ɴᴏ ᴏᴛʀᴀ ᴠᴇᴢ | ꜱᴛʀᴀʏ ᴋɪᴅꜱ ²

✦CAPÍTULO 8❞

Cuando la hora de la comida en el avión llego, las azafatas fueron sirviendo los platos en primera clase al mismo tiempo que se servían en el resto del avión.

Lee Know estaba acomodado en uno de los asientos pegados a las ventanillas, recibió su plato de comida en una bandeja junto a su bebida y complementos, la azafata se alejado rápidamente para ir a atender a otro pasajero en la clase turista.

O eso parecía.

El platinado bajo su mirada encontrándose con un papelito rojo en la bandeja, frunció su ceño y miro a los demás quienes comían a gusto. Parecía que él había sido el único que recibió ese papelito desconocido. Por eso, con su curiosidad, decidió leer lo que tenía, tal vez era una nota de Aurora pidiéndole verse en alguna parte después de llegar a Japón.

―Sería ilógico, ella me mandaría un mensaje. ―se dijo a sí mismo en un susurro, pero aun así se atrevió a abrir el papel.

Para su sorpresa, no era un mensaje de Aurora.

"Debiste haberle hecho caso a Taehyun"

Levanto su mirada al escuchar que Jisung le llamaba desde su asiento enfrente, se tranquilizó al sentir su corazón latiendo a mil por hora y arrugo el papelito para meterlo a su pantalón.

― ¿Estás bien hyung? ―pregunto al verlo inquieto, reconocía esas miradas perdidas.

―Sí, sí estoy bien no te preocupes. ―dijo, obviamente, intranquilo.

― ¿Seguro? ―volvió a preguntar el menor para cerciorarse.

―Totalmente seguro.

No muy convencido se volvió a sentar, Lee Know volvió a tomar el papelito y sintió esa inquietud recorrerle el cuerpo completo.

Podía optar por hablar con taehyun por celular pero no tenía su número. La única opción que le quedaba era buscarlo entre los contactos de Aurora y eso conllevaba tomar su celular a escondidas.

No tenía problema, sabía la clave de desbloqueo: era la fecha en la cual empezaron a andar.

¿Tenía derecho de comenzar a armarse teorías en su cabeza o era mejor esperar a hablar con Taehyun? Ahora tenía el pensamiento de que quizás, si le hubiese dejado hablar, esto no pasaría, aunque por supuesto ¿cómo hablarían si el avión estaba por despegar?

De todas formas, hubiesen hablado o no, ese papelito haría acto de presencia.

Stray Kids no sabía lo que se avecinaba, ni siquiera TXT quienes ya sabían quién estaba detrás de todo esto.

No, no estaban tranquilos, ninguno de los cinco estaba tranquilo después de haber visto a la pesadilla andante de nuevo frente a sus narices.

―Tiene el celular apagado, no ha llegado a Japón. ―dijo Hueningkai desesperado después de haber marcado el número de la fémina por décima quinta vez.

―Debemos mantener la calma. ―comento Beomgyu, el resto se le quedo viendo―. Tienen razón no podemos mantener la calma en esta situación ¡Hyebin volvió carajo creí que se había ido con San Pedro!

― ¡Beomgyu deja de decir estupideces! ―pidió Yeonjun a su lado.

― ¡Es que se desapareció, todo mundo puede pensar eso! ―se defendió el menor.

―Seriedad Beom, esto es grave: la peor enemiga de Aurora ha vuelto y no sabemos qué cosas puede hacerle, no sabemos que intenciones tenga después de todo el daño que le hizo pasar. ―dijo Soobin intentando que los otros dos guardaran postura y se mantuvieran serios a la situación por la cual se estaban comenzando a enfrentar.

Si bien no querían perder la cabeza, pero eso era lo que estaban perdiendo ahora.

Nunca pensaron que ella volvería y esta vez no saben que intenciones tiene, no saben que es lo que piensa hacer y ahora están lejos de Aurora como para tratar de alejarla. Por eso Taehyun está desesperado por contactarla, necesita decirle así todo el mundo se niegue a permitirle hablar con ella.

Era una pesadilla la que estaba comenzando a escribirse.

Bueno, en realidad, no una pesadilla: era la continuación de aquella pesadilla la cual creyeron borrada totalmente del mapa y no saben qué hacer.

Ellos podrán idear un plan ahora, pero Hyebin les lleva ventaja.

―Querías verme, ¿qué sucede mamá?

Jungkook tomo asiento frente a su madre después de saludarla, la señora Jeon se dejó ver preocupada así que al ordenar lo que comerían y beberían, justo después de que el mesero se fue, ella comenzó a hablar.

―Hijo quiero que me escuches y te mantengas en silencio, lo que te diré es serio e incluye a tu hermana. ―el mayor trago saliva al escuchar eso, ¿qué podría ser? No tenía idea.

Tal como lo pidió su progenitora Jungkook se mantuvo en silencio mientras la señora Jeon hablaba.

―Los señores Shin me llamaron por teléfono. ―Jungkook se mostró confundido, sabía que los señores Shin eran padres de Hyebin, la chica que le hizo vivir un infierno a su hermana menor―. Lo que me dijeron es preocupante y temo por Aurora.

― ¿Por qué?

―Hyebin estuvo en un internado femenino fuera de Seúl, sus padres decidieron meterla cuando la obligaron a disculparse con Aurora y además por su comportamiento. ―trato de explicarle, aunque los detalles que faltaban llegaban más adelante―. Vieron cierto comportamiento extraño en ella después de todo lo que paso, pero eso no es lo peor Jungkook.

Fuertes latidos eran dados por el corazón de Jeon quien no estaba nada seguro de que esta reunión acabe con palabras buenas.

―Ella se escapó hace un mes de ahí, los directivos del internado dieron aviso a sus padres, pero hay un entre medio, otra razón por la cual les avisaron a tan de prisa.

―No hagas más pausas mamá. ―pidió Jungkook.

La señora Jeon suspiro y miro a su hijo directamente.

―Cuando una de las profesoras entro a su habitación para revisar, no estaban sus cosas, pero el ropero no estaba vacío: tenía demasiadas fotografías de Aurora tomadas desde una cámara y no son recientes, son desde que la conoció, desde que estuvo con ella en la secundaria. Había cartas donde expresaba su amor hacía ella, pero conforme más las leyeron más rápido se dieron cuenta que se había vuelto un amor obsesivo.

― ¿Eso quiere decir que...?

―En la última carta que encontraron, de hace dos meses, escribió que se escaparía y que iría tras Aurora.

Jungkook abrió sus ojos ante la sorpresa, reviso su celular dándose cuenta que su hermana ya estaba de camino a Japón y no tenía manera de comunicarle todo ahora.

―No podemos dejar que le suceda algo malo. ―dijo la señora en modo de súplica sabiendo que su hijo haría algo.

Él se arrodillo frente a su progenitora y tomo sus manos diciéndole:

―Sabes que entregaría mi vida protegiéndola a ella.