Capítulo 48

1.1K 87 36
                                    

Una semana después.

— ¿Aun no quiere salir? —escucho preguntar a mi hermano desde afuera de la habitación — ¿Cuánto tiempo seguirá así? Ya lleva una semana.

—Tranquilo Michael, dale tiempo —dice Jacob —esto no es fácil para ella.

—Ni para nosotros tampoco.

—Es mejor dejarla sola, y tú más que nadie debes entenderla pequeño Michael.

—Lo sé.

La mecedora se mueve hacia adelante y hacia atrás, miro por la ventana. Los árboles son tan altos que me dan ganas de escalarlos y mirar el mundo desde arriba. Huelo el olor a comida, Thomas nuevamente está cocinando pasta, creo que es lo único que sabe hacer.

Vuelvo a mecerme mientras las imágenes vuelven a llegar. Toco inconscientemente mi parche en mi abdomen, es el único recuerdo que tengo de él, lo único que me quedo.

Alguien abre la puerta, no me doy vuelta a mirar quien es, porque sinceramente no me importa.

— ¿Te traigo almuerzo o hoy comerás junto a nosotros? —pregunta Thomas, es la misma pregunta que me hace todos los días.

—No tengo hambre.

—Bambi, llevas varios días sin comer, ¿podrías intentarlo hoy?

—No.

Thomas cierra la puerta y una lágrima se me escapa.

Desperté a la semana del coma, Thomas me llevo a un hospital pequeño aquí en Canadá. Me estaba desangrando. Logramos cruzar la frontera los cinco juntos. Aquí hay extradición, por lo que soy libre de mis delitos, sin embargo, si vuelvo a Seattle me condenaran por asesinato, robo a mano armada, homicidio frustrado, entre otros cargos. Las noticias han traspasado fronteras, todo el mundo me busca, todo el mundo cree que soy una asesina y en realidad lo soy.

Del hospital desperté el día domingo. Vi varios ojos observándome desde arriba, los único que no estaban eran aquellos ojos azules. Colton se marchó sin decir nada.

¿Cómo se pudo ir? Ni siquiera espero que despertara, que me recuperara o que me encontrara mejor.

Michael me dijo que se fue lejos, que no volverá y Thomas parece feliz de que lo haya hecho, pero yo no. Le salve la vida, ocupe todos mis poderes para salvarlo a él en vez de salvarme a mí y aun así se marchó, sin siquiera decir adiós.

¿Es que acaso no pudo quedarse hasta enterarse de todo? ¿O hasta que las cosas se normalizaran? ¿O hasta que por lo menos no me sintiera tan vacía como me siento ahora?

Me miro ambas manos y lloro con intensidad. Los he perdido, se han ido, ya no tengo mis dones.

Salgo al pequeño comedor, Jacob, Thomas y mi hermano están sentados a la mesa, me siento junto a ellos.

Todos me quedan mirando, sin saber que decir. Llevo días sin comer ni hablar con ninguno.

¿Qué se supone que les diga? Mate a muchas personas frente a sus ojos, frente a los ojos de mi pequeño hermano, es algo que él nunca podrá olvidar.

Además, Colton se marchó y mis dones desaparecieron por completo. Estoy muerta, ya no sirvo para nada.

—Emi, deberías probar la pasta, Thomas cocina bien —dice mi hermano para animarme.

Pruebo bocado, si sabe bien. Lo devoro en segundos.

—Me alegra que te hayan gustado —dice Thomas mirando mi plato vacío — ¿quieres más?

Mi Telequinesis © [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora