Capítulo 17

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La noche se acerca y comienzo a soñar, esta vez Colton está en mis sueños. Sus palabras suenan como eco en mi mente 'estaba preocupado por ti', veo su rostro, sus ojos azules, su ceño fruncido, todo respecto a él hace que sienta unas horribles mariposas en mi estómago.

Quiero despertar, no quiero seguir soñando con él, comienzo a forcejear entre las sábanas e intento abrir los ojos, estoy adormilada cuando escucho unos pasos en el corredor, me acomodo y me restriego los ojos con las manos.

La puerta de mi habitación se comienza a abrir, me siento de golpe y la cabellera rojiza de Lilly aparece a mitad de la noche, su rostro está blanco como la cal y una gota de sudor le corre la mejilla.

—¿Lilly? ¿eres tú? ¿qué haces aquí? —veo que atrás de ella hay una sombra.

—Así es pelirroja, quédate tranquila y no saldrás lastimada —dice la sombra de forma hostil.

¿Es que acaso aún estoy soñando?

—¿Lilly? —vuelvo a preguntar —¿Qué diablos está pasando?

—¡Joder! —exclama Lilly mirándome nerviosa —ya hice todo lo que querías, ahora déjame ir —no me lo dice a mi si no a la sombra.

— ¿Quién me asegura que no le dirás a nadie sobre esto? —pregunta la sombra.

—Lo prometo, no le diré a nadie —el sudor de su frente corre frenéticamente.

¿Qué es lo que está sucediendo? no logro entender.

—Está bien pelirroja, ahora vete antes que me arrepienta de soltarte tan rápido —dice la voz masculina.

No lo había notado, pero al lado de la cintura de Lilly hay algo filoso que brilla en la tenue luz de la habitación, es una navaja que apunta su estómago.

Lilly sale corriendo por los pasillos dejando la puerta de mi habitación abierta.

Siento como un escalofrío recorre mi espalda, la sombra esta parada afuera de mi habitación aguardando para aparecer.

—¿Quién diablos eres?

La sombra entra a pasos lentos, junto con el rostro que no esperaba ver.

—Tienes una horrible habitación —comenta Thomas mirando hacía todos lados y dando un respingo. Guarda la navaja en uno de sus bolsillos — ¿Me extrañaste Bambi? —sonríe y cierra la puerta tras de él.

— ¿Qué haces tú aquí? ¿Cómo es qué Lilly aún sigue en el hospital a esta hora?

—Esa pelirroja no me agrada —comenta —la obligue a que se quedara esta noche, así podía venir a verte, solo me sirvió como señuelo para despistar a los guardias.

Me restriego nuevamente los ojos para ver si esto realmente es un sueño o el principio de una pesadilla, pero es tan real que me baja otro escalofrío por la espalda.

— ¿Cómo es que lograste convencerla de quedarse? —frunzo el ceño.

—Si tienes una navaja y un poco de autoridad, todos hacen lo que quieres —sonríe con orgullo.

—No paras de ejercer poder, incluso con las enfermeras y los guardias.

—Claro que si Bambi —al parecer lo tomo como un cumplido, pero era todo lo contrario.

— ¿Qué es lo que quieres?, ¿Por qué has venido a mitad de la noche?

—Vine porque ya que te uniste a mi grupo necesito algo de ti —se cruza una sonrisa por su rostro.

—Sabes que no fue por voluntad propia —corrijo.

—Que yo sepa nadie te coloco una pistola en el pecho para que aceptaras unirte — levanta una ceja y se apoya en la puerta.

Mi Telequinesis © [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora