Mi Telequinesis © [En Edición]

Capítulo 29 - Extra ♥

Narrado por Colton

Haber intentado dormir fue casi un intento de suicidio. No puedo dejar de pensar y eso es lo que más odio en estos momentos.

Las estúpidas ojeras ya aparecieron para recordarme que no he podido sacarme de la cabeza las palabras de Emily y mucho menos la decisión que tomo.

¿A quién mierda se le puede ocurrir integrarse a una pandilla de hombres?

Salgo de la cama, me duele la espalda, rozo sin querer una de las tantas cicatrices que tengo, me da un escalofrío. Por suerte mi tatuaje de alas cubre todas las cicatrices, así no me recuerda lo que me paso cuando era pequeño.

Recuerdo cuando Emily vio mi tatuaje y sin querer rozo una de mis cicatrices, estoy seguro que quedo tan asombrada al igual que yo cuando vi todas las marcas por primera vez en un espejo. Me alegro que el tatuador me haya tatuado lo primero que se le vino a la mente, la mala suerte es que no soy ningún ángel como para llevar alas.

Golpean la puerta con insistencia.

— ¡Ya voy! —exclamo somnoliento.

Vuelven a tocar. Camino hasta la puerta y abro.

— ¿Qué quieren? —pregunto molesto.

Es Jota, me mira con su ceja rubia levantada.

— ¿Acaso te desperté?

—No... ¿Qué quieres? —no ando de malas con Jota, pero me irrita que comience a molestarme desde tan temprano.

—Hay problemas Flash —dice serio.

— ¿Qué tipo de problemas? —si es otra pelea estúpida con alguno del grupo lo golpeare a él por interrumpirme tan temprano.

—Los demás se están reuniendo, te están esperando en el salón.

Frunzo el ceño. —Yo no he convocado una junta.

—Tú no, pero ellos sí.

Suelto el aire que estaba conteniendo. ¿Otra junta? ¿Desde cuándo que estos idiotas se juntan entre ellos y me mandan a llamar? ¿Qué carajo se creen?

—Voy —tomo mi camisa y me cubro la espalda. 

Salgo de la habitación y Jota me sigue.

— ¿Por qué se están reuniendo? —le pregunto a mi amigo mientras caminamos por los pasillos.

Este está más serio que de costumbre, algo está pasando.

—No tengo idea —se encoge de hombros.

— ¿No se te ocurrió preguntarles o qué? —levanto una ceja.

—Lo hice, pero me dijeron que te lo dirían a ti.

Llegamos a la entrada del salón, los guardias nos revisan antes de entrar y bajamos. Es el mismo salón donde se produjo el incendio hace un tiempo, cuando Emily estuvo aquí. Las paredes aún están negras, pero lo demás ya está reparado.

Veo que los chicos de mi bando se encuentran alrededor de una mesa, han venido solo algunos, unos están sentados sobre la mesa, otros hablando, cuando me ven llegar sus rostros se ponen serios.

La mayoría conoce cómo funcionan las cosas aquí adentro, si no te quedan claras siempre está la opción de aprender por las malas. Los demás saben y entienden que no pueden pasarte a llevar, menos si eres el líder. Esto es como la tripulación de un barco, en el hay un capitán que sería yo, un contramaestre que sería Jota, mi mano derecha, y los demás son los marineros, los que te siguen y obedecen.