17.- Besançon

6 0 0
                                    

Me giré y me vi en el espejo que había al lado de la puerta. Estaba hecha polvo, mis ojeras habían aumentado y mi pelo estaba enmarañado, mi piel había perdido color y mis ojos eran tristes, pero guerreros a la vez, había recuperado y ganado peso rápidamente estos cinco meses, mi cuerpo estaba destrozado, por dentro y por fuera.

-Eres bonita.-Secharia agarró mi cintura e hizo el famoso movimiento de un lado al otro.

-Tanto dolor acaba con toda belleza existente.-Sonreí con dolor, y él sabía que no había nadie que estuviera tan dolida como yo ahora.

Recogimos todo y bajamos al salón a esperar a los chicos.

-Emily, quiero despedir los 150 días que he estado a tu lado. Algunos no los quisiera recordar, porque tu brazo sigue dolido, porque aquí fue donde te encontraste con Marta y donde te la quitaron. Porque aquí has llorado durante noches enteras, ocultándote con una sonrisa falsa al día siguiente con la que tú creías que todo quedaba sólo en ti, cuando yo te escuchaba como si estuviera a tu lado. Y lo sé, sé que debería de haberlo estado, porque me necesitabas. Pero por eso te quiero tanto, porque me ayudas a darme cuenta de cuándo un error verdaderamente lo es, porque haces de mí mejor persona, incluso cuando teníamos 16 años lo hacías. Y ahí es cuando me doy cuenta de que hay pocas chicas como tú, mejor dicho; ninguna, que pueda hacerte sombra. Brillas con luz propia, Emily Miller. Sé que necesitas escuchar estas cosas, que necesitas fuerza y apoyo para volver a encontrarte con tu padre y que la situación no te venza, ni que él tampoco lo haga. No te puedo asegurar que todos saldremos bien parados, es más, nadie va a salir bien parado, pero te aseguro que haré todo lo que esté en mis manos para salvarte la puta vida, porque quiero que hundas a ese cabrón, que lo hagas en nombre de todos. De tu hermana, de Marta, de Leah, en tu propio nombre. Que le enseñes al mundo todo lo que está pasando para que nadie se tope con semejante hombre.

Me quedé petrificada, supongo que palidecí y me ruboricé a la vez. Este chico me estaba dando fuerzas para seguir, me estaba diciendo que si me caía una vez él iba a levantarme dos y todas las que hicieran falta. Puede haber sonado algo cursi para mi gusto, pero no ha mentido en ningún momento.

Pero aquí fallaba algo. Ese algo no me cuadraba, Eric nunca había sido así. ¿Realmente Eric Secharia había madurado? ¿O simplemente estaba haciendo el papel?

Los chicos tocaron al timbre. Era curioso porque parecía que nos íbamos de excursión. Pero en realidad dejábamos la casa abandonada, y 150 días atrás que habían pasado como 150 segundos. Aunque sé que este no es el final de la historia, no me consuela. Porque el final que nos espera, es tan incierto como que todos podríamos morir.

Algo tenía claro. Si alguien moría, iba a ser yo.

Me encontraba (sin ser consciente) saliendo de casa y saludando a los chicos, aunque ellos me eran algo indiferentes. Y cómo no, siendo mis secuestradores. No los conocía de nada. Era todo tan extraño y difícil de explicar.

Lo que más me asustaba era no saber volver a la normalidad cuando todo acabase. Y sí, esa era una de mis opciones. Porque mis amigos estarían como locos buscándome, igual que el resto de mi familia que no es psicópata o está loca por conseguir dinero suciamente.

Aún no entendía cómo Nick había podido engañarnos durante casi dos décadas.

''No exageres, por Dios''

¿Que no exagere el qué?

''No eres tan madura, cariño''

Cállate.

''Pero... Si somos la misma persona''

Oh. Qué poca consideración por mi parte.

''Estás loca''

THE RED KEY (MIDNIGHT RED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora