Daniel
Estaba destruido por dentro, siempre estaba así cuando salía del asilo donde dejé a Jessie hace tantos años. El pasado siempre me golpeaba cuando la veía a los ojos. La chica de la que me enamoré cuando era un adolescente de quince años aún está ahí en algún lugar de su cabecita, en algún lugar detrás de los cientos de príncipe que me suele decir.
Me sentía tan culpable que nunca me permití enamorarme otra vez, luego apareció ella... tratando de lanzarse a los autos frente a mi bar. Claro que no permití que lo hiciera, luego la traje aquí mismo y la hice mía. Yo quería sexo, jodidamente la quería usar y luego la desecharía para siempre, pero cuando desperté, ella no estaba... la extrañé. En ese segundo supe que todo había cambiado.
Ahora la tenía aquí, descalza, canturreando y bailando al ritmo de la música que nos brinda Sia con su icónico Never Give Up.
Encontraré mi camino, encontraré mi camino a casa.
Sabía que ella también vivía con una lucha interna por hacer lo correcto o por jugársela, la entendía. Lo que no entendía era que ambos teníamos que pagar un alto precio por cualquier decisión.
Me mostré a ella vulnerable, le pedí que se quedara y aceptó. Ahora no estaba seguro de si quería que esta noche terminara. No estoy seguro de poder dejarla partir. Dejé que ensayara y que diera su primer show de la noche y lo hizo como siempre, excelente, me gustaba escucharla cantar y me aseguré de que encontrara un ramo de rosas cuando terminara. Luego nos besamos, no eran suficientes sus besos, nunca tendría suficiente de ella pero por ahora me bastaba.
«La necesito tanto. »
Somos descarados pero es lo que hay. Las cartas nunca estaban a nuestro favor pero si podíamos robar estos momentos lo haríamos y los atesoraríamos.
—Baila conmigo... —dice mientras se mueve como las bailarinas de Bollywood —. Se acabará la canción —dice sonriendo mientras me extiende la mano.
A esto me refiero cuando digo que ella hace mi vida mejor. Ella me hacía querer cosas que no me permití pensar para mí después del... accidente.
—Si me das un beso —le digo y esta se acerca deprisa y me da un pequeño beso en los labios —. No bailo muy bien —confieso y esta se ríe.
—Tú solo ponte de pie y yo haré el resto. Di que sí, esta es mi canción favorita.
Nunca me voy a rendir, no, no, oh.
Encontraré mi camino, encontraré mi camino a casa.
Canturrea. Soy incapaz de negarme. Mueve sus caderas y me parece la cosa más hermosa que he visto y recién le presto atención a la canción.
«Tal vez ambos estamos buscando nuestro camino a casa.»
—Aitana —Llaman a la puerta y esta corre a abrirla.
—Colega —dice efusivamente al baterista de la banda.
—Aitana debo irme, pasó algo en casa y no sé si puedes darme el resto de la jornada —lo escucho disculparse.
—Dile al resto que pueden irse a casa, el Dj podrá ingeniárselas solo —intervengo sorprendiendo al chico.
—¿Sí? —pregunta Aitana.
No me gusta la indisciplina en el trabajo pero él me lo puso tan fácil, además que así tengo más tiempo a solas con ella.
—Por supuesto.
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Nunca es Suficiente, Serie LOCO AMOR 3
Romance"El amor a veces duele." ¿Se puede amar a dos personas a la vez? La respuesta más sencilla y tal vez la más lógica debería ser un rotundo no, pero, ¿cómo se lo dices al corazón? Una sola noche bastó para que la vida de Aitana tomara un camino distin...