‹ Our 𝖇𝖊𝖆𝖚𝖙𝖎𝖋𝖚𝖑 life together › ♡ [Glamrock Freddy x Monty] [T2]

✮ 𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒗𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒐𝒄𝒉𝒐

28 - "5 days until the party."

Perspectiva de Vanny.

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• Es de madrugada, y estoy regresando a casa con una bolsa negra en mi mano. ¿Qué hay en la bolsa, se preguntarán algunos? La respuesta es obvia, ¡un gato muerto!

¿Que por qué lo maté? Pues porque no me gustan los gatos. Nunca me han dejado tener un gato.

Tampoco me gustan los niños. Son crueles, lo único que hacen es burlarse.

Odio las fiestas. Nunca nadie vino a mis fiestas.

Detesto los dulces, la música, los colores, los animales... ¿Hay algo que me guste realmente? ¡Sí! Lo único que amo y adoro es a... ¡Mi hermanita, que claramente nunca me haría nada malo!

Cuando llego al apartamento, tiro la bolsa hacia un lado de la puerta y me dirijo a la cocina. Para mi sorpresa, Vane está despierta y se asusta mucho cuando me vé. ¿Qué le pasa?

– ¡ALÉJATE DE MÍ, ENFERMA! – Vanessa grita mientras me apunta con un cuchillo. – ¡Ya te lo dije, no quiero verte!

– ... Solo vine por un vaso de agua. – Me acerco tranquilamente hacia la encimera, y ella se aleja sin dejar de apuntarme. – ¡Baja eso! ¿No ves que me estoy portando bien...?

– ¡Por supuesto que no! ¡¿Cómo se te ocurre volver después de lo que hiciste?! – Vane grita, haciendo que baje mis orejas. – Jamás creí que fueras capaz de tanto...

– Lo dices como si hubiera hecho algo muy muy muy malo. – Me sirvo un poco de agua en un vaso y lo bebo rápidamente. – ¿Cuál es el problema? Esos niños no tenían vidas felices, ¡se podría decir que les hice un favor!

• Suelto una risita, pero Vanessa no se ríe conmigo. Me volteo para ver lo que le pasa y en su mirada no veo otra cosa que no sea... terror.

– Si no te vas ahora mismo, llamaré a la policía. – Dice firmemente, debe estar bromeando. – ¡Esta vez lo digo en serio!

– Ness... – Trato de tranquilizarla, pero ella me amenaza con el cuchillo. – ¡No tienes que reaccionar así! Te prometo que no voy a--

• Vanessa me golpea en la cara, dejándome la mejilla de color rojo y echándome hacia atrás.
La miro sin poder creer lo que hizo, y aún no entiendo porqué me quiere fuera.

– Esta es la última vez que te lo digo. – Ahora quien retrocede soy yo al ver como se acerca. – ¡Lárgate!

• Amo a mi hermana. Jamás le haría daño, no importa que tanto daño me haga ella a mí.
Agarro mi mochila que está colgada junto a la puerta, y rápidamente salgo de apartamento y del edificio.

No pienso quedarme otra noche más en la calle, así que tendré que pasar unos días en casa de un amigo.

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