Capítulo 42

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Quiero ir corriendo hacia mi hermano, pero Bill me detiene.

—Cumplí mi palabra y ahora quiero el dinero Emily.

Miro detenidamente a mi hermano, desde lejos se bien. Se encuentra mirando hacia todos lados algo desorientado.

No puedo creer que luego de varios meses lo vea nuevamente, que este tan cerca de mí, que a simple vista se vea suficientemente sano. No puedo creer que mi precioso hermano estará nuevamente conmigo.

Un sonido externo, profundo y lejano escucho alrededor de mí, me parece que todo es un sueño, pero no, nunca lo es.

Es una sirena, tres autos policiales aparecen por la carretera. Frenan de repente y derrapan en el suelo.

— ¡Mierda! —exclamo volviendo mi vista a ellos.

Bill se acerca y me toma desprevenida arrebatándome el bolso de las manos, sale corriendo.

Quedo en estado de shock, a lo lejos mi pequeño hermano, Bill corriendo con el bolso lleno de dinero hacia su camioneta, la policía bajándose y sacando sus armas, Jack empujándome detrás de un árbol del parque.

— ¡Bill! —grito, este ya alcanzo a subir a la camioneta — ¡Bill vuelve! ¡BILL!

Michael me escucha y se vuelve a mirarme, se le abren sus pequeños ojitos a mas no poder, alcanza a gritar mi nombre antes que un hombre lo suba a tirones a la camioneta.

— ¡Michael! —grito con fuerza. Jack me detiene de una mano con fuerza y me cubre con su cuerpo contra el árbol — ¡Suéltame!

—Si sales la policía te detendrá —dice poniendo sus dos manos a un lado de mi cabeza. 

La camioneta de Bill junto con Michael y el dinero salen a toda velocidad por la carretera, un auto policial los persigue y los otros dos se quedan, espero que puedan escapar, no por Bill si no por mi hermano.

— ¡Sabemos que eres tú la fugitiva! —dice alguien — ¡Sal con las manos en alto y no dispararemos!

—Ya saben que eres la chica que robo la joyería —me susurra Jack —gran intento ¿eh?

—Aléjate de mí —intento empujarlo, pero este me detiene las manos y las tira por arriba de mi cabeza contra el árbol.

—Si me empujas me disparan a mí, así que quédate tranquila.

—Bien merecido lo tendrías, al fin y al cabo, es a ti a quien deberían detener y no a mí.

—Es a ti a quien buscan no a mí, después de todo estuviste involucrada en el robo, es tu fotografía la que está por todos lados.

—Si ellos supieran con quien te relacionaste, probablemente tú también te irías detenido.

Jack me mira con sus ojos cautelosos y profundos —no te muevas, saldremos de aquí.

— ¿Y cómo? —levanto una ceja —Bill te acaba de abandonar, gran jefe ¿Eh?

Jack sonríe casi con burla —Es nuestro código.

— ¿Qué código? —Frunzo el ceño.

—Si algo nos llega a pasar cada uno ve por su vida.

—Vaya código, me parece que se apuñalan por la espalda más que intentar ayudarse unos a los otros.

—No lo entenderías —me mira serio.

— ¡Salgan con las manos en alto! ¡Ahora! 

—Debo salir de aquí, debo ir por el maldito de Bill.

Mi Telequinesis © [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora