué pasó mamá? - le pregunté. - ¿Maximus no te ha hecho caso? - pregunté en un intento de causarle confianza. Me molesté, no sé ¿por qué le causa tanto esfuerzo decirme algo? Sí, sé que algunas veces me pongo seria, sin embargo, saqué el carácter fuerte de mi padre, es por eso que no nos llevamos bien. Mismo signo se repelen, es igual a mi padre y yo.
- puse en la tarjeta que se llevaron el dinero que envía tu padre cada mes para tí - me confesó. Tuve que analizar cada palabra para poder entender, ya que lo dijo rápidamente.
Me atraganté con la comida y empecé a toser. Jenn me miró sobresaltada.
- ¿¡qué?! ¿Todo? - pregunté. Demonios. Conté hasta diez. No podía enojarme con ella de ese modo, es solo que... Ese dinero no lo usaré. Bien, cálmate Ivy, solo quiere lo mejor para nosotras.
- si, todo - prosiguió - no quería que les faltara, sé que llevan poco dinero - explicó preocupada mi madre. Me masajeé la sien y dejé que todo el aire en mis pulmones saliera.
- bien, gracias - susurré - descansa madre.- le dije recriminatoriamente - Hasta luego, te amo.
- igual hija. Cuídense. Las amo. - me dijo. Sonreí y colgué.
Le devolveré el dinero, sin pensarlo.
....
Estaba acostada en el sillón de la parte que no estaba todo destartalado y sucio, y me recosté con la cabeza hacia el piso y me puse a buscar a mi padre en internet. Todo en cuanto a él me frustraba demasiado, al igual que su esposa, por lo que cerré google y abrí twitter; no había nada nuevo en mis seguidores, así que decidí entrar a Facebook. Jenn estaba desempacando algunas cosas en el baño. Se escuchaba como se caían las cosas y chocaban contra el piso, en el acto saqué las pocas galletas restantes que compré en un supermercado cuando veníamos.
Pasó una hora y escuché unos tacones.
- ¡lista! - dijo a mis espaldas. Cerré los ojos e imploré que no fuera lo que pensaba.
Di media vuelta, y, efectivamente estaba con un vestido color aqua.
- ¿que haces, Jenn? Estoy cansada - le reproché al momento en el que me enderezaba. Me lanzó una bolsa y ví que adentro estaba mi vestido para ocasiones especiales y unos zapatos.
- vamos a un antro, tal vez necesites despejarte... Estás alterada viendo a tu padre en google - me reprimió con una sonrisa. Sacudí la cabeza. - ví uno a unas cuadras ... ¡Vístete! - me ordenó.
- ¿cómo? No tenemos identificaciones ... - le dije inocentemente.
Enarcó una ceja y me miró con malicia.

Bésame™ +16 [PAUSADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora