THE RED KEY (MIDNIGHT RED)

11.- Todo se derrumba ante mis ojos.

Me estaba preguntando el porqué de todo. De tanto daño, tantas mentiras. Pero me di cuenta de que Eric ya no estaba en la habitación. Entonces sí que me supe que todo eran tan malo o peor de lo que parecía.

-DÉJAME SOLA COMO SIEMPRE, JODIDO SECHARIA.-Grité y caí al suelo otra vez, sollozando. Estaba bien jodida. Entonces bajé a la cocina y saqué cajas y cajas de pastillas. Busqué Whisky y lo abrí.

''Parecemos una pareja''

Primer trago. Media pastilla.

''Te encantaría despertar a mi lado todas las mañanas''

Segundo trago. Otra media pastilla.

''Estás preciosa''

Dos tragos. Una pastilla entera.

''Confía en mí''

Quinto trago. Media pastilla.

''Montaña de Arch''

Y dejé la botella. Tiré las pastillas al suelo.

Estaba haciendo una locura, estaba cayendo. Como las Torres Gemelas en 2001.

''Me has decepcionado, Emily''

Lloré. Mi mente no me dejaba. Estaba reprochándome todo.

''¿Cómo te dejaste engañar por ese hombre?''

Ni lo sé.

''¿Cómo has dejado que se lleven a tu amiga?''

Soy idiota.

Le di un puñetazo a la botella, sin saber que estaba ahí.

 ''Genial, como te gusta tanto la sangre...''

Lloré más. Y grité hasta quedarme sin fuerzas, sin respiración. La sangre de mi mano recorría todo mi brazo. Mi corazón estaba cayendo a un pozo sin fondo.

-Emily hay que bus...¡PERO QUÉ HACES JODER!-Miró a su alrededor. Pude distinguir una lágrima en su rostro, la cual apartó con rabia.

El chico me cogió en brazos y no super hacer nada más que acurrucarme y llorar en su pecho, manchando de sangre su camisa, mientras él me besaba el pelo y toda la cara. Me sentó en el borde de la bañera y él se sentó en el váter. Me curó con suma delicadeza. Yo no miraba a nada ni a nadie. Estaba hundida. Todo era una puta mierda.

-Nada nos está saliendo bien. Lo sabes, ¿no?

POV ERIC.

Miré a esa chica tan preciosa con la que llevaba viviendo cuatro meses. Sus ojos habían perdido todo su brillo, su sonrisa no era sincera nunca y eso me dolía. Me dolía verla así y ser tan poco hombre como para no poder hacerla feliz. Aunque claro, no somos nada. Pero yo siento que lo somos todo.'' ¿Qué sientes por ella?'' Os estaréis preguntando. Bien, pues ni si quiera yo lo sabía.