Los pasillos del palacio estaban en penumbra, era difícil distinguir los objetos con claridad, caminaba a pasos firmes hasta la habitación del príncipe, su coronación sería en unos momentos y el muy bastardo no se dignaba a aparecer, odiaba esa manía suya de intentar llevarme la contraria, de forma persistente.
—¡Far! —Entré dandolé voces a su habitación.
Allí estaba él, tendido sobre su cama, con su natural descaro. Sus ojos casi se salen de sus órbitas al verme y soltó un chiflido de exclamación.
—Dios… Atena, estás deliciosa. —Se paró de la cama de un brinco y se acercó a mí.
—Tócame, si quieres morir —gruñí entre dientes.
—Lo siento —dijo tratando de desviar los ojos de mis pechos—. Es que no estoy acostumbrado a verte con otro color que no sea negro, ¡vaya que bien te sienta!
—Termina de vestirte, llegas tarde a tu boda. —La naturalidad de mi voz hizo que penas se percatara de su significado.
—Sí, claro, estaba justo en eso —dijo y se dio la vuelta para ponerse una camisa—. ¡Espera! ¡¿Qué?!
Yo contuve las ganas de soltar una carcajada y lo tomé del brazo.
—El futuro Rey tiene que tener una reina digna, con la situación actual de Indra, tuve la idea que tal vez una esposa calme a las masas.
—¿No me estarás pidiendo matrimonio? —preguntó todo ilusionado.
—¿De qué hablas, idiota?, ya quisieras. —Me reí—. Anabella será tu esposa.
—¿Acaso no es ella una híbrida? —Sus ojos casi salen de sus órbitas —. ¿Sabes de lo que estás hablando?, se trata de contaminar la sangre real, el pueblo estar…
—Agradecido, maldito bastardo. —Le gruñí mientras lo arrastraba por los pasillos de palacio—. El pueblo está a punto de estallar en una guerra civil y en este momento no podemos lidiar con eso, jugar a los malos se nos acabó, si queremos seguir gobernando hay que montar un teatro.
—Pero eso es…
—Brillante —lo corté terminando su frase—. Fingirás tu boda con una sangre impura, frenando de seco una revolución, ni siquiera lo verán venir.
—Atena. —Él me miró con cierto aire de desprecio—. A veces no te reconozco, solías ser tan noble.
—No por gusto han pasado doce años, ahora camina, tu mujer te espera en el altar.
La sala real lucía hermosa, estaba repleta de regalos para el príncipe, ahora próximo rey. Y una suave música sonaba a lo lejos causando una sensación de paz, el olor de los jazmines se expandía a la vez que la belleza de las flores adornaba las sillas y las paredes.
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La reina de Indra [Completa] ©
FantasyHambre, desesperación, miseria; en cada rincón de Indra reina el caos, después de que la especie humana quedara totalmente contaminada, el mundo retrocedió en la historia, los avances tecnológicos se perdieron junto con la cultura y la ciencia, deja...