25.- Volvería mil veces más

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Eran las 2 de la mañana y estábamos tan cansados que se nos cerraban los ojos, a todos menos a Eric, cómo no. Pero yo no podía dormirme por mucho que quisiera, me era imposible.

-Cielo, ¿por qué no duermes?-Pensé su propuesta, pero miré a los chicos y luego lo miré a él, dándole a entender que sólo confiaba en una persona de esa tienda de campaña.-Ellos van a hacer la guardia, yo puedo quedarme.-Asentí.

Todos menos él se fueron a custodiar la base y Eric se tumbó a mi lado. Sin saber la razón, me puse nerviosa ante su tacto. Supuse que estaba así por la situación, porque tal vez tuviéramos a las chicas más cerca de lo que pensábamos, por todo.

-Sé que estás tensa, es normal, pero déjame seguir haciendo lo que he hecho estos meses.

-¿Mentirme? No, gracias.-Yo aún seguía enfadada, no me gustaba que me mintieran aunque fuera para ocultar algo doloroso.

-Me refería a cuidarte, y sobre lo otro... voy a disculparme todas las veces que hagan falta hasta que me perdones, Emily, y ojalá pudieras entenderme.

Me enfadé, porque yo siempre tenía que entender a todo el mundo y nadie hacía un esfuerzo por entenderme a mí.

-Me encantaría que pudieras hacer lo mismo conmigo.-Suspiré.

-Y lo hago, Miller, te lo juro. ¿Cómo no iba a hacerlo? Abandoné la misión por ti. Dejé aquí a mi hermana más tiempo del que debía porque joder...

-¿Qué, Eric, qué? Dilo de una vez.

-Me enamoré de ti, no podía seguir con esa mierda. Me recordaste por qué me enamoré de ti la primera vez que te vi. Sé que es una putada, pero estos meses de convivencia contigo han sido los mejores de mi vida. No es el momento, pero necesitaba decirte cuánto te quiero, lo daría todo por ti y por tu hermana, Emily, y aunque suene egoísta, volvería al primer día en París mil veces más, sólo por volverte a ver cada mañana desayunando en mi cocina con el pelo revuelto y esa sonrisa tímida que nunca quitas cuando estamos juntos.

-Eric, tuviste tanto tiempo para decirme esto...

-Pero nunca estuve tan seguro de hacerlo.

Nos miramos en la oscuridad, con toda la pasión que habíamos estado conteniendo desde la adolescencia y supe que tenía que besarlo.

-Eres el amor de mi vida, Secharia.-Nos sentamos y me acurruqué en él.-Te quiero, joder.-Me volvió a besar ferozmente y rato después, caí dormida en sus brazos.

Mamá, ojalá vieras todo esto.

POV ERIC

Al fin, entre todo este desastre, había podido decirle a Emily lo que sentía desde hacía tanto tiempo. Ahora sí que necesitaba sacarlas de aquí.

La dejé dormida, con Jay en la entrada de la tienda cuidándola. Yo sabía que esa chica era de todo menos débil, pero ella merecía descansar más que yo.

Cogí la llave de su zapatilla y salí a buscar a por quienes habíamos venido. Yo conocía muy bien la zona, aunque por más que pensaba, no daba con el puto dibujo de las flores. Podrían estar en cualquier lado, y eso me asustaba.

Anduve con Anthony hasta un lugar muy alejado de la base, llegando casi a la colina que tapaba todo ese lugar desde la carretera. Le había contado todo lo que había pasado con Emily y me había prometido que saldríamos vivos de allí, cosa que agradecí en aquel momento.

Escuché cargar un arma y empuñamos las nuestras, mirando hacia todos lados, y entonces... fijé la vista y lo vi.

-¿Eric...?

-Sí, hermano.

En la falda de la colina había una puerta enmarañada entre hierbajos y se podía distinguir un dibujo de unas grandes flores cubriendo casi toda la puerta, con tablones de hierro colocados horizontalmente.

Ni me lo pensé.

-¡LEAH! ESTÁS AHÍ, LO SÉ, DIME ALGO POR FAVOR.-Salí a correr hacia la puerta, pero un puñetazo me impidió seguir avanzando.

Alguien golpeó la puerta. ¿Cómo no se me habría ocurrido pensar que alguien la estaría custodiando día y noche?

Anthony salió en mi busca, seguramente pensando en que sólo éramos dos.

-Putos niñatos.-Yo tenía la llave también en mi zapatilla, ya que me había parecido buena la idea de Joey y me hizo lo mismo a mí. Eso sí que lo había pensado bien.-Siempre metiendo las narices donde no os interesa.

Ladao empezó a gritar para que todos vinieran a echarnos una mano y acabar con esto. Seguidamente aparecieron todos con las armas en sus manos, apuntando al hombre que me tenía cogido por el cuello.

-Jay, ¿dónde está?-Pregunté casi sin aire por Emily, era a la única persona a la que no veía.

POV EMILY

Escuché a Eric preguntar por mí, Jay me había dejado en la tienda de campaña por las prisas. Corrí hacia la colina y cuando llegué vi a los chicos apuntar al frente, a un hombre que agarraba a Eric por el cuello... y que tenía una pistola en su sien.

-E-eric...-Lo miré y él dirigió su mirada a la derecha.

Una puerta escondida entre matorrales en la dichosa colina, con flores dibujadas y tablones de hierro horizontalmente colocados. Jay me siguió la mirada y bajó el arma, yo no me moví, pero sentí lágrimas correr por mi rostro. Una furia incontrolable me inundó, y de repente, no sentía miedo de nada.

Miré al hombre que sujetaba a Eric y repetí el anterior gesto de Jay. Eric negó enérgico, conociendo mi mirada y mi forma de actuar. Me dirigí con seguridad hacia aquel hombre, sabiendo que detrás de nosotros también había hombres de mi padre esperando servirle mi cabeza en bandeja.

Me dio igual.

Llegué hasta ellos y le puse el arma en la cabeza al hombre, que parecía no tener sentimientos.

-O es él, o eres tú, y déjame darte una pista: no va a ser él.-A medida que hablaba, me acercaba más a él. Ninguno vacilábamos. Se rió en mi cara.

-Me parto contigo. Así que al final, el Señor ha criado a dos niñitas con muchos cojones.-Fue el comentario que faltaba para que yo bajara mi pistola y le diera dos tiros en las costillas sin previo aviso. Cayó al suelo y Eric pudo zafarse y coger su arma.

-¿Pero qué...?-Anthony me miraba como si eso hubiera sido una broma.

Nos giramos y los hombres de mi padre estaban algo nerviosos. Eran bastantes, pero no contaban con nuestra astucia.

-Anda, si mi primita sabe coger una pistola.-Vi a mi primo Andy salir de entre aquellos hombres y palidecí.

-¿Tú? ¿De verdad?-Me reí sin gracia, amargamente. Mi querido primo había soñado toda su vida con grandes cantidades de dinero, muchas mujeres, mucha libertad, ninguna norma. No me sorprendió demasiado verlo ahí.

THE RED KEY (MIDNIGHT RED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora