La sala estaba abarrotada de nobles, incluso los jefes militares que estaban en el frente habían acudido a la reunión, todos cuyas palabras serían tomadas en cuenta estaban alrededor de aquella mesa. Sabían la cantidad de información que poseía el comandante Declan, era uno de los hombres con más años de experiencia, así como uno de los pocos que conocían casi todos nuestros secretos, incluyendo los míos.
—¡Esto es el fin! —gritó el subteniente—. Declan sabía todo en absoluto, las bases, los escondites, los planes. Si llegara hablar estaríamos acabados.
—Pero no ha hablado —respondí mientras me balanceaba en la silla.
—¿Y qué le hace pensar que no lo hará, capitán? —El hombre se inclinó sobre la mesa—, las torturas que ellos implementan con los cautivos son irresistibles para cualquier ser vivo.
—¡Es el fin de la nación! —Otra voz se alzó entre la multitud, desatando un sinnúmero de quejas.
Miles de alaridos le siguieron, el caos se estaba apoderando de los líderes. Odiaba aquello, odiaba tener que dar explicaciones y estar sentada enfrente de una maldita junta en vez de ir a rescatarle.
—¡Escuchen! —grité—. Declan es un soldado entrenado, más antiguo que la mayoría de ustedes, estoy segura de que sabrá qué hacer en este caso.
Los rostros estaban pálidos, entre el miedo y la duda, no teníamos a donde ir, esta ciudad era el único lugar donde seríamos libres y no permitiría que nadie nos la quitara.
—El príncipe y yo encabezaremos una expedición para rescatar a Declan.
—Capitana, acaso no estaba en duda su procedencia —intervino el subteniente.
Él acostumbraba a cuestionar cada una de mis decisiones, pero no por ello dejaba de ser un buen soldado, su reacción no me tomaba por sorpresa, Milan había sido entrenado para cuestionar a todos y a todo, si mi padre no me hubiese entrenado hasta el cansancio no me extrañaría que el capitán fuera él, pues a pesar de que entrenaba él poseía una habilidad nata.
Estaba consciente de que él no era Far, pero para ellos sería lo mismo, un príncipe de sangre pura que controlaría la nación, tenía suficientes problemas como para también tomar el trono, estaba claro que su llegada no había sido tan desafortunada después de todo.
—¡Que quede claro para todos! —Me puse de pie—. Ya es verídico qué es el verdadero príncipe, después de que rescatemos a Declan se realizará una coronación y podrá ocupar su lugar como rey.
Una multitud de halagos y afirmaciones, las dudas y caras largas habían sido sustituidas por una gota de esperanza, al parecer era verdad lo que el bastardo decía, su llegada apaciguaría al pueblo.
—¡Viva los dioses! La línea del rey ha sido restaurada. —Una de las doncellas alabó.
—¡Por los dioses! —gritaron todos.
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La reina de Indra [Completa] ©
FantasyHambre, desesperación, miseria; en cada rincón de Indra reina el caos, después de que la especie humana quedara totalmente contaminada, el mundo retrocedió en la historia, los avances tecnológicos se perdieron junto con la cultura y la ciencia, deja...