22.- ¿Más mentiras?

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Asentí y me abroché el cinturón, mirando el móvil que me mantendría en contacto con Eric si algo pasaba. Estaba muy nerviosa, sentía mi corazón golpear mi pecho como pocas veces lo había hecho. Estaba nerviosa por Nick, por las chicas, por... Por Eric. La realidad era que esto sólo podía salir mal, ni si quiera tenía un plan pensado a la perfección como le hice creer a Eric y como me hice creer a mí misma, no sabía qué cojones estaba haciendo aquí.

Miré por la ventana y dejé de ver edificios y comercios: habíamos salido de la ciudad. ¿Cómo iba a saber Eric dónde encontrarnos? Cogí el móvil y procuré que el hombre que conducía hacia el paradero de mi padre no me viera y lo tirara a la basura, le dije a Eric por un SMS que estábamos saliendo de la ciudad y me contestó que estaban intentando averiguar la ruta por la que iba.

-Señorita Miller, llegaremos en unos minutos, prepárese. Su padre la recibirá encantado.

-No es para menos.-Dije seria sin dejar de mirar por la ventana, intentando averiguar el lugar concreto donde estábamos.

El hombre también parecía nervioso, tal vez ni si quiera él sabría qué podía pasar aquella tarde. De repente, a lo lejos, observé una base militar, perdida en la nada, en mitad de un campo y retirada de la carretera.

Y en el kilómetro 25 del camino sin asfaltar por el que íbamos, lo vi: ''Arch Mountain''

A medida que avanzábamos, vi como una pequeña montaña ocultaba la base militar de mi padre, y me di cuenta de todo, me enfadé tanto que comencé a llorar.

Eric me había engañado.

Eric sabía tan bien como Marta y mi padre lo que era Arch Mountain y dónde estaba, había estado jugando a las casitas conmigo durante más de medio año para verme la cara de gilipollas que se me quedaría cuando mi padre consiguiese ganar. ¿De verdad había vendido Eric a su hermana y a la mía sólo por contentar a mi padre? ¿Había sido capaz Secharia de dejar casi dos años a su hermana encerrada con Nick Miller por...? ¿Por qué?

Entonces caí. Caí en el día en el que me dieron un tiro en el brazo, cuando Eric me dijo que mi padre estaba en París pero que había conseguido esconderse de él y en cada mentira que me había dicho sobre esta historia durante tanto tiempo. Al final he acabado siendo lo que mi padre quiso siempre para mí, una ayuda en su negocio, la que hacía el trabajo sucio.

Me sentía estafada, rota, abatida, superada por el dolor que Eric me estaba causando y enfadada conmigo misma por haberme creído todas las mierdas que él me había contado desde que volvió.

Sollocé y el hombre me miró por el espejo retrovisor, sin querer hacer ninguna pregunta, así que me limpié con agresividad las lágrimas y llamé a Eric porque me daba igual si después me requisaban el móvil, no quería saber nada de ese chico.

-Emily, ¿dónde estás?-Sonaba preocupado.

-Eres un maldito hijo de puta, Secharia. Sabes perfectamente dónde estoy, sabías desde el principio qué era Arch Mountain, dejaste que se llevaran a nuestras hermanas y a Marta. ¿Cómo has podido dormir cada noche a mi lado y decirme tantas mentiras sin sentir un ápice de vergüenza?

-Emily yo, yo no...-Su silencio era ensordecedor, me mataba.

-¿No qué? ¿No querías hacernos daño? No me jodas. Eres un desgraciado y lo vas a ser siempre.

-Yo no había previsto enamorarme de ti y pensar en pasar toda mi vida a tu lado después de todo esto.

Me quedé helada, sin palabras, y lo único que supe hacer fue colgarle. Acto seguido, bajé la ventanilla y lancé el aparato lo más lejos que pude con la poca fuerza que me quedaba.

THE RED KEY (MIDNIGHT RED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora