Capítulo 19

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La palabra amor no se encuentra en mi vocabulario. El único amor que siento es por mi hermano.
Por eso cuando Colton dijo que se preocupaba por mí, fue como si me hubiesen golpeado fuerte, justo ahí, en el corazón.
Nadie que yo conozca se ha preocupado por mí, mi madre no lo hizo y mucho menos Bill.

Quiero creer que es cierto, pero me quito rápidamente eso de la cabeza. Estoy comenzando a pensar sin ser racional. Yo debo salir de aquí, yo debo buscar a mi hermano y por sobre todo yo no debo creer en los demás.

Llego a mi habitación y miro el pequeño paquete color rosa que me entrego Jacob, lo mantengo entre mis manos antes de abrirlo, ¿Qué es lo que Thomas me ha obsequiado?, ¿Creerá que con un obsequio arreglara lo que sucedió anoche? ¿Sigue creyendo que soy la típica chica que cae con palabras lindas y obsequios? ¡Menudo cretino!

Lo abro y me encuentro con una caja color vino, su textura es suave y delicada y tiene unas letras en francés de color plateado. Abro la tapa y quito el papel que cubre tres filas de bombones de varios colores y texturas en el interior. Me quedo asombrada y los admiro por un momento. ¡Esto es un lujo!, en los barrios pobres de Seattle no se ven chocolates tan finos como estos. Thomas se tomó muchas molestias. ¿De dónde los habrá sacado?, veo que hay una pequeña nota en el interior, la desprendo.

"Te mereces más que esto, lamento haberme comportado como un idiota anoche, espero que comprendas que te necesito. Te necesito a ti Bambi"

La caligrafía es irregular, se nota que solo un chico pudo escribirla. Esas palabras son las mismas de anoche, 'Te necesito", yo se lo negué. ¿Me estará diciendo la verdad o será parte de un engaño? Miro la nota y los bombones. Me gustaría que mi hermano los estuviera viendo, seguro diría que son muy hermosos como para devorárselos y luego terminaría comiéndoselos igual. Sonrío ante ese pensamiento, me gustaría guardárselos y dárselos algún día. Así que los tapo con el envoltorio y los dejo debajo de mi almohada.

En la mañana despierto con el ruido de los pasos de las demás que se dirigen al comedor para el desayuno así que bajo junto a Winnie quien permanece algo callada el día de hoy.

Cuando pasamos la puerta donde se encuentra Josh mirando las cámaras de vigilancia, me doy cuenta que la Doctora Mónica está hablando con la cocinera, la misma persona que nos entrega nuestra comida y la tía de Winnie. Frunzo el ceño, la Doctora me ha estado esquivando todos estos días, estoy segura que me está vigilando para dar su próximo golpe y yo espero atenta a cualquier cosa que suceda.

Terminan de charlar, asiente con la cabeza y camina hacia donde estamos las demás. Pasa por mi lado con la mirada pegada en la muralla y sube las escaleras hacia el corredor. Las demás la quedan mirando y formamos una fila para recibir el desayuno.

Cuando llega mi turno, la cocinera me entrega un vaso de leche y una tostada pequeña, frunzo el ceño y me quedo mirando la bandeja.

— ¿Y esto por qué?

—No hay más para ti, ahora camina —dice la mujer gorda.

— ¿Por qué no?, este no es el mismo desayuno que le entregan a las demás —miro hacia atrás y veo que estoy retrasando la fila, pero me da exactamente lo mismo.

—Toma la bandeja y ve a sentarte, no hagas problemas.

— ¿Qué?

—Camina, deja de retrasar la fila.

Tomo mi bandeja y me alejo irritada. ¿Por qué tengo menos derecho a la comida que las demás?

Veo que Patty está en la fila con Cassey y las chicas platinadas. Winnie toma su bandeja y se sienta dos puestos alejados del mío, está sola y tiene la mirada perdida.

Mi Telequinesis © [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora