LAURA
— ¡Es perfecto! —niego con la cabeza. No pienso hacer esto— Lau, mi hermano está encantado de ayudarte, sabes que te adora.
— Tu hermano quiere que tenga un desliz y acabe metida en la cama con él.
— ¡Joder! Lau, ya entendí que eso no va a pasar, no es necesario que lo repitas más —Carlos se cruza de brazos como enfurruñado.
— Es que es la verdad Carlos. Mira, las mentiras me han traído hasta este punto y una cosa es que le ponga las cosas difíciles para que aprenda y otra distinta es que le destroce —miro a mi amiga—. Le tendrías que haber visto la cara cuando vio a Carlos y que yo iba en toalla.
— ¿Y? Te ha engañado.
— Es cierto, lo ha hecho. Y yo lo hago todos los días. Y mi mentira es más gorda.
— No es cierto, Lau —Carlos entra de nuevo ¿Por qué le permito meterse en esta conversación? — Él se acostó con su novia cuando ya estaba contigo.
— ¿Y eso cuando fue? —me pongo a la defensiva— Recuerdo cuando me acosté por primera vez con él, pero no fue hasta este fin de semana que en realidad establecimos que teníamos una relación. ¡Dios! —me están sacando de quicio.
— ¿Crees que no ha hecho las paces con ella? —y Carlos sigue con lo suyo. Voy a soltarle un bofetón al final.
— Roy me ha dicho que lo ha dejado con ella.
— ¿Desde cuándo tu hermano es su confidente? —Carlos mete cizaña.
— Dejadme en paz en serio. No voy a ponerle celoso. ¿Me oís? Y menos contigo. ¡Qué no!
— Lau —mi amiga me coje por los hombros—, es la única manera de que entienda que puedes estar con cualquiera que tú quieras. Que puede perderte cada vez que se le ocurra hacer el gilipollas.
— Me ponéis enferma en serio.
Recojo mis cosas y me voy al trabajo. Lo que sí he hecho hoy es ponerme explosiva. Me he puesto la falda de tubo que sé que más le gusta a Nico. Una camiseta ceñida que relaza mi pecho. Y me voy a hacer la dura a saco. Pero de celos nada de nada. Bastante tengo con tener que hacerme la dura.
Llego a mi sitio y miro, pero Nico aún no ha llegado.
— Estás guapísima hoy —la voz irrisoria y ridícula de Martín llega hasta mí. Me giro y me cruzo de brazos.
— Gracias. Si lo sé me pongo un chándal.
— ¡Qué borde! —se acerca demasiado y doy un paso atrás chocando con la mesa— Esta noche mis padres dan una cena benéfica, para no sé qué asociación. Necesito que te pongas tus mejores galas y me acompañes. Quiero que la gente me vea con mi novia.
— No pienso hacer eso.
— Claro que lo harás Lau.
— ¿Por qué? Quiero decir, el trato es que me casaré contigo, si no lo evito antes, pero, se estipula que no se hará público hasta que yo termine con mis estudios de derecho. Cosa que no he hecho aún. Me falta el master.
— Puedes venir y no hacernos fotos —me susurra casi en el oído—. Te lo pido por favor, quiero disfrutar de novia por un día.
— He dicho que no. No me puedes obligar.
— Llamaré a tu padre.
— Suerte con eso —le toco el pecho para alejarle.
— Buenos días —empujo a Martín para ver a un sorprendido Nico. Mirando a Martín que parece que estuviese flirteando conmigo. ¡Joder! ¿No puedo tener el día tranquilo?
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El amor tiene las patas muy cortas
RomanceLaura y Nico son dos personas muy diferentes. Demasiado. Entran a trabajar de becarios en el mismo bufete de abogados y cuando se conocen sus mundos colisionan. De primeras no son almas gemelas ni se llevan a las mil maravillas pero poco a poco, día...