Capítulo 21

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Los demás discuten entre ellos, nadie vuelve a dirigirme la palabra, supongo que ya los convencí.
Así que le hago un asentimiento a Thomas para que me lleve devuelta a mi habitación. Jacob se pone de pie esperando ayudar a cargarme, pero antes alzo la voz.

— ¡Hey! —llamo su atención, los demás y me quedan mirando — ¿Cuánto tiempo tengo para conseguir el mapa?

Se miran entre sí y Rick contesta. —Antes de finales de mes.

Estamos a principios de octubre.

Asiento. Me levanto y Thomas me afirma.

—No es necesario que vengas con nosotros Jacob, yo la llevare a su habitación.

Jacob asiente.

—Nos vemos luego —me susurra —cuídate mucho Emi.

—Gracias Jacob.

Salgo afuera de la habitación junto a Thomas, este me afirma de la cintura y sin preguntarme me levanta en sus brazos y me carga.

—Te gusta hacer eso.

— ¿Hacer qué?

—Tomarme por sorpresa.

Thomas sonríe con picardía y me guiña un ojo.

Camina devuelta por el pasillo, mientras yo voy en sus brazos. Pasamos el vestíbulo, y siento una punzada de culpa que se acrecienta en mi pecho, Colton ya no está.

Nos volvemos a esconder, eludimos a los guardias y traspasamos los corredores. Thomas disminuye el paso, me dedico a observarlo. Lleva el cabello rubio revuelto, sus labios son acentuados y de color piel suave, tiene una nariz respingada y la quijada cuadra. Me descubre observándolo, siento como las mejillas me arden.

—Estoy viendo como tus mejillas enrojecen, te pongo nerviosa.

—No estoy nerviosa —trago saliva.

—Se te da fatal mentir cuando estas así.

— ¿Así como? 

—Vulnerable —susurra cerca de mi rostro.

Frunzo el ceño y me quedo vagando en esa palabra. Se equivoca, yo no soy vulnerable.

—Quizás debas bajarme.

—¿Porque? Aún no puedes caminar Bambi.

—Es solo que... —no quiero que crea que me siento protegida entre sus brazos, ni mucho menos que me vea como alguien vulnerable.

— ¿Te molesta que te cargue? —pregunta curioso.

—No en estas circunstancias.

— ¿Entonces?

Me quedo en silencio. 

—No sabía cuan nerviosa te pones cuanto estas cerca de mí —dice haciendo media sonrisa orgullosa.

— ¿Qué?, ya te dije que tú no me pones nerviosa. 

—Sí, claro —rueda los ojos —lo puedo notar Bambi, tus mejillas están más rosadas que de costumbre, te estas mordiendo el labio y no me miras a los ojos. Ese es un claro ejemplo de estás nerviosa.

¡Demonios!, verdad que Thomas es perceptivo.

—Acerté ¿cierto? —esboza una sonrisa.

—Tú ego no tiene límites.

Suelta una carcajada que hace eco en el corredor.

— ¿Sabes porque no deje que Jacob viniera con nosotros?

Mi Telequinesis © [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora