CAPÍTULO 3

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Daniel


Noche común en el Mystic; música, tragos, mujeres a montón y mi mente está muy lejos de aquí. Nunca antes había querido volver el tiempo y tengo mis claras razones del porqué, solo que ahora hay una época a la que quisiera regresar una y otra vez. Ese pequeño y breve instante en el que pensé que ella era mi posible.

Su rechazo me dejó en nocaut, por ratos la siento mía pero luego vuelve a ser... de él. Creo que es la historia de mi vida; el ser siempre la segunda opción de las mujeres que quiero, pero Aitana no es alguien para rendirse y voy a luchar esta vez.

Los altavoces suenan a todo volumen; Like I Would de Zayn ¿Puede la vida joderme más? No lo creo. Como un verdadero idiota hago mía la canción.

"Él no te hace bien."

«No es de caballeros compararse pero, él, nunca la tocará como yo. »

Acomodo mi corbata y salgo de mi oficina, tengo que asegurarme que el negocio marche de maravilla después de todo. Como diría Lucca; esto apenas comienza para mí.

Al llegar a la barra entro en ella como todo señor del lugar, me sirvo un poco de la botella de Martell y observo todo desde ahí, los meseros como siempre flirteando con las mujeres del lugar.

—Nunca cambiamos, deberías saberlo —me dice Derek el jefe de la barra y amigo.

—Con que hagan bien su trabajo y no terminen durmiendo en el baño me conformo.

Este se ríe al recordar su episodio de borrachera durmiendo en el baño mientras limpia el vaso que tiene en su mano.

—Había una mujer totalmente empapada que te buscaba, el guardia me avisó pero por la cara que traías al encerrarte en tu oficina preferí echarla, no podía dejarla entrar así.

Cuando termina de hablar me invade el presentimiento de que esa mujer era Aitana, mi pequeña.

—¿Qué mujer? ¿Cómo era ella?

—Pelo negro, no muy alta y con tatuajes, ¿la conoces de algún lugar?

«Es ella. »

—¡¿Hace cuánto tiempo pasó esto?! —le pregunto casi a gritos.

—Unos diez minutos, creo, no recuerdo bien la verdad... —Dejo mi vaso y hago a un lado a Derek —. ¿Sucede algo? ¡Daniel!

Ni siquiera me tomo la molestia de responderle, saco el móvil de mi bolsillo y rápidamente le marco a ella, me responde la contestadora y la frustración y rabia están en su cúspide en mí.

Como un desquiciado aparto a todo el que se cruza en mi camino, los meseros me miran sin comprender mi actitud, al llegar a la puerta los guardias me saludan, solo les muevo la cabeza en un gesto.

¿Por qué vendría Aitana hasta aquí?

¿Le habrá sucedido algo?

La busco con la mirada por ambos lados de la calle, pero ella no está y su teléfono ahora suena apagado. Aflojo mi corbata y camino de un lado para el otro, lo peor de todo es que no tengo ninguna otra manera de contactarla.

«Necesito saber que está bien. »

Llamo a uno de los guardias para que se acerque hasta donde estoy.

—Eric, necesito saber de la mujer que me buscaba —pregunto bruscamente.

—Señor Daniel, ella nos dijo que se llamaba Aitana —Lo tomo por su traje en un claro gesto de querer descuartizarlo en este momento.

Nunca es Suficiente, Serie LOCO AMOR 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora