Capítulo 21: La leyenda

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—Como casi todas las guerras, la de Indra comenzó por amor

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—Como casi todas las guerras, la de Indra comenzó por amor. Cuentan que en los inicios de la nación llegó un hombre a cortejar a las reinas, un hombre cuyo poder era comparable a un rey.

     »Las reinas de las casas alagadas con su presencia lo dejaron pasar y hospedarse en el gran palacio. Un lugar sagrado que solo podían tocar las pieles más nobles. Al comienzo todo transcurría con normalidad, el hombre pasaba su tiempo con cada una de las reinas, la reina de Nefeli le enseñaba a volar una cometa, mientras la de Damianos le mostraba la hermosura de domar una ola, la de Phaedra le mostraba como montar a caballo.

     »Todos los días el hombre pasaba sus mañanas con una, los mediodías con otra y las tardes con la última, pero con el tiempo se terminó enamorando de una de ellas, su corazón había cedido ante nuestra reina, la reina de Phaedra, cuya belleza era salvaje e indomable a diferencia de la de sus hermanas, así el tiempo antes compartido comenzó a fragmentarse con diferencia a favor de ella, los regalos más caros y extravagantes, las canciones más hermosas, las rosas más rojas… En poco tiempo la atención del hombre fue dirigida solamente a una reina y las demás lo notaron.

     »Los celos entre ellas no tardaron en llegar, presas de la envidia las hermanas encerraron a la joven en una torre, pero cuando el hombre supo de ello una batalla mortal se desató, la vida de todas pereció y con ella la magia que existía en Indra, los seres mágicos se convirtieron en simples criaturas con mutaciones, condenados a vivir su vida como humanos, así como aquel que había separado las reinas.

     »El hombre, antes de partir, colocó el cuerpo de las tres reinas en el palacio, con sus cabezas hacia el norte y sus piernas hacia el sur, dejando allí el último resto de magia.

     »La localización del Antiguo palacio se perdió junto a la magia y nunca nadie supo el nombre de su destructor.

     »Claro, que nada de esto es cierto, la verdad es que ninguna de esas reinas existió siquiera, solo son habladurías de algún escritor loco que no dudó en hacerse famoso con el mito de la magia.

     »Lo que en realidad sucedió en nuestro continente no fue mágico, ni romántico, mucho menos una maldición por amor, según mi padre solo es el resultado de la codicia y la maldad de nuestros ancestros, que, cegados por la furia, cedieron ante una guerra sin precedentes entre las antiguas naciones, la radiación inundó a Indra por completo, provocando que las características de los antiguos animales sagrados se mezclaran con las nuestras y dando como resultado lo que somos ahora:

     »Seres inmundos e impuros que vagan sumidos en la ignorancia, desechos de lo que algún día pudimos llegar a ser.

La reina de Indra [Completa] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora