24.- Justicia

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POV EMILY

Estaba escuchando a Eric atentamente mientras toda mi vida se caía a pedazos con cada palabra. Había vivido 20 años con un puto psicópata que quería hacer de mí lo mismo que es él. Esto nos había costado la pérdida de mi madre, los años buscando a Leah y a Marta... Todo.

-Emily, yo sólo hacía esto por Leah.-Eso me había dolido.- Me sorprendí cuando Marta apareció en casa contando todas esas mentiras de su padre, por lo que cometí un error. Llamé a Jay y le dije que estaba aquí, él no lo pensó con calma, tu padre se enteró de todo porque él la había mandado a nuestra casa y se adelantó. Se la llevó en mi cara esa misma noche y no pude hacer nada, tuve que ver cómo Nick te cogía, te acostaba y te daba un beso en la frente como si de verdad viera algo más en ti que una sicaria a la que podía encargarle lo mismo que a mí porque se lo debías por ser su hija. Me pasé la noche esperando a que te despertaras y reaccionaras como lo hiciste, y no sólo ese día, sino todos los días. Tenía que pensar cada noche en qué palabras usaría para aparentar saber lo mismo que tú de casi todo lo que estaba pasando, pero fuiste más inteligente que yo y... bueno, aquí estamos.

Sonaba convincente, me miraba con aquella cara de sinceridad que ponía siempre cuando necesitaba que lo creyera, y lo hice. Porque ya no me quedaba nada más a lo que agarrarme si no era a esto. Quería creerle.

-O sea que Jay y tú sois...¿amigos?

-En este mundo no hay amigos. Simplemente, tenemos el mismo objetivo en la misma persona y el mismo lugar.-Asentí. El objetivo eran las chicas, y la persona, mi padre.

-¿Por qué me dijiste que después de esto no nos veríamos?-Hice la pregunta que llevaba queriendo hacerle mucho tiempo.

-Porque supuse que estarías tan enfadada que ni me escucharías o que Nick me mataría.-Encogió los hombros mientras mordía una manzana.-Pero supongo...-Lo corté.

-Eric, te quiero.-Cayó una lágrima por mi mejilla y me abrazó.

-Te quiero.-Me besó fugazmente en medio del caos y vimos cómo los chicos nos miraban de lejos.

Al rato, Eric cayó dormido apoyado en la pared con el arma en la mano y le eché una manta por encima. Decidí que era el momento de dar un paseo con Jay.

-Jay, ¿podemos dar un paseo?-Asintió, cogió el arma y me acompañó.

-Así que Eric te lo ha contado todo.-Asentí.-Él estaba muy apenado porque pensaba que no te iba a ver nunca más, hasta que localizamos la llave y supimos que te había traído a Arch Mountain.

Un momento, ¿la llave? Lo miré pasmada y él se quedó igual.

-Hm... Joey le puso un localizador a la llave, rajaron tu zapatilla y la escondieron en la suela sin que lo supieras para que no llevaras más presión en el reencuentro con Nick.

Automáticamente me quité las zapatillas y encontré la raja que Joey le había hecho a una de ellas, saqué la llave, miré a la base de mi padre, comprobando que todo estuviera en orden, y empecé a buscar lo que Marta dibujó en mi ventana, se lo expliqué a Jay y me dijo que sonaba sensato que su hija intentara darme pistas aun estando trastornada por el secuestro y la extorsión de Nick.

Los dos buscamos flores por el suelo de alrededor, pero no parecíamos estar buscando bien.

-Emily, ¿y si las flores que mi hija dibujó no estaban en el suelo?

-Pero... eso es imposible Jay, ¿dónde van a estar una flores si no es en el suelo?

Seguimos pensando dónde podría estar lo que mi amiga dibujó en el vaho de mi ventana, y pensé en que ella no haría nada tan simple como dibujar algo que cualquiera podía encontrar en el suelo caminando, pero la verdad era que no se me ocurría nada más allá de unas tristes flores plantadas en todo este campo.

Aunque, ¿cómo iba a querer decirme Marta que ellas estaban o estuvieron encerradas bajo unas flores, si en este lugar era lo único que había? Ella no iba a hacerme buscar flor por flor, así que era, para mí, prácticamente seguro que no las encontraríamos bajo tierra.

Se lo expliqué a Jay y él siguió mi razonamiento.

-¿Puede ser que ella hiciera un dibujo... de un dibujo?-Caniff no sabía si estaba diciendo una tontería, pero a mí no me lo pareció.

Seguimos caminando toda la madrugada por la zona, esperando de repente ver unas flores dibujadas en alguna parte, sin resultado. Yo estaba desesperándome, estaba pensando que después de tener el control, mi padre seguía jugando conmigo, yo jamás me adelantaría a sus pasos, siempre iría por detrás de él. Me senté en mitad de aquel campo, sola, porque últimamente era como mejor me sentía. Yo sólo necesitaba acabar con esto, enterrar a mi madre con todo el amor que me quedaba por darle, encerrar a ese hombre al que solía llamar padre y que se pudriera en la cárcel como la rata que era.

Esto ya no era venganza, esto, a partir de ahora, era justicia.

-Nena.-Era la primera vez que Eric me llamaba así, y no me disgustaba.

-Secharia.-Esta era mi manera de llamarlo cariñosamente.

-Te juro que esto va a acabar antes de lo que piensas, sólo necesito que tengas paciencia. Están aquí, lo noto, sé cuándo mi hermana está cerca.-Asentí, porque no podía hacer otra cosa.-Yo... Emily, siento lo de tu madre.-Al escuchar esas palabras, agaché la cabeza y sollocé. No podía creer que me estuviera dando el pésame por la muerte de mi madre, asesinada a manos de mi padre. Eric me abrazó y metí mi cara en su cuello, esperando que aquello sólo fuera una pesadilla, y entonces me quise desahogar con la única persona que había estado durante 7 meses para mí, unas veces más que otras, pero en definitiva, había estado.

-Eric, ¿cómo ha podido mirar a su mujer a la cara y matarla? ¿Cómo decide una persona dejar sin su madre a sus dos hijas? Me siento tan engañada. He estado viviendo con un psicópata 20 años, y Ari... No sé cómo voy a decírselo, no sé cómo sacarla adelante si salimos de aquí. Tú, al menos, tienes a tus padres, sabes que Leah está viva. Me voy a tener que ir de aquí con una chica de 18 años que acaba de perder a su madre y que va a tener que testificar contra su padre. Yo sé que puedo aguantarlo, pero es ella quien me preocupa.-Eric me acomodó entre sus piernas, quedando mi espalda pegada a su abdomen, los dos con las armas en mano.

-Miller, mi familia ahora es vuestra familia. Voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que nuestras hermanas y nosotros mismos salgamos vivos de aquí.

-Yo lo único que quiero es ver a esa rata encerrada, pagando cada vida que ha quitado, cada vida destrozada, cada niño arrancado de sus familias, cada lágrima que la gente haya derramado por sus mierdas. Quiero justicia para mi madre, Eric. Ella también la querría para nosotras.

-Con tu padre las cosas no son tan fáciles. No va a dejar que os salgáis con la vuestra, no es muy buen perdedor.

-Yo tampoco sé perder, así que conmigo tampoco lo va a tener fácil.-Dije, segura de mí misma, mirando la pistola de mis manos y pensando en las mil frases que le diría a mi padre cuando tuviera mi cañón en su frente.

-Emily si os pasara algo yo... no lo soportaría.-Noté que llevó una de sus manos a sus ojos, y supe que estaba llorando.

-Eric, no nos va a pasar nada. ¿No confías en nosotras? Somos fuertes. Vamos a sacar de aquí a nuestras hermanas y a Marta, Caniff nos va a ayudar con mi padre, conseguiremos salir ilesos.-Había recuperado toda la fe en la operación y en las personas que me rodeaban.

No iba a dejar que mi padre se saliera con la suya, no esta vez.

THE RED KEY (MIDNIGHT RED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora