33. Sobrevivir

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LAURA

20/10/2019

Querido diario.

Sobrevivir a Nico es lo más difícil que he hecho durante este último mes. Ayer recibí un mensaje para vernos por su parte y hoy solo puedo llorar. ¡Se va! Se va a saber dónde, a hacer su máster y me deja atrás. Así de fácil ha sido. No puedo explicar con palabras el inmenso dolor que me ha ocasionado verle partir. Con su último abrazo nos hemos roto en pedazos. Porque si algo tengo claro es que Nico se ha ido tan roto como yo.

Nuestro amor se ha basado en mentiras, una detrás de otra y él tiene razón en una cosa. Lo hemos hecho todo mal. Tan mal que me asombra que entre todo eso hayamos podido vivir uno de esos amores que se recuerdan toda la vida. Porque sé que jamás voy a olvidar todo lo que he sentido a su lado. Ha sido y será siempre el amor de mi vida. Eso lo tengo claro. Pero como él ha dicho debemos aprender a amar. Sobre todo, eso. Debemos aprender la lección de que el amor es algo que se basa en la sinceridad, sin reservas. Quizá si no hubiésemos mentido, quizá si hubiésemos confiado el uno en el otro, esto no hubiese pasado.

Pero, no lo hicimos. Arrepentirse es de cobardes, así, que, no queda otra que coger el toro por los cuernos y seguir hacia adelante. Sin mirar atrás, pero teniendo presente cada uno de los errores para no cometerlos de nuevo. Debemos aprender a sobrevivir.

No sé si algún día, Nico y yo nos cruzaremos en la vida y diremos. ¡Madre mía! Tú eres quien me enseñó a vivir de verdad, a amar y a ver que la vida es mucho más que una línea que se anda sin consciencia.

Quiero, algún día, poder hablarles a mis nietos de quien fue Nico en mi vida. Fue, es y será el único capaz de hacerme temblar de los pies a la cabeza solo con sentir su presencia.

Pero ahora debo despedirle. Debo decirle adiós y afrontar la vida que me queda sin él.

Lo primero que debo hacer es romper con mi familia. Llevo un tiempo pensándolo y seguir fingiendo que soy feliz con las decisiones que me han puesto en este punto ha sido un error. En su día debí decir, NO. No lo hice y hoy pago por todos mis errores empezando por ese. Y no puedo más.

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15/11/2019

Querido Papá.

Con esta carta me despido. Dejo de ser la hija que soñaste que sería para convertirme en la mujer que debo ser. Fuerte, equilibrada y feliz. Siento decirte por carta que ya he arreglado los papeles para desvincularme oficialmente de la empresa. Ahora todo queda en manos de ellos.

Sigo siendo una cobarde por no saber enfrentarme a ti, pero aún estoy aprendiendo a madurar. Me queda mucho camino, pero, lo lograré. Y juro que ese día volveré. Te miraré a los ojos y te diré en qué te equivocaste como padre y como dueño de tu empresa. Me convertí en una transacción comercial y eso no es justo conmigo, ni con la familia.

Hoy inicio mi nueva vida lejos de todo. Solo he cogido una maleta, mis ganas, un puñado de ilusiones y con eso voy a enfrentarme a la vida y a buscar mi felicidad.

Quiero decirte, que aun así, te echaré de menos. Nuestras charlas después de cenar, nuestras risas en las celebraciones familiares. Verte desayunar leyendo el periódico y sobre todo tus abrazos. Unos que me dan fuerza. Siempre lo hicieron. Y por eso seguía a tu lado. Pero los abrazos ya no son suficientes.

Me he roto y debo recomponer a Laura, la fuerte y sana. Debo curar las heridas que me han provocado las mentiras y los engaños. Y sobre todo quiero perdonarte. Quiero aprender a hacerlo desde el corazón. Y para eso necesito tiempo y espacio.

El amor tiene las patas muy cortasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora