~ Capítulo nueve ~

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Mi celular sonó y de contesté de inmediato pensando que era Jenn. Me equivoqué, era mamá. Ethan y Mike parecian muy centrados en su conversación por lo que, despistadamente, me fuí alejando de ellos. Decían algo acerca de... ¿Por qué eres asi? Vecinas... Ignoré que probablemente estén hablando de mi mejor amiga y de mi.
- si... Estoy bien... - le contesté a mi madre después de toda la introducción sentimental, mirando la mano torcí la boca - yo... - sacudí la cabeza, sacando la idea de contarle acerca de todo lo malo (que es casi todo ) - ¿cómo estas tú? - pregunté. Ella me dijo como le había ido en su corto día de ayer, y de inmediato me despedí con ella.
Cuando me dí la vuelta para hacerle frente a lo que fuera que me preparara el destino - o más bien, lo que me preparara Ethan -, me di cuenta de que Mike, extrañamente, se había ido dejándome sola con el idiota, que se había acercado hasta quedar a unos metros de mí.
Me dí media vuelta para dirigirme a ... ¿nuestro departamento? No estaba del todo segura y eso me ponía molesta.
Miré sobre mi hombro y me topé con la mirada de el "dueño del departamento". Suspiré.
Tenía una lucha interna, no sabía como quedarían las cosas con Ethan, pero, después de lo de hoy, dudo que quiera quedarme en ese horrible departamento.
- ¿tienes algo que decirme, Ivy? -susurró tratando de intimidarme. Mi quijada se desnivelo, y aveces pensaba que le gustaba hacerme enojar, a pesar de que ni nos conocemos.
Mi boca se abrió para decir que sí

- no - contesté automáticamente, dándole la espalda y dirigiéndome a NUESTRO departamento. Sip, había tomado una repentina decisión de cinco segundos, sin embargo, creo que fué la correcta. No me iré de este departamento, al menos que él me saque. Punto. ¿Quiere jugar a esto? Pues juguemos.
Captó mi mirada y se mordió el labio. Le dí la espalda, escuché una risa por lo bajo de parte de él y hechando humo por las orejas, cerré de un portazo la puerta.
- ¿Ivy? - preguntó Jenn desde la sala, se levantó al instante y me dió un abrazo de oso panda, se lo devolví gustosa de que estuviera bien - ¿cómo estás? ¿Quién te curó eso?¿Mike? - me cuestionó rápidamente y solamente haciendo pausa para tomar una bocanada de aire. Asentía y negaba al momento en el que le contaba lo que había pasado, solamente que omití la parte en la que Mike nos engañó diciendo que este era su departamento.
- Jenn... ¿Conoces a Ethan? - pregunté. Su mirada se posó en mi.
No sabía si quería saber la respuesta. Tal vez. ¿Que pasaría si me dijera que si sabia de lo del "trato"? ¿Me enojaría con ella? Lo dudo.
- claro - contestó después de un largo momento.
El alma se me cayó a los pies.
- ¿de dónde? - me atraganté. Frunció el ceño al ver mi reacción.
- en el antro... Mike me lo presentó y me dijo que vivía con el alado - soltó una risita - al primer instante, me dió otra impresión - admitió, sonrojándose.
Fruncí el ceño. Olvidando todo.
- ¿qué impresión? - pregunté, curiosa.
Bajó la vista y miró sus manos.
- ya sabes... - hizo una pausa - Que eran gays... - soltó. La miré por unos momentos antes de echarme a reír.
- ¿es encerio, Jenn?- le pregunté entre una risa y otra. Refunfuñada se fué a la encimera de la cocina.
- si - contestó molesta. Sequé con mi mano una lágrima que se salió involuntariamente de mi ojo izquierdo, y recobré la compostura.
- ¿y qué te hizo cambiar de opinión respecto a eso? - pregunté automáticamente. ¿¡Por qué pregunté eso?! ¿Me vió bailando con él? ¿Me debe de importar? He bailado con cientos de chicos y nunca me había importado tanto como ahora.
Mi mejor amiga abrió la boca para responder, cuando tocaron la puerta.
Agh, Mike. ¿Qué quiere ahora?
- ¡yo abro! - dijo Jenn al instante. Entrecerré los ojos y hecha un rayo pasó por mi lado.
- voy a darme un baño, ¿bien? - le avisé antes de que abriera la puerta y entrara Mike. - ten cuidado
Me miro cariñosamente.
- claro, vé y relájate. - me ordenó arrugando la nariz - tienes sangre en todo el cuerpo y la ropa... - me recordó arrugando la nariz.
Entré al cuarto de baño y comprobé que el agua estuviera caliente antes de meter mi desnudo cuerpo al agua, mis músculos se relajaron al instante en cuanto me quede debajo del chorro de agua. Me olvidé de todo lo malo y me concentré en un buen baño. Mi shampoó favorito con olor a vainilla se estaba acabando y eso fué una preocupación, seguí con el jabón y tomé mi tiempo en la depilación. Mañana iríamos a recorrer las calles de Los Ángeles, por lo que era de suma importancia salir desde temprano para abarcar más espacio...
Me sorprendí a mi misma, ¿desde cuando soy responsable? ¿Desde cuando me levanto temprano?. Este viaje ha dado un giro drástico en nuestras vidas. Por eso odio Los Ángeles, añadí mentalmente. Sacudí la cabeza y cerré la llave cuando noté que el agua ya no salía caliente. Corrí la cortina y me percaté de algo.
Demonios.
No metí ropa.
Miré la ropa ensangrentada que me quité y descarté la idea.
Me acerqué a la puerta y puse mi oído en ella. Se escuchaban voces a lo lejos y era la de Mike y Jenn... Lo que me a avisaban que no había nadie cerca de aquí. Mi habitación no estaba demasiado lejos, por lo que podría salir en toalla sin que nadie me viera, ¿cierto?. Tomé aire y abrí la puerta.
Mis pies se sentían fríos contra el duro piso, caminé apresuradamente y sin levantar la cabeza, cerré la puerta detrás de mí.
Di la vuelta para percatarme de que Ethan estaba de espaldas viendo algo por la ventana.
Oh dios.
Yo estaba en toalla.
En una habitación.
Con él.
De pronto todo mi cuerpo se sintió repentinamente caliente cuando me penetró con la mirada y una sonrisa burlona se hizo presente en su rostro.
El juego comenzó.
*cuarto en multimedia*

Bésame™ +16 [PAUSADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora