Aitana
Will aún seguía en coma inducido. Es horrible verlo en ese estado. Tomo su mano y le doy un delicado beso. La puerta suena y sé que es mi relevo. Will no tiene familia, al igual que yo es huérfano por eso agradecí a los cielos por un amigo como Lucca que sin conocerlo se propuso en la tarea de ayudarme, no solo económicamente sino en su cuidado. Las enfermeras y doctoras eran felices al tener al güero siempre y él disfrutaba de ello.
—Hola...
—Güero —le digo mientras le doy un beso en la mejilla.
—¿No hay mejoría?
—Dicen que empezarán a despertarlo de a poco.
—Qué bueno escuchar esas noticias pero Aitana. ¿No vas tarde? —dice mirando su reloj.
—No, aún tengo algo de tiempo. Daniel vendrá por mí.
—¿Le dirás que la extraño?
—Se lo diré, pero sabes, con Alexa es mejor dejar que sane y darle su tiempo.
—Quiero ir —dice despeinando sus cabellos —, quiero verla.
—Dale tiempo, Lucca.
—Quisiera ir por ella.
Conozco a mi amiga y aunque sé que quiere que él la busque también sé que no es el momento.
—Ella también lo quisiera, pero, su orgullo ahora ve por ella y no es una buena idea forzar algo ahora.
—No prometo nada —dice sonriendo.
«Este hombre vale oro y Alexa es una cabeza dura. »
Abrazo a mi amigo y nos quedamos así hasta que la notificación de mensaje suena en mi bolsillo trasero. Es Daniel. A ese punto llegamos... al punto en el que sé cuándo me manda un mensaje.
Jefe: Te espero en el estacionamiento.
—Ahora sí me tengo que ir —le digo abrazándolo otra vez —, cuídalo por mí, ¿sí? —Me acerco a Will y doy un beso en su frente —. Volveré pronto, Marifer me necesita, te quiero.
Miro a los dos hombres que estoy dejando en la habitación y es imposible no sentir que mi estómago se contrae. En mi garganta se forma un nudo y salgo para evitar sentirme peor.
«La culpa y remordimiento son unas perras conmigo. »
Me dije que estaba bien ir a New York con Daniel pero ahora lo dudaba, ¿y si lo jodo todo? ¿Y si les hago daño a ambos?
Subo al elevador junto a otras personas y sin darme cuenta ya estamos en el estacionamiento. Daniel me espera con el maletero de su automóvil abierto.
—¿Todo bien?
No. Nada está bien.
—Sí.
Miento y él lo sabe. Acomoda mi pequeño bolso en el maletero mientras me acomodo en el lugar del copiloto. Daniel se pone detrás del volante y nos dirige hasta el aeropuerto.
Veo las calles y las personas pasar y me siento tan lejos de todos. Odio sentir cosas por Daniel. Odio quererlo tanto. Odio querer a Will también.
*************
—Aitana —una voz se cuela en mis sueños —. Ya estamos por llegar.
—Mmmm.
—Pequeña, debes despertar.
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Nunca es Suficiente, Serie LOCO AMOR 3
Romance"El amor a veces duele." ¿Se puede amar a dos personas a la vez? La respuesta más sencilla y tal vez la más lógica debería ser un rotundo no, pero, ¿cómo se lo dices al corazón? Una sola noche bastó para que la vida de Aitana tomara un camino distin...