CAPÍTULO 26

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Daniel


—¡Tío! —grita Sari emocionada al ver a André entrar por la puerta.

Mi hermano prácticamente tira sus maletas y la toma en sus brazos, la hace girar, ambos ríen sonoramente. La abuela Alda me da un beso en la mejilla y luego me abraza, ambos nos quedamos viendo el reencuentro de dos grandes amigos.

André sabe el origen de Sarah y poco o nada le importaba, para él ella era todo, sin importar de dónde viene. Él dice que ella llegó a salvarnos. Si bien nunca tuve una buena relación con él, no podía decir lo mismo de ellos dos.

Busco a Aitana con la mirada pero no la encuentro, su bolso no está en la entrada y tampoco su música suena en la cocina.

—¿Aitana, dónde está?

—Fue al supermercado un momento —dice mi abuela y luego va al encuentro de su pequeño nieto.

Ellos ríen felices pero en mi corazón se ha formado un nudo enorme. Algo no está bien.

Yo: Llegué y no estás aquí. Ya te extraño.

Le escribo un mensaje rápido sin respuesta alguna.

—¿Dónde está tu chica o decidiste esconderla para que no se enamore de mí? —dice levantando una ceja descaradamente.

—Tranquilo semental, ella llegará pronto.

—Está bien, ahora quiero raptar a mi sobrina preferida —dice y empieza a hacerle cosquillas.

—¡Ya no soy una niña chiquita! —dice mientras huye de él.

—No me digas que ya tienes novio.

—¡André! —le regaño y este se ríe, no le importa en absoluto mi molestia por su comentario.

—Quiero ver fotos del que le rompiste el corazón en Londres.

—Shhhhh, calla o a papá le dará un infarto —dice detrás del sofá para luego correr a las escaleras.

—Tranquila, yo puedo con él —dice corriendo detrás de ella.

—Daniel, pásame por favor el libro de recetas.

Hago lo que mi abuela me pide y luego me quedo viendo los minutos pasar en mi móvil.

Inquieto me muevo por la casa mientras mi abuela me observa desde la cocina, miro por la ventana de rato en rato pero ella no aparece.

—Tranquilo por favor —dice ella mientras pela zanahorias.

—Algo no está bien. Ella no está bien. Lo sé, mi corazón me lo dice. ¿Es extraño eso?

—No lo es —dice concentrada en su tarea —. Llegaron antes —dice para sí misma y luego se da cuenta de que la escuché y traga en seco.

—¿Dónde está en verdad?

—Hijo...

Llamo inmediatamente a Aitana sin importarme cortar a la abuela pero me da el buzón de llamadas. Incapaz de contener la preocupación creciente en mi pecho voy hasta la cocina y la confronto.

—Dímelo por favor. ¿Dónde está ella?

—Fue a traer algunas de sus cosas —la miro y ella se quita el delantal.

No quería que fuera sola a su antiguo departamento pero creo que es algo que ella debe hacer sin mí. «Mi preocupación es exagerada y en vano. »

—¿Cuántas veces la has llamado o escrito?

Nunca es Suficiente, Serie LOCO AMOR 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora